Otras formas de hacer ciencia son posibles: aprendizajes en un proyecto de ciencia ciudadana

Otras formas de hacer ciencia son posibles: aprendizajes en un proyecto de ciencia ciudadana

23 abril, 2025 2
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Por: Wendy Alejandra Reyna Sánchez, Arely A. Paredes Chi, María del Carmen Galindo de Santiago

¿Te has preguntado cómo abordar la complejidad de los desafíos socioambientales desde una ciencia inclusiva y participativa? Esta reseña tiene como propósito presentar los resultados y aprendizajes educativos del proyecto “Ciencia en Acción: ciudadanos navegando en el arribazón”, como  referente de colaboración local e internacional para afrontar desafíos derivados de la crisis climática, desde un enfoque de ciencia ciudadana marino-costera.

¿Qué es la Ciencia Ciudadana?

En las últimas décadas la crisis socioambiental global ha puesto en evidencia la necesidad de replantear el paradigma tradicional de generación del conocimiento científico, y de transitar hacia enfoques interdisciplinarios, inclusivos y colaborativos, que conduzcan hacia la configuración de una ciencia más plural en respuesta a los desafíos y riesgos globales actuales. 

En este contexto, el enfoque de Ciencia Ciudadana (CC) ha tomado gran relevancia, puesto que fomenta la participación voluntaria de la comunidad en procesos colaborativos de investigaciones científicas de relevancia socioambiental. Los grupos de trabajo en los proyectos de CC, generalmente están conformados por personas provenientes de diferentes disciplinas científicas y/o sociales-humanísticas, así como por personas participantes voluntarias que pueden provenir de diferentes profesiones y oficios, no necesariamente con una formación científica previa. Existen diferentes modelos de participación de acuerdo a las características del proyecto de CC, en algunos casos las personas voluntarias se involucran en la recolección de datos para contribuir en investigaciones guiadas por científicas/os, en otros casos la participación incluye la intervención en la fase del diseño del proyecto, formulación de preguntas de investigación, análisis de datos, entre otros aspectos. 

Este tipo de enfoques ha resultado útil en proyectos de gestión ambiental, ya que ha  permitido ampliar bases de datos para entender  determinados fenómenos, dando una perspectiva más amplia e informada de los procesos. La CC también contribuye a la enseñanza de las ciencias desde modelos más accesibles, basados en experiencias situadas y prácticas, promoviendo un mayor aprendizaje y comprensión de la ciencia por parte de las personas participantes.

El proyecto “Ciencia en Acción” 

Un ejemplo de CC es el proyecto Big Seaweed Search México (BSS-Mx), también conocido como “Ciencia en Acción: ciudadanos navegando el arribazón”. Se trata de un proyecto de CC marino-costera, adaptado al contexto sociocultural de México e implementado del 2021 al 2023 en la Península de Yucatán. Contó con la participación de jóvenes locales y científicas/os en el monitoreo y análisis de los arribazones masivos de macroalgas en las playas de Sisal en Yucatán y Puerto Morelos en Quintana Roo.

En dicho proyecto, a lo largo de las tres etapas de implementación, participaron un total de 112 voluntarios (principalmente jóvenes entre 11 y 19 años) de ambas regiones (Sisal y Puerto Morelos), en colaboración con científicas de la UNAM y del Museo de Historia Natural de Londres y la Universidad de Greenwich. También participaron estudiantes de las ENES-Mérida y la Universidad Autónoma Chapingo.  Este proyecto fue una adaptación del programa de CC: The Big Seaweed Search creado en Inglaterra. 

El proyecto “Ciencia en Acción” tuvo como objetivo, el monitoreo de los arribazones de macroalgas presentes en la orilla de las playas de Sisal y Puerto Morelos, para conocer la variación espacio-temporal de especies y de su abundancia relativa, así como la variación de la biomasa (materia orgánica vegetal) que arribó en ambas zonas de estudio. Esta  información es clave en la investigación científica y para el establecimiento de políticas de gestión y manejo ambiental, así como el posible aprovechamiento de la biomasa (materia orgánica), por ejemplo para la fabricación de biofertilizantes, materiales de bioconstrucción, consumo humano y animal, entre otros posibles usos.

Los monitoreos se implementaron a lo largo de 10 meses en ambas regiones durante tres temporadas climáticas (secas, lluvias y nortes), cada temporada contó con un taller introductorio durante la primera semana de implementación, seguido de monitoreos mensuales en campo. Durante estos talleres las y los participantes aprendieron sobre las macroalgas marinas, su importancia ecosistémica y sus diferentes usos. Para realizar los monitoreos se elaboraron guías específicas para cada región, que fueron presentados durante los talleres para la enseñanza de las diferentes técnicas de recolección e identificación de especies de macroalgas. También se utilizaron diversas herramientas y materiales pedagógicos como: material audiovisual, muestras de algas frescas y herborizadas, juegos didácticos y guías de investigación. 

Resultados y aprendizajes educativos del programa “Ciencia en Acción: ciudadanos navegando el arribazón”

Como parte del programa se desarrolló una investigación educativa sobre los aprendizajes y habilidades adquiridas por las y los 18 jóvenes (9 en Sisal y 9 en Puerto Morelos) que participaron en la primera etapa de implementación del proyecto (marzo a julio 2022) Vázquez-Delfín, et. al (2024). Este estudio de caso fue publicado en la revista Enseñanza de las ciencias como «No todo es sargazo»: Aprendizajes en un proyecto de ciencia ciudadana marino-costera

En dicho estudio se analizó  el potencial de la CC para el aprendizaje científico ambiental. La investigación partió de las siguientes preguntas: 1.¿Qué aprendizajes sobre las macroalgas, sus servicios ecosistémicos y sus usos adquirieron las y los jóvenes participantes?, 2.¿Qué aprendizajes y habilidades sobre el trabajo científico para el estudio de los arribazones adquirieron las y los jóvenes participantes? y 3.¿Cuál es el potencial transformador del proyecto para la alfabetización científica y ambiental a nivel comunitario local? 

La recopilación de datos cualitativos se realizó mediante la aplicación de un cuestionario previo al taller de capacitación y de una entrevista semiestructurada a quienes participaron en, al menos, tres monitoreos, con el objetivo de analizar los conocimientos y actitudes previas, así como las evidencias de los conocimientos y habilidades científicas adquiridas. Se contó con una guía de análisis para la interpretación de los datos cualitativos, entre otros instrumentos previamente revisados por expertos en CC e investigadores educativos de LEARN CitSci.  

Los resultados permitieron identificar cambios importantes: la ciudadanía participante mostró más entusiasmo e interés por la ciencia y  adquirió habilidades científicas para el estudio de las macroalgas derivado del conocimiento y uso de las guías para el trabajo de campo, así como de los talleres de capacitación; ahora saben identificarlas, reconocen que no todo es sargazo y que las algas en sí no son el problema. Por ejemplo, siete jóvenes mencionaron que compartían sus aprendizajes sobre macroalgas con su familia para transmitir que no todo es sargazo, sino que hay una diversidad de macroalgas que pueden ser aprovechadas y manejadas de mejor manera. Sumado a esto, cuatro jóvenes mencionaron que comenzaron a ir a la playa  con las guías de identificación para estudiar las macroalgas en su tiempo libre, una joven dijo: 

“Cuando empecé el curso, mi primo y yo fuimos a la playa y empezamos a buscar algas, pero no sabíamos todavía su nombre. Cuando llegamos a nuestra casa, llevamos el alga, la agarramos, y fui a buscar el librito y busqué su nombre” (SS13, Sisal, entrevista).

(SS13, Sisal, entrevista).

Otro  jóven mencionó:

“Antes no sabía de la importancia del arribazón y por qué es necesario saber de las algas. Antes pensaba que, no sé, son [plantas] que se echaron a perder o algo así”

(SS12, Sisal, entrevista).

Su participación en el proyecto también transformó su perspectiva frente a los arribazones masivos, ya que este fenómeno dejó de ser visto de manera negativa. Uno de los participantes compartió lo siguiente sobre las actitudes y creencias compartidas del fenómeno en Sisal:

“Sí porque acá la gente pues como que le da más o menos asco el acercarse al arribazón y tocar. Porque hay algunas älgas* que te dan un poco de comezón. Entonces, la gente al estar mayormente desinformada pues lo ignoró. Antes yo hacía eso porque de chiquito siempre me decían, cuando me iba a bañar al mar, «¡No estés tocando el sargazo!», me decían”

(SS1, Sisal, entrevista).

El fenómeno de los arribazones pudo ser comprendido desde la importancia ecológica que tienen las macroalgas y los posibles usos comerciales que podrían tener para aprovechar el exceso de éstas al acumularse en playa. Por ejemplo un joven explicó que: 

“No tenía mucho conocimiento de [algas]. Yo pensaba que el arribazón pues solo era [sic] el sargazo y ya. Jamás me había puesto a verlo detenidamente y solo [pensaba] «Es sargazo y ya. Es sargazo». No veía muy interesante el sargazo ¿ya? Entonces me acerqué, nos empezaron a dar estos talleres, el curso y todo eso, y pues ya fui cambiando mi forma de pensar. Veo que [las algas] sirven para muchas cosas: para comer, para cosas del hogar o algo así”

(SS5, Sisal, entrevista).

Estos resultados dan cuenta de la relevancia que tiene el diseño y creación de espacios de aprendizaje colectivos, donde la ciudadanía pueda ser partícipe de investigaciones científicas colaborativas destacando las potencialidades de los proyectos de CC para promover el aprendizaje en ciencias, aplicado a temáticas con relevancia local “[…] en contextos en los que los recientes eventos climáticos se asocian a crisis socioambientales, la educación científica es necesaria para comprender sus consecuencias y poder usar el conocimiento disponible para tomar acciones hacia la recuperación ecológica y la resiliencia socio ambiental” (Benavides Lahnstein et al., pág.116, 2024). Para profundizar más en los resultados educativos de este estudio, te invitamos a leer el artículo disponible en el siguiente enlace: https://doi.org/10.5565/rev/ensciencias.5940

Ciencia participativa para un futuro resiliente

La Ciencia Ciudadana ha demostrado ser un enfoque pertinente para abordar temas de relevancia política y ambiental, a partir de metodologías que promueven e incentivan una mayor participación de las comunidades en el estudio y gestión de fenómenos como lo son, en este caso, los arribazones masivos de sargazo. Los beneficios que trae consigo la implementación de este enfoque, tal como lo demuestra el estudio del proyecto “Ciencia en Acción: ciudadanos navegando el arribazón”, tienen el potencial de impactar positivamente en la percepción, cuidado y  gestión ambiental, lo que trae consigo transformaciones sociales a diferentes niveles. 

La constante transformación de los fenómenos naturales debido a problemáticas globales como la crisis climática, nos pide caminar hacia la construcción de estrategias colectivas que integren conocimientos científicos en diálogo y colaboración con los territorios y las comunidades en las que se sitúa cada proyecto. En miras hacia futuros más resilientes, la integración de enfoques y metodologías participativas en la ciencia, permitirá una mayor socialización y apropiación del conocimiento científico, fortaleciendo las capacidades y herramientas de las comunidades para la gestión de los desafíos ambientales globales a escala local. 

Referencias

Benavides Lahnstein, A. I., Paredes Chi, A., Ríos-Vázquez A., Galindo-De Santiago, M. C., Khatun, K., Vázquez Delfín, E., Robinson, L., Brodie, J. y Wadlaw, J., (2024) «No todo es sargazo»: Aprendizajes en un proyecto de ciencia ciudadana marino-costera. Enseñanza de las Ciencias, 1-19, https://doi.org/10.5565/rev/ensciencias.5940

Vázquez-Delfín, E., Galindo-De Santiago, M. C., Paredes-Chi, A., Ríos-Vázquez, A., Benavides-Lahnstein, A., Khatun, K. yBrodie, J., (2024) Marine macrophyte strandings in the Yucatán peninsula: Citizen science as a potential tool for long-term monitoring. Aquat. Bot. 190, 1-10.


* Wendy Alejandra Reyna Sánchez, es alumna de Desarrollo y Gestión Interculturales de la FFyL de la UNAM; Arely A. Paredes Chi, es profesora de la ENES-Mérida y María del Carmen Galindo de Santiago es responsable del Laboratorio de Biología y Ecología de la ENES-Mérida