Los desafíos de la gobernanza hídrica en el sureste mexicano
3 marzo, 2022Por: Mónica Ivette Flores*
En el siglo XXI aún existen millones de personas, principalmente en zonas rurales, que carecen de servicios básicos como el acceso, la disponibilidad y el saneamiento respecto del agua (ONU, 2021), lo que adquiere mayor relevancia ante el actual contexto de emergencia climática y sanitaria. El agua es considerada como un recurso finito y vulnerable, esencial para mantener la vida, el desarrollo y también el ambiente. Es un bien con características tan básicas para la comunidad que no puede ser dejado al mercado especulativo o al libre juego de la oferta y la demanda, sino que su asignación debe resolverse con una perspectiva pública para asegurar que se respete su acceso justo al recurso.
Por ello, la gobernanza hídrica establece las relaciones entre el gobierno, la sociedad y las diversas instituciones públicas y privadas para lograr reconstruir el sentido, la capacidad y la coordinación de los actores involucrados en la gestión del agua. Su gestión integral tiene como fin maximizar el bienestar social y económico resultante de manera equitativa, sin comprometer la sostenibilidad de los ecosistemas (GWP, 2009).
De modo que, es importante asumir la condición de vulnerabilidad, de carácter socio ambiental, que define los procesos que conllevan situaciones críticas e irreversibles que ponen en riesgo el desarrollo humano y el funcionamiento de los ecosistemas (Ávila, 2008: 48), los efectos adversos del cambio climático, incluida la variabilidad climática o los fenómenos extremos (IPCC, 2011).
Al respecto, la Mtra. Lorena Torres Bernardino expuso que los principios de esta gestión deberán estar basados en un enfoque participativo, involucrando a usuarios, planifica- dores y tomadores de decisiones a todo nivel y destacó el papel fundamental de las mujeres, en la provisión, gestión y protección del agua. Torres Bernardino comentó que el sureste de México, atraviesa por problemáticas en cuanto a la cobertura de agua potable, el alcantarillado y el trata- miento de las aguas residuales. De acuerdo al Programa Hídrico Regional Visión 2030, destaca la baja cobertura de alcantarillado y tratamiento de las aguas residuales municipales e industriales, añadiendo la deficiente existencia de fosas sépticas.
En ciudades grandes como Mérida, Campeche y Cancún, existen empresas que se dedican al servicio de limpieza de las fosas sépticas, sin embargo, no existen plantas de tratamiento suficientes donde se vierten los desechos, provocando descargas clandestinas. Por ello, hizo énfasis en que los nuevos desafíos de la gestión urbana del agua deben garantizar el acceso como derecho humano, no enajenable, vista como un bien público de interés general, no limitada a la gestión privada. Además, surge de la necesidad de relacionar estrecha- mente la política del servicio con la política social, la política habitacional, la política del ordenamiento territorial, la política ambiental, con la estrategia metropolitana, e incluso, con el desarrollo de una democracia participativa, lo que implica restituir su carácter social y político.
Conócela: La Dra. Lorena Torres Bernardino es investigadora del Centro del Cambio Global y la Sustentabilidad en el Sureste, AC y Doctorante de la Escuela Doctoral en Ciencias Sociales Université Lyon, Francia.
*Alumna de la Licenciatura en Desarrollo y Gestión Interculturales, ENES-Mérida, UNAM.