Etiqueta: crisis ambiental

1 mayo, 2022 0

Planeta de monstruos

Por: William Ake Buenfil* En días pasados tuve el antojo de ver una película de terror, por si la quieren ver, se titulaba Los países más contaminados del mundo. Empezaba a comer mis palomitas cuando de pronto apareció en mi pantalla un engendro horrible en Pakistán, una ciudad que se había transformado por causa de la contaminación que producían las emisiones descontroladas de las fábricas, la creciente población, la mala calidad de los combustibles y la quema de basuras que desprendían gases nocivos para la salud; la película apenas había comenzado y ya empezaba a sudar frío. El susto no se me había pasado cuando una bestia hizo acto de aparición y, desde otro lado del globo, la criatura de la polución ya estaba en la India; el rápido crecimiento industrial creó un engendro que, por el uso inadecuado de fertilizantes, contaminaba la tierra y los mantos acuíferos; quería apartar la mirada, pero algo me mantenía atado a esas horribles imágenes, la gran cantidad de vehículos disparaban las alarmas de la OMS. Hasta ese momento el adefesio inconcebible había cobrado la vida de 900 000 personas, todas esas muertes estaban relacionadas con enfermedades respiratorias, ya que se habían sobrepasado los niveles máximos de contaminación del aire hasta más de 60 veces. Tuve que parar, ¿de dónde había sacado ese filme? Me levanté rápidamente y corrí por un vaso de agua a la cocina, pero la trama seguía avanzando, precisamente cuando regresaba al sillón, otro abominable ser se mostraba, imponente, nunca había visto algo similar, me estremecí y me aferré a una sábana que se encontraba a un costado del sillón, era un monstruo que se hallaba en China, tenía 660 cabezas y a alguna de ellas no llegaba la luz del sol; los expertos decían que ese Leviatán seguía duplicando la cantidad de CO2, mucho más que otras criaturas horrorosas de países como Estados Unidos. La incertidumbre me carcomía, los dientes me titiritaban y tuve que mirar cuánto era lo que faltaba para que finalizara la peor película que jamás había visto, menos de un minuto para que ese martirio acabara. De pronto, un grisáceo y deformado fenómeno se asomó en Brasil, país sudamericano en vías de desarrollo económico, el cual había logrado dormir la conciencia de la sociedad y, por si fuera poco, las medidas nulas del gobierno y otros poderes de ese lugar habían provocado un aumento exponencial de gases, los que el engendro respiraba, se alimentaba de esa polución y no se detenía, hasta que de un zarpazo deforestó de forma masiva uno de los pulmones más importantes del planeta, el Amazonas. Por fin la película terminó, pero no dejaba de sentirme sobresaltado, el cambio climático había desplazado poblaciones de su lugar de origen por la vulnerabilidad a la que se encontraban sometidas, los aumentos del nivel del mar y otros eventos extremos como los huracanes y las grandes restricciones que tenían para abastecerse de agua; las ciudades receptoras de esos migrantes se encontraban en países en vías de desarrollo. El acelerado crecimiento y las fábricas industriales requieren urgentemente medidas extremas para contrarrestar la contaminación de los ecosistemas y sus efectos en los seres humanos y la Tierra en general. Sadik (1991) menciona que, en promedio, una ciudad de un millón de habitantes consume diariamente 625 000 metros cúbicos de agua, 2 000 toneladas de alimento y 9 500 toneladas de combustible, lo que a su vez genera 500 000 metros cúbicos de aguas residuales, 2 000 toneladas de desechos sólidos y 950 toneladas de contaminantes atmosféricos, esto, sin tomar en cuenta los procesos industriales. El estudio muestra que ello puede cambiar de acuerdo al tipo de ciudad y de cultura. La salud humana está afectada por la contaminación, según el Banco Mundial, cerca de 1 000 millones de personas se encuentran afectadas por la contaminación tóxica producida por las industrias; la contaminación del aire produce un aproximado de un millón de muertes prematuras. Hoy en día, Yucatán tiene cerca de 2.3 millones de habitantes, hagan sus cuentas: empresas como Kekén quieren hacer plantas de cerdos en Homún, una localidad considerada anillo de los cenotes; cada día más industrias se posicionan sin regulaciones ambientales; el turismo se percibe como una solución económica para el sureste del país sin pensar en los costes del aumento de basura; las carreteras cada día están más congestionadas por el aumento de autos en la ciudad; los contaminantes en partículas como dióxido de azufre, monóxido de carbono, dióxido de nitrógeno y plomo viajan por nuestros cuerpos diariamente, ¿qué esperan para tomar medidas que eviten o retarden la catástrofe? ¿El dinero empresarial es más importante que la salud de miles de personas? Tu opinión es muy importante, pero serán más valiosas las acciones que tomemos como sociedad. Fuentes consultadas Maldonado, J. (2009). Ciudades y contaminación ambiental. Revista de Ingeniería, 30, 66-71. * Proporcionar breve semblanza curricular (2-3 renglones).

3 marzo, 2022 0

Políticas de ciencia y tecnología: hacia la coproducción de conocimientos para la resolución de problemáticas socioambientales

Por: María Elena Giraldo Palacio* El fomento de la ciencia y la tecnología como una tarea a cargo del Estado, es un fenómeno que se dio en la posguerra, luego de que la ciencia había contribuido al desarrollo de la “industria militar” internacional. La consolidación de los Estados-Nación conllevó a que los gobiernos se interesaran en financiar diferentes proyectos de investigación académica (Salomon, 2001), para dinamizar sectores económicos estratégicos: energía, obras civiles, industria auto- motriz, entre muchos otros. Sin embargo, como lo explicó la Dra. Rosalba Casas, en la conferencia inaugural del Seminario “Tecnociencia, Ambiente y Sociedad”, las políticas de ciencia y tecnología han variado en el tiempo, según la concepción sobre el papel que debe cumplir el conocimiento en el desarrollo de las sociedades. Así, durante el declive del modelo del Estado de Bienestar, los gobiernos vieron la necesidad de que la ciencia y la tecnología facilitaran los procesos de innovación empresarial. Es por esto que la agenda del sector se vinculó de manera más estrecha con la aspiración del crecimiento económico, que se vino a reforzar aún más durante la instauración del Estado Neoliberal, enlazando la ciencia a los procesos mercantiles. Hoy en día se viene cuestionando el papel que cumple la ciencia, la tecnología y la innovación en la sociedad, considerando que son un motor para mejorar las condiciones de vida de la población. Por esto, se han puesto en el centro de la agenda cuestiones como la necesidad de que este sector se oriente a temáticas de interés social como la salud, la alimentación, la educación, la vivienda, o la seguridad, en un marco de sostenibilidad ambiental. Sin embargo, ciencia y tecnología no pueden incidir por sí solas en estas cuestiones, por lo que requieren integrarse con otras políticas sociales, productivas, agroalimentarias o ambientales. Agenda científica y tecnológica orientada a la cuestión socioambiental: Mitigación y adaptación al cambio climáticoEnergías renovables AguaTerritorios y biodiversidad Soberanía Alimentaria Enfermedades emergentes La atención a estas cuestiones implica que el sector científico trabaje en equipos multidisciplinarios en diversas áreas del conocimiento: ciencias naturales, ciencias de la salud, ciencias físicas y ciencias sociales. Pero a su vez, requiere de un reto mayor: superar el modelo de generación de cono- cimientos centrado en la academia, para extenderlo a una red mucho más amplia y plural de actores que involucran al gobierno, sector productivo, organizaciones de la sociedad civil y colectivos ciudadanos, a partir de esquemas más flexibles, participativos e interactivos. Esta nueva configuración es crucial para lograr una coproducción de conocimientos orientada a atender graves problemas socioambientales como el cambio climático, la contaminación ambiental, o la escasez de recursos energéticos o hídricos, caracterizados por la complejidad, incertidumbre y dinamismo, que, para su resolución, requieren de una integración entre conocimientos científicos, tradicionales, técnicos y empíricos. Referencias: Salomon, Jean (2001). “El nuevo escenario de las políticas de la ciencia”, en Revista Internacional de Ciencias Sociales, UNESCO. Conócela: La Dra. Rosalba Casas Guerrero es Doctora en Filosofía en Políticas de Ciencia y Tecnología e Investigadora Titular del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM desde hace 45 años. *Profesora del Departamento de Humanidades y Sistemas Sociales, ENES-Mérida, UNAM.

3 marzo, 2022 0

La sobrepoblación humana es el principal factor de la crisis ambiental global

Por: Lisset Stephania Harris Martínez, Elena Juárez Guadarrama, Aarón Ulises Poot Hoil*, Francisco Guerra Martínez** En 2023 seremos 8 000 millones de seres humanos en el planeta, una cifra preocupante, pues mantenemos un modelo de desarrollo insostenible. Este trabajo señala la relación fracturada entre la humanidad y la naturaleza y nos invita a reflexionar acerca de los impactos negativos que ha provocado la sobrepoblación humana. Miren a su alrededor. Cada uno de los bienes materiales que poseen tienen a la naturaleza como fuente primaria de su producción; imaginen los esfuerzos requeridos para su obtención, los costos de producción y el daño ambiental que esto implica, ahora multipliquen cada elemento por 8 000 millones, el número de seres humanos en la Tierra. Las sociedades humanas y la globalización han facilitado que la mayoría de las personas en el mundo dispongan de ropa, calzado, gadgets y demás bienes materiales que les proporcionan cierto bienestar. Sin embargo, pocas veces reflexionamos que la naturaleza es la que provee los recursos para producir esos bienes. La sustracción de materias primas provoca un daño ambiental, el cual se intensifica cuando los bienes usados son devueltos a la naturaleza en forma de contaminantes. Los seres humanos nos hemos apropiado de los elementos naturales alrededor del mundo, los utilizamos sin restricciones a tal grado que hemos transformado la mitad de la naturaleza desde su estado original. Nuestros niveles de consumo generan una demanda en la producción de bienes materiales, lo que provoca un deterioro ambiental y la degradación de los ecosistemas. Además, la destrucción de los espacios compartidos con todas las especies impacta en las sociedades actuales debido a que la pobreza, la desnutrición y el hambre aumentan. ¿Cuántos seres humanos somos y cuántos seremos? La Real Academia Española define el término “sobrepoblación” como “superpoblación”, esto es, el exceso de individuos de una especie en un espacio determinado, lo que se traduce en una elevada densidad de personas, justo lo que se presenta en la actualidad. Pero ¿cómo llegamos a esta sobrepoblación mundial? De acuerdo con la plataforma Worldometers.info, las estimaciones históricas sugieren que en el año 5000 a. n. e. la población humana mundial era de 5 millones de personas. Para el año 200 d. n. e. ya existían 190 millones de personas, que se convirtieron en 275 millones en el año 1000 y en 450 millones en 1500. A partir de los efectos socioeconómicos de la Revolución Industrial, que inició en el siglo XVIII, comenzó un ascenso en la población a nivel mundial. De este modo, el año 1804 se reconoce como un parteaguas por el número de seres humanos en el mundo debido a que alcanzó los primeros 1 000 millones. El crecimiento histórico de la población tuvo un aumento exponencial en la segunda mitad del siglo XX, pues pasó de 2 500 millones de personas en 1951 a 6 000 millones en el año 2000; es decir, la población aumentó 137% en tan solo 50 años. Desde el año 1990, diariamente nacen cerca de 380 000 seres humanos, lo que representa aproximadamente 140 millones cada año. Así es como nos acercamos cada vez más a la escandalosa cantidad de 8 000 millones de personas en el planeta (Figura 1). La Organización de las Naciones Unidas (ONU) realiza las proyecciones de la población mundial. Sugiere que en el año 2023 inevitablemente habrá 8 000 millones de habitantes y para el año 2057 la cifra llegará a 10 000 millones; al finalizar el siglo XXI estará cerca de alcanzar los 11 000 millones de habitantes. Estas son cantidades exorbitantes que, al traducirse en el empleo de recursos naturales, implican una sobrecarga para el planeta. Los datos sugieren que en el presente siglo se aplanará la curva de crecimiento exponencial, es decir, la línea curva se convertirá en una línea recta (asíntota). Las últimas proyecciones aseguran que las tasas de crecimiento de la población disminuirán durante este siglo, pues la cantidad de nacimientos será menor que la de defunciones, lo que llevará a un proceso de estabilización de la curva. Las estimaciones contienen intervalos de confianza, es decir, las posibles tendencias que puede seguir el crecimiento poblacional a partir de los datos actuales. El rango de confianza adquiere valores mínimos de 9 000 millones de personas, con un notable descenso en la población a partir del año 2075 y valores máximos de cerca de 13 000 millones de habitantes que mantienen el crecimiento exponencial mostrado desde el siglo XX (Figura 2). * Alumnado de la Licenciatura en Ciencias Ambientales, ENES-Mérida, UNAM. **Profesor de Ética Ambiental, Licenciatura en Ciencias Ambientales. Contacto: francisco.guerra@enesmerida.unam.mx