¿Vaso medio lleno, o medio vacío? Una mirada a la gestión e infraestructura hídrica en México

¿Vaso medio lleno, o medio vacío? Una mirada a la gestión e infraestructura hídrica en México

7 mayo, 2024 0
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Por: Rebeca Calderón Gálvez*

El sentir general de la ciudadanía con respecto al agua varía dependiendo de la zona geográfica en la que vive. Hay ciertos sectores de la población en México que están enfrentando problemáticas graves, como agua contaminada saliendo de tuberías en su hogar, abastecimiento de agua en días y horarios específicos, o inclusive, escasez total. Lo anterior nos lleva a preguntarnos ¿Qué sucede con la gestión del agua?

Para responder a esta interrogante, el pasado viernes 26 de abril el Seminario en Políticas Públicas, Territorios y Diversidad tuvo el placer de recibir a la Dra. Flor Mireya López Guerrero de la Unidad Académica de Estudios Territoriales de Yucatán (UAETY, UNAM) con la ponencia titulada “Gestión e infraestructura hídrica como configuradores hidrosociales”.

De acuerdo con la Dra. López, hay que partir desde la disminución de disponibilidad de agua, ya que se pasó de haber 10 mil metros cúbicos per cápita disponibles en 1960, a 4 mil metros cúbicos per cápita en 2012. Esta cifra está relacionada con la falta de mantenimiento y mejoramiento de infraestructuras hídricas, la contaminación de cuerpos de agua, la sobreexplotación, las sequías, la falta de seguimiento del estado de los cuerpos de agua y el crecimiento urbano acelerado.

La Doctora López propone tres indicios que sustentan su sospecha de que la gestión del agua es deficiente. En primer lugar, menciona que la gestión hídrica no se planea pensando en los derechos humanos. Por el contrario, se privilegia las concesiones de agua a grandes empresas y el sector agrícola a largo plazo, sin establecer parámetros que aseguren un uso equitativo entre los distintos sectores sociales. Segundo, las estrategias de configuración hidrosocial son arbitrarias porque el Estado solo reconoce las comisiones y organismos de orden público (o formales), mientras que deja fuera de posibilidades de monitoreo y apoyo a organismos informales. Por último, el incremento de precarización de los servicios públicos y el empobrecimiento del agua, que obliga a la ciudadanía a buscar otros medios para cubrir sus necesidades, que muchas veces pueden ser útiles, siempre y cuando se hagan procesos de salubridad y evaluación continua de los servicios ofertados.

A pesar de ser responsabilidad del gobierno, se destaca que, en lugar de prever y buscar soluciones, los gobiernos (federal, estatal y municipal) tienden a actuar de manera reaccionaria, es decir, sobre la marcha. Esto, debido a la falta de abastecimiento de agua que cumpla con los requerimientos de calidad para ser empleada, sobre todo en el ámbito doméstico.

Esta ponencia nos invita a reflexionar sobre la importancia de formular políticas públicas sobre gestión e infraestructura hídrica que consideren la justicia distributiva, no como objetivo, sino como medio o instrumento de acción. De igual manera, considerar que el monitoreo constante debe ser un requisito tanto para organismos públicos como privados. Por último, nos invita a pensar que las soluciones propuestas por la ciudadanía (por ejemplo, expendios de agua) necesitan el apoyo de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS) y otros organismos públicos para cuidar la calidad del agua que se oferta para consumo.

Ver la conferencia completa en:


*Rebeca Calderón Gálvez, estudiante de la Licenciatura en Desarrollo y Gestión Interculturales, actualmente prestadora de servicio social en la Maestría en Gobierno y Asuntos Públicos, PCPyS, ENES Mérida.