Tren Maya: una oportunidad para la gestión participativa del territorio
3 marzo, 2022Por: Jimena Mayadelhi Cruz*
El proyecto del Tren Maya y su impacto en el desarrollo del sureste del país constituye una de las preocupaciones más grandes tanto para las comunidades de esta región, para los diferentes órdenes de gobierno y para las comunidades académicas y de investigación nacionales. De su planeación, construcción y puesta en marcha depende que este proyecto realmente funcione como un motor de desarrollo sostenible para el sureste mexicano.
Por ello, ONU-Habitat -el programa de las Naciones Unidas para los asentamientos humanos-, colabora desde el 2019 brindando apoyo técnico al Fondo Nacional del Turismo (Fonatur) para detonar una estrategia de desarrollo integral en los cinco estados por donde transitará el Tren Maya, y que realmente contribuya a mejorar las condiciones del territorio y la calidad de vida de sus habitantes.
La Estrategia de Prosperidad Compartida, presentada por Lucile Moal, Carolina Hernández y Rubén Araujo, indicaron que el modelo propuesto por ONU-Habitat se basa en la noción de prosperidad, una idea que introdujo el Banco Mundial hace ya más de una década junto con la idea del “crecimiento inclusivo”, enfocado a lograr la sostenibilidad económica en la medida en que amplíe su base hacia todos los sectores. Sin embargo, explican, el término de prosperidad se constituye como una noción más amplia e integral y no se constriñe únicamente al componente económico.
Para ello, se plantea la articulación de procesos participativos y acuerdos sociales con actores y dependencias estratégicas de la región sureste para abatir el rezago social, reducir la desigualdad de oportunidades, así como articular y promover la economía de las subregiones basados en los valores ambientales, culturales y económicos de la región. De este modo, identificaron nueve principios rectores para la prosperidad compartida en la región sureste del país:
- Servicios básicos accesibles suficientes y de calidad
- Economía competitiva, incluyente e innovadora
- Sostenibilidad del medios ambiente
- Territorios seguros
- Estados de derecho y cultural de la legalidad
- Capacidades fortalecidas
- Interculturalidad y convivencia en la diversidad
- Territorios ordenados, integrados y funcionales
- Gestión pública armonizada, participativa y corresponsable
A partir de ello, se busca detonar corredores de prosperidad, entendidos como unidades de gestión que fomenten la integración equitativa del territorio a partir de la planificación e inversión estratégica y en ello, la generación de espacios de gobernanza resulta fundamental.
A través de un diagnóstico tomando como base los principios de prosperidad compartida y analizando la actividad de instancias estatales, regionales y locales, los resultados preliminares de ONU-Habitat permiten ver que hay grandes brechas y desafíos por superar tales como la desconfianza social hacia los gobiernos o que el diálogo social es prácticamente inexistente, pues está basado mayoritariamente en el conflicto y no como un ejercicio cotidiano. Asimismo, han detectado que desde la parte gubernamental no se tiene consenso sobre la representatividad social. En este sentido, ONU-Habitat identifica como prioritario que los programas de gobierno procuren efectivamente una transversalización de espacios y mecanismos de participación social, así como el reconocimiento de formas locales y culturales de organización, y actualización de leyes generales.
*Alumna de la Licenciatura en Desarrollo y Gestión Interculturales, ENES-Mérida, UNAM.