Las brujas en la ciencia

Las brujas en la ciencia

14 agosto, 2023 0
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Patricia Sarai Dzul Canul*

Introducción

Culturalmente a través del tiempo se ha asociado y vinculado a las mujeres con posiciones subordinadas a los hombres en todos los ámbitos de la vida, se les ha excluido de la toma de decisiones, de los espacios públicos, de las posiciones de poder y de la producción de conocimiento.

Este último será el tema de análisis del presente ensayo, en el cual se discutirá la brecha que existe entre hombres y mujeres, específicamente en el campo CTS.  Para poder llegar a dicho análisis, se realizará una revisión histórica sobre un hecho en específico, la caza de brujas, el cual desde mi perspectiva representa uno de los primeros (y principales) momentos en los que la producción de conocimientos femeninos fue violentado y eliminado. Es importante conocer cuál ha sido el papel de las mujeres en los procesos de producción de conocimiento a través del paso del tiempo para entender mejor la realidad y los retos de la actualidad. 

Este escrito busca ser propositivo, por lo tanto, también se ofrecen algunas propuestas para reducir, y desaparecer la brecha de género que existe entre hombre y mujeres en el campo CTS. En la conclusión se espera proporcionar al lector un panorama de cierre y de un futuro esperanzador para atender la problemática.

¿Científica = Bruja?

Sobre la caza de brujas Ehrenreich y English nos dicen:

El periodo de la caza de brujas abarcó más de cuatro siglos (desde el siglo XIV al XVII), desde sus inicios en Alemania hasta su introducción en Inglaterra. La persecución de las brujas empezó en tiempos del feudalismo y prosiguió, con creciente virulencia, hasta bien entrada la ‘edad de la razón’ (Ehrenreich y English, 1973, p.8).

La casa de brujas en Europa fue un proceso de sometimiento de las mujeres en la cual no solo se sembró el miedo entre las diferentes clases sociales, sino que también resultó un ejercicio de pérdida de la memoria y el conocimiento que existía desde lo femenino.  Federici señala:

La caza de brujas ahondó las divisiones entre mujeres y hombres, inculcó a los hombres el miedo al poder de las mujeres y destruyó un universo de prácticas, creencias y sujetos sociales cuya existencia era incompatible con la disciplina del trabajo capitalista, redefiniendo así los principales elementos de la reproducción social (Federici, 2004, p.  223).

Las mujeres desde el inicio de los tiempos fueron remitidas al ámbito privado, al cuidado y de la procreación, si bien esto creó varios imaginarios colectivos que han resultado negativo en la concepción de lo femenino; también resultó un espacio donde las mujeres pudieron aprender y generar conocimiento con respecto a remedios curativos. 

El patriarcado siempre le ha tenido miedo a todo aquello que pudiera quitarle su poder, cualquier cosa que pudiera ser una amenaza para las dinámicas donde se posicionara a los hombres por encima de todo, necesitaba ser eliminada. Es por ello que la caza de brujas representa uno de los momentos más críticos en la historia de las mujeres en la ciencia. Representa un primer gran ataque a un intento por generar conocimiento desde lo femenino. Ehrenreich y English y Starhawk (1973) en Federici (2004) señalan:

Se expropió a las mujeres de un patrimonio de saber empírico, en relación con las hierbas y los remedios curativos, que habían acumulado y transmitido de generación en generación, una pérdida que allanó el camino para una nueva forma de cercamiento: el ascenso de la medicina profesional que, a pesar de sus pretensiones curativas, erigió una muralla de conocimiento científico indisputable, inasequible y extraño para las «clases bajas» (Federici, 2004, p. 278).

No se sabe con exactitud qué tanto impacto tuvo esta eliminación de conocimientos en el avance científico y tecnológico de los años posteriores (o incluso en la actualidad), lo que sí se sabe es que esta práctica no terminó hasta que se  perpetuaron las relaciones de poder y los imaginarios sobre a dónde pertenecían las mujeres y qué les pasaría si se atrevieran a tan siquiera pensar en participar en la producción de conocimiento. Federici para esto nos menciona:

La caza de brujas llegó a su consumación, a finales del siglo XVII, porque para esa época la clase dominante gozaba de una creciente sensación de seguridad en relación con su poder y no porque hubiese surgido una visión del mundo más ilustrada. (Federici, 2004, p. 279)

Las brujas del presente

En la actualidad las mujeres se encuentran en una posición diferente de la que encontraban hace varios siglos, sin embargo, aún se encuentran en una posición de evidente desventaja con respecto a los hombres en su participación en la Ciencia. Un estudio realizado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura nos dice que:

Las mujeres representan un 33,3% de las plantillas de investigadores existentes en el mundo, según datos proporcionados por el Instituto de Estadística de la UNESCO que corresponden a 107 países y abarcan el periodo 2015–2018 (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, 2021).

Las mujeres a través del tiempo han realizado una interminable lucha y trabajo por generar sus propios espacios desde los cuales hacer ciencia, sin embargo, también por traspasar aquellos que les han sido históricamente negados. 

Y es que no debemos concebir a las mujeres (ni a las personas que hacen ciencia y tecnología en general) como un grupo homogéneo el cual lucha por las mismas cosas en un bloque unificado; sino reconocer que toda producción de conocimiento ha sido desde diferentes realidades, “hombres y mujeres crean la ciencia y la tecnología en virtud de sus contextos sociales, políticos, históricos, intereses de género y de poder determinados.” (Fernández, 2012 , p. 87)

Estas diferentes realidades desde las cuales las personas crean ciencia y tecnología poseen características específicas, complejizando aún más el proceso de involucramiento de las mujeres en el campo tecnocientífico. Las mujeres que eligen hacer ciencia de por sí tiene que afrontar una realidad donde su conocimiento y capacidades son continuamente cuestionados, pero sumado a esto cada una afronta una realidad diferente de vivir su experiencia dentro del campo, dicha realidad está construida con respecto a su clase, su color de piel, origen, nacionalidad, etc. 

A través de luchas las mujeres han ido ganando poco a poco cada vez más reconocimiento y respeto hacia su trabajo, sin embargo, el camino es largo y en muchas ocasiones la misma heterogeneidad dentro del mismo grupo genera conflictos que no contribuyen a mejorar las condiciones. Sin embargo, se debe reconocer que el principal problema no son las diferencias, sino el sistema patriarcal en el que estamos insertados como sujetos, ese mismo sistema que aniquiló millones de mujeres con conocimientos y sentires personales pero el mismo que todos los días nos atraviesa de pequeña o gran medida.

Hay muchas mujeres haciendo ciencia, produciendo tecnologías, llegando a soluciones para problemas que llevamos décadas buscando solucionar, sin embargo, muchas de estas se han visto opacadas por científicos hombres o su mismo trabajo ha sido robado por ellos. Las mujeres que han logrado ser reconocidas dentro del campo científico son vistas como excepciones a la regla, mujeres con capacidades superiores al resto, lo cual genera mucha desmotivación entre quienes van empezando y perpetúa imaginarios donde las mujeres no son lo suficientemente capaces como los hombres. Lo anterior provoca que no se tengan referentes para las niñas las cuales en el futuro podrían aspirar a ser científicas pero ¿Cómo sabrán que pueden serlo si en sus libros de texto aparecen y se citan únicamente hombres? 

Todos estos problemas fomentan el poco interés y participación de las mujeres en el campo tecnocientífico. Dentro de la CTS se han buscado alternativas para la generación de más participación de este grupo a través del campo Ciencia, Tecnología y Género el cual  “ha supuesto una nueva redefinición de la ciencia y la tecnología, de lo que significa el progreso científico y tecnológico” (Pérez, 2022, p. 176).

El conocimiento ha sido creado durante ya varios siglos desde una hegemonía que ha empezado a ser contraproducente para la vida en el planeta, debemos empezar a abrir más espacios a las mujeres no solo para cumplir “cuotas de género” sino para crear desde diferentes ángulos, esto puede contribuir a a una mejora en las dinámicas de producción en el campo CTS, en la vinculación con la naturaleza y la vida en el planeta en general. 

Propuestas  para cerrar la brecha de género en el campo CTS

Se proponen acciones concretas, las cuales contribuirán a remediar las problemáticas que existen. La primera y la cual considero la más importante es la creación de políticas públicas orientadas no solo a fomentar la participación de las mujeres en la ciencia sino también la de las niñas. Desde edades tempranas deben tener la posibilidad de imaginar un futuro científico. El solo crear en ellas la posibilidad de que puedan hacerlo, ya sería un gran paso para llegar a donde queremos llegar como sociedad. Para tal efecto se propone que dichas políticas públicas se vean materializadas en:

Programas

Crear programas en donde niñas, adolescentes y adultas tengan la oportunidad de explorar los campos científicos que sean de su interés. Como mencioné con anterioridad, la producción de conocimiento científico también está atravesado por diferentes realidades y contextos, unos más privilegiados que otros, es por ello que darle a todas el apoyo y las herramientas que les permitan explorar sus intereses sería benéfico, ya que entonces no hablamos y citamos únicamente a mujeres, europeas, con doctorados (lo cual no tiene nada de malo), sino que también podemos escuchar lo que tienen que decir las mujeres latinas, indígenas, negras, etc. Generar referentes de todo tipo para que las niñas puedan identificarse con ellas. “Sin duda alguna, el futuro está en las manos de los jóvenes; ellos son una parte determinante para afrontar los retos que vienen” (Arredondo, Vázquez y Velázquez, 2019, p. 141).

Campañas de concientización

Es importante no solo generar espacios para que las mujeres produzcan ciencia si no también cuestionar los que ya existen, toda la población debe pasar por un proceso de deconstrucción de todo aquello que ha sido un limitante para promover la participación femenina en la ciencia y la tecnología, no solo desde la sociedad civil, sino también desde las universidades, donde muchas veces es donde más se guardan a través de prácticas y según bajo “usos y costumbres” muchos pensamientos machistas que no permiten a las mujeres sentirse cómodas en sus espacios de trabajo.

Materiales de divulgación

Como ya mencioné, es importante que existan referentes femeninos en la ciencia, sin embargo, el darlos a conocer también es una tarea necesaria, las personas deben saber quiénes están produciendo conocimiento, desde dónde lo hacen y cómo lo hacen. La divulgación de la ciencia es una tarea urgente en el campo científico en general, que de ser atendida podría incluir un enfoque de género el cual resultaría positiva para todas y todos.

Creación de comunes

Sobre los comunes Federici (2020) dice; “la idea de lo común tiene tanto atractivo en nuestra imaginación colectiva; su pérdida nos hace más conscientes del significado de su existencia y aviva nuestro deseo de saber más sobre ellos”. (p. 140) Es importante crear espacios físicos y no físicos en los cuales las mujeres puedan crear sentido de pertenencia. Estos espacios resultan pertinentes ya que no solo genera motivación por pertenecer sino porque su pérdida, como ya hemos visto en el tema de la caza de brujas, provoca consecuencias catastróficas para el grupo.

Conclusiones

La historia nos enseña cómo las mujeres han sido relegadas de los espacios de producción de conocimiento y de cualquier ámbito público en general, sin embargo, son ellas mismas las que nos han enseñado el valor de la lucha y de la resistencia para generar cambios en estas dinámicas. 

Para cerrar la brecha que existe se debe realizar un trabajo colectivo entre diferentes actores de la sociedad, esta es una lucha que debemos hacer todas las personas. El mantener el sistema patriarcal que hemos mantenido hasta el momento solo nos demostrará una vez más lo dañino que puede ser para la humanidad en general. Tal vez la caza de brujas desapareció hace varios siglos, pero todas sus consecuencias e imaginarios siguen rigiendo en muchos de  los ámbitos de la vida de las mujeres que hacen ciencia y tecnología. 

Debemos proporcionar las herramientas necesarias para conseguir que las mujeres puedan lograr una mayor implicancia en el campo tecnocientífico, Arredondo, Vázquez y Velázquez mencionan: 

La mujer en Latinoamérica sigue viéndose influida por variables estructurales que determinan la cultura y las instituciones, lo cual afecta sus posibilidades de desarrollo y el rol que desempeña en la sociedad. Variables ligadas a la estructura familiar, así como cuestiones como la escuela o el mundo laboral, tienen una relación inevitable con la brecha de género. La mujer requiere hacer uso de las nuevas tecnologías para integrarse socialmente y empoderarse.(Arredondo, et al., 2019, 155).

Debemos dejar de concebir como “brujas” a todas aquellas mujeres curiosas e interesadas en producir conocimiento, liberarnos de los imaginarios que venimos arrastrando del pasado y abrirnos a los cambios y a un futuro donde las mujeres en la ciencia no sean la excepción sino lo normal. 

Referencias

Arredondo, F., Vázquez, J. y Velázquez, L. (2019).  STEM y brecha de género en Latinoamérica. Revista de El Colegio de San Luis, 18, 137- 158. http://dx.doi.org/10.21696/rcsl9182019947

Ehrenreich, B. y English D. (1993). Brujas, Parteras y Enfermeras, Una historia de sanadoras. The Feminist Press.

Federici, S. (2004) Caliban and the Witch. Women, The Body and Primitive Accumulation. Autonomedia. 

Fernández, L. (2012). Género y ciencia: entre la tradición y la transgresión. En investigación feminista epistemología, metodología y representaciones sociales. (Pp. 79-110). UNAM

Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura. (2021). Porcentaje de mujeres en el número total de investigadores de los países del G20 en el periodo 1996-2018.  Recuperado de https://www.unesco.org/reports/science/2021/es/dataviz/women-share#:~:text=Solamente%20un%2030%25%20de%20los,General%20de%20las%20Naciones%20Unidas 

Pérez, E. (2022). Los estudios de ciencia, tecnología y género en el campo CTS. Revista CTS, 17(50), 175-180


*Egresada de la Licenciatura en Desarrollo y Gestión Interculturales.