Industria textil en Europa, un caso de transición sostenible
3 marzo, 2022Por: Mónica Ivette Flores*
Después de los hidrocarburos, la industria textil es la segunda más contaminante del mundo, al producir toneladas de emisiones de carbono a la atmósfera, lo cual trae como consecuencia el calentamiento global. Para producir unos jeans se requieren 7,500 litros de agua, el equivalente a la cantidad de líquido que bebe una persona en siete años; también cada año se tiran al mar medio millón de toneladas de microfibra, lo que equivale a 3 millones de barriles de petróleo.
El modelo dominante del fast fashion, que ofrece a los consumidores colecciones de temporada a bajos costos, ha generado una tendencia del consumir dentro de un modelo insostenible del comprar, usar, tirar. Especialistas de la ONU consideran que esta tendencia es responsable de una amplia gama de efectos negativos en el ámbito social, económico y ambiental y subrayan la necesidad de garantizar que la ropa se fabrique de la manera más sostenible y éticamente posible.
Al respecto, el Dr. Oscar Miguel Blanco Sierra, especialista en las relaciones entre cultura y los procesos de cambio sociotécnico, comentó que “la Unión Europea, apuesta por generar un modelo de innovación sostenible sin perder el crecimiento económico, lo que implicaría cambiar el modelo de producción basado en costos hacia un modelo basado en la competencia por el conocimiento”. En ese sentido, mencionó que tecnificar e innovar en la industria textil, significaría producir también creatividad y cultura, pretendiendo rescatar la dimensión social y cultural de la moda, componente esencial de la sociedad moderna, para satisfacer a consumidores que buscan un consumo ético y responsable.
Es por ello que propone una integración de la cultura en la innovación, que surge de la crítica al modelo socio-técnico centrado en los aspectos tecnológicos del cambio y que excluye a la cultura de la dimensión política de la innovación, para así generar una transformación social más que tecnológica, en el que los actores sociales adquieran mayor agencia en los procesos y en los nichos de innovación, como el diseño sostenible, las nanotecnologías textiles, las comunidades artesanales y la economía circular, entre otras, lo que permite generar procesos de experimentación local orientados a cambios alternativos sostenibles del sistema.
Blanco Sierra comentó que las combinaciones entre arte-cultura y creatividad son cruciales para lograr la innovación y cambios en la industria textil. La cultura es central en la emergencia de innovaciones radicales del sistema: como agente clave en el sistema de innovación, como laboratorio de experimentación y como proveedora de imágenes de cambio. El rol de la cultura en la innovación es la construcción de nuevos significados, donde las y los agentes culturales son actores clave dentro de los sistemas de innovación, el empleo de la investigación conceptual y el arte como laboratorio. Las y los artistas son catalizadores del cambio social.
Conócelo: Dr. Oscar Miguel Blanco Sierra Doctor en ciencias sociales. Universitat de València. Investigador de las relaciones entre la cultura y los procesos de cambio socio-económico a nivel conceptual y metodológico, y su aplicación en políticas, programas y proyectos.
*Alumna de la Licenciatura en Desarrollo y Gestión Interculturales, ENES-Mérida, UNAM.