
La sobrepoblación humana es el principal factor de la crisis ambiental global
3 marzo, 2022Por: Lisset Stephania Harris Martínez, Elena Juárez Guadarrama, Aarón Ulises Poot Hoil*, Francisco Guerra Martínez**
En 2023 seremos 8 000 millones de seres humanos en el planeta, una cifra preocupante, pues mantenemos un modelo de desarrollo insostenible. Este trabajo señala la relación fracturada entre la humanidad y la naturaleza y nos invita a reflexionar acerca de los impactos negativos que ha provocado la sobrepoblación humana.
Miren a su alrededor. Cada uno de los bienes materiales que poseen tienen a la naturaleza como fuente primaria de su producción; imaginen los esfuerzos requeridos para su obtención, los costos de producción y el daño ambiental que esto implica, ahora multipliquen cada elemento por 8 000 millones, el número de seres humanos en la Tierra.
Las sociedades humanas y la globalización han facilitado que la mayoría de las personas en el mundo dispongan de ropa, calzado, gadgets y demás bienes materiales que les proporcionan cierto bienestar. Sin embargo, pocas veces reflexionamos que la naturaleza es la que provee los recursos para producir esos bienes. La sustracción de materias primas provoca un daño ambiental, el cual se intensifica cuando los bienes usados son devueltos a la naturaleza en forma de contaminantes.
Los seres humanos nos hemos apropiado de los elementos naturales alrededor del mundo, los utilizamos sin restricciones a tal grado que hemos transformado la mitad de la naturaleza desde su estado original. Nuestros niveles de consumo generan una demanda en la producción de bienes materiales, lo que provoca un deterioro ambiental y la degradación de los ecosistemas. Además, la destrucción de los espacios compartidos con todas las especies impacta en las sociedades actuales debido a que la pobreza, la desnutrición y el hambre aumentan.
¿Cuántos seres humanos somos y cuántos seremos?
La Real Academia Española define el término “sobrepoblación” como “superpoblación”, esto es, el exceso de individuos de una especie en un espacio determinado, lo que se traduce en una elevada densidad de personas, justo lo que se presenta en la actualidad. Pero ¿cómo llegamos a esta sobrepoblación mundial? De acuerdo con la plataforma Worldometers.info, las estimaciones históricas sugieren que en el año 5000 a. n. e. la población humana mundial era de 5 millones de personas. Para el año 200 d. n. e. ya existían 190 millones de personas, que se convirtieron en 275 millones en el año 1000 y en 450 millones en 1500. A partir de los efectos socioeconómicos de la Revolución Industrial, que inició en el siglo XVIII, comenzó un ascenso en la población a nivel mundial. De este modo, el año 1804 se reconoce como un parteaguas por el número de seres humanos en el mundo debido a que alcanzó los primeros 1 000 millones.
El crecimiento histórico de la población tuvo un aumento exponencial en la segunda mitad del siglo XX, pues pasó de 2 500 millones de personas en 1951 a 6 000 millones en el año 2000; es decir, la población aumentó 137% en tan solo 50 años.
Desde el año 1990, diariamente nacen cerca de 380 000 seres humanos, lo que representa aproximadamente 140 millones cada año. Así es como nos acercamos cada vez más a la escandalosa cantidad de 8 000 millones de personas en el planeta (Figura 1).

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) realiza las proyecciones de la población mundial. Sugiere que en el año 2023 inevitablemente habrá 8 000 millones de habitantes y para el año 2057 la cifra llegará a 10 000 millones; al finalizar el siglo XXI estará cerca de alcanzar los 11 000 millones de habitantes. Estas son cantidades exorbitantes que, al traducirse en el empleo de recursos naturales, implican una sobrecarga para el planeta.
Los datos sugieren que en el presente siglo se aplanará la curva de crecimiento exponencial, es decir, la línea curva se convertirá en una línea recta (asíntota). Las últimas proyecciones aseguran que las tasas de crecimiento de la población disminuirán durante este siglo, pues la cantidad de nacimientos será menor que la de defunciones, lo que llevará a un proceso de estabilización de la curva.
Las estimaciones contienen intervalos de confianza, es decir, las posibles tendencias que puede seguir el crecimiento poblacional a partir de los datos actuales. El rango de confianza adquiere valores mínimos de 9 000 millones de personas, con un notable descenso en la población a partir del año 2075 y valores máximos de cerca de 13 000 millones de habitantes que mantienen el crecimiento exponencial mostrado desde el siglo XX (Figura 2).

La actual crisis ambiental global
La tragedia de los bienes comunes muestra una situación en la que algunos individuos, movidos por intereses personales, consumen y destruyen los recursos naturales compartidos por una comunidad, por supuesto que nadie resulta beneficiado. Existe una situación similar en la actualidad, y el resto de los seres vivos experimentan esta tragedia. Los recursos naturales presentes en el planeta realmente deberían ser recursos compartidos; sin embargo, los seres humanos vivimos en una dinámica antropocentrista en la que consciente o inconscientemente nos consideramos el centro de todo y actuamos en consecuencia.
La sobrepoblación humana genera muchas problemáticas alrededor del mundo, las principales se refieren a la destrucción de los espacios que cohabitamos con las demás especies. La humanidad ha llevado al planeta a la actual crisis ambiental global, lo que ha provocado problemas como el cambio climático, la contaminación, la deforestación, la defaunación, el tráfico ilegal de especies, la sobrepesca, el deterioro de ecosistemas, la sobreexplotación de agua y la actual pandemia de COVID-19. Los problemas afectan no solo nuestra existencia, sino a todos los seres vivos.
La sobrepoblación humana provoca el cambio de cobertura y uso de suelo, es decir, la eliminación de ecosistemas y su reemplazo por actividades “productivas”. Por lo tanto, más seres humanos implican mayores espacios naturales que serán invadidos para el establecimiento de asentamientos, campos agrícolas y ganaderos, lo que favorecerá la deforestación de millones de hectáreas de bosque, la destrucción de hábitats, la extinción de especies y la aparición de más enfermedades emergentes.
Desafortunadamente, aún mantenemos un modelo de desarrollo que percibe a la naturaleza como un recurso infinito que podemos aprovechar sin consecuencias; seguimos cosificándola. Afortunadamente, la lucha por su revalorización ya inició, aunque lleva pocas décadas, recién nos percatamos de la relación fracturada que provocamos y, por supuesto, debemos acelerar la construcción de un modelo de desarrollo más sostenible. Requerimos entendernos como un elemento integrado en la naturaleza y no como una entidad ajena que puede mantenerse al margen. Y tú, ¿estás de acuerdo en aportar tu granito de arena? Si es así, coincidimos contigo.
Fuentes consultadas
Garrett, H. (1968). The Tragedy of the Commons. Science, 162(3859), 1243-1248.
ONU (2019). Proyecciones de la población mundial [Gráfica]. Departamento de Asuntos Económicos y Sociales. Recuperado de https://population.un.org/wpp/Graphs/DemographicProfiles/Line/900
ONU (2020). World Population Prospects 2019. Recuperado de https://population.un.org/wpp/ el 13 de mayo de 2020.
Vitousek, P. M., Mooney, H. A., Lubchenco, J. y Melillo, J. M. (1997). Human Domination of Earth’s Ecosystems. Science, 277(5325), 494-499.
Worldometer (2020). Real Time World Statistics. Recuperado de https://www.worldometers.info/es/ el 13 de mayo de 2020.
* Alumnado de la Licenciatura en Ciencias Ambientales, ENES-Mérida, UNAM. **Profesor de Ética Ambiental, Licenciatura en Ciencias Ambientales. Contacto: francisco.guerra@enesmerida.unam.mx