Políticas de ciencia y tecnología: hacia la coproducción de conocimientos para la resolución de problemáticas socioambientales
3 marzo, 2022Por: María Elena Giraldo Palacio*
El fomento de la ciencia y la tecnología como una tarea a cargo del Estado, es un fenómeno que se dio en la posguerra, luego de que la ciencia había contribuido al desarrollo de la “industria militar” internacional. La consolidación de los Estados-Nación conllevó a que los gobiernos se interesaran en financiar diferentes proyectos de investigación académica (Salomon, 2001), para dinamizar sectores económicos estratégicos: energía, obras civiles, industria auto- motriz, entre muchos otros.
Sin embargo, como lo explicó la Dra. Rosalba Casas, en la conferencia inaugural del Seminario “Tecnociencia, Ambiente y Sociedad”, las políticas de ciencia y tecnología han variado en el tiempo, según la concepción sobre el papel que debe cumplir el conocimiento en el desarrollo de las sociedades. Así, durante el declive del modelo del Estado de Bienestar, los gobiernos vieron la necesidad de que la ciencia y la tecnología facilitaran los procesos de innovación empresarial. Es por esto que la agenda del sector se vinculó de manera más estrecha con la aspiración del crecimiento económico, que se vino a reforzar aún más durante la instauración del Estado Neoliberal, enlazando la ciencia a los procesos mercantiles.
Hoy en día se viene cuestionando el papel que cumple la ciencia, la tecnología y la innovación en la sociedad, considerando que son un motor para mejorar las condiciones de vida de la población. Por esto, se han puesto en el centro de la agenda cuestiones como la necesidad de que este sector se oriente a temáticas de interés social como la salud, la alimentación, la educación, la vivienda, o la seguridad, en un marco de sostenibilidad ambiental. Sin embargo, ciencia y tecnología no pueden incidir por sí solas en estas cuestiones, por lo que requieren integrarse con otras políticas sociales, productivas, agroalimentarias o ambientales.
La atención a estas cuestiones implica que el sector científico trabaje en equipos multidisciplinarios en diversas áreas del conocimiento: ciencias naturales, ciencias de la salud, ciencias físicas y ciencias sociales.
Pero a su vez, requiere de un reto mayor: superar el modelo de generación de cono- cimientos centrado en la academia, para extenderlo a una red mucho más amplia y plural de actores que involucran al gobierno, sector productivo, organizaciones de la sociedad civil y colectivos ciudadanos, a partir de esquemas más flexibles, participativos e interactivos.
Esta nueva configuración es crucial para lograr una coproducción de conocimientos orientada a atender graves problemas socioambientales como el cambio climático, la contaminación ambiental, o la escasez de recursos energéticos o hídricos, caracterizados por la complejidad, incertidumbre y dinamismo, que, para su resolución, requieren de una integración entre conocimientos científicos, tradicionales, técnicos y empíricos.
Referencias: Salomon, Jean (2001). “El nuevo escenario de las políticas de la ciencia”, en Revista Internacional de Ciencias Sociales, UNESCO.
Conócela: La Dra. Rosalba Casas Guerrero es Doctora en Filosofía en Políticas de Ciencia y Tecnología e Investigadora Titular del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM desde hace 45 años.
*Profesora del Departamento de Humanidades y Sistemas Sociales, ENES-Mérida, UNAM.