El precio de la extracción: violaciones históricasa los derechos y el despojo de tierras en el territorio Wixárika
25 septiembre, 2024 0Por Monserrat Torres Ortiz y Abigail Rodríguez Montiel1
El territorio Wixárika, ubicado en la Sierra Madre Occidental de México, es escenario de un conflicto que revela la persistente vulneración de los derechos de los pueblos indígenas. La región de Wirikuta, un sitio sagrado para los wixaritari, ha sido objeto de concesiones mineras otorgadas sin la consulta previa, libre e informada de la comunidad. Esta situación no solo afecta el entorno natural, sino que también atenta contra la autonomía y la identidad cultural de los Wixárikas, contraviniendo tanto normas nacionales como tratados internacionales.
En 2010, la comunidad Wixárika se enfrentó a la amenaza de la explotación minera en Wirikuta por parte de la empresa canadiense First Majestic Silver, a través de su subsidiaria mexicana. A pesar de la existencia de normativas que protegen los territorios sagrados y los derechos de los pueblos indígenas, se otorgaron 22 concesiones mineras en esta zona sin respetar el derecho a la consulta previa. Esto constituye una clara violación de principios fundamentales de derecho ambiental y de derechos humanos, como el principio de no regresión y el derecho a un medioambiente sano.
El conflicto en Wirikuta involucra a diversos actores con intereses opuestos. Por un lado, la comunidad Wixárika y organizaciones no gubernamentales luchan por la defensa de sus derechos, la preservación de su cultura y la protección de su entorno natural. Por otro lado, el poder económico, representado por las empresas mineras, y el poder político, que ha favorecido las concesiones, buscan la explotación de los recursos naturales de la región, ignorando las demandas y derechos de la comunidad indígena.
Para los wixaritari, la naturaleza no es un simple recurso, sino un ente vivo con el que mantienen una relación espiritual y simbiótica. Esta visión contrasta con la perspectiva utilitarista del poder económico y político, que ve en la naturaleza una fuente de beneficios económicos. La lucha de los Wixárikas por Wirikuta no es solo por la tierra, sino por la preservación de su cosmovisión y su derecho a vivir en armonía con su entorno.
El caso de Wirikuta evidencia la necesidad de reconocer y respetar los derechos de los pueblos indígenas, no solo en el ámbito legal, sino en la práctica cotidiana. Es esencial adoptar una visión que considere la diversidad cultural y natural como elementos fundamentales para la construcción de un futuro sostenible y justo. La protección de los territorios sagrados y la autonomía de las comunidades indígenas deben ser una prioridad en la agenda de derechos humanos y ambientales a nivel global.
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- Escuela Nacional de Estudios Superiores, Unidad Mérida, Yucatán, UNAM ↩︎