Categoría: Desarrollo y Gestión

Ciencia Con Conciencia

21 septiembre, 2023 0

Nanofertilizantes

Ángel Arenas, Patricia Dzul, Mayreb Rico, Itzel Tec* *Egresadas y egresado de la licenciatura en Desarollo y Gestión Interculturales

14 septiembre, 2023 Desactivado

Ojo Biónico

Michel Cortés, Jaydy Chan, Luis Peraza* Egresadas y egresado de la Licenciatura en Desarrollo y Gestión Interculturales

7 septiembre, 2023 0

¿Ciencia para quién?: Reflexiones encaminadas a democratizar la ciencia

Michel Aidet Cortés Angulo* En el presente ensayo se planea abordar la necesidad de democratizar la ciencia a través de la apertura de espacios para el diálogo en materia CTS. Dentro del contexto latinoamericano, existen muchos sesgos a la hora de presentar políticas públicas en ciencia y tecnología ante la falta de dos factores importantes: la inclusión de diversos actores que se encuentran involucrados y la implementación de mecanismos efectivos para asegurar esos diálogos. En ese sentido, tomaré como ejemplo el reciente y polémico caso con la nueva ley del CONAHCYT que no sólo generó grandes críticas desde el punto de vista académico, sino también, desde la misma sociedad civil.  l. Las decisiones de “ahí afuera”  Históricamente, América Latina ha sido un territorio de muchas desigualdades sociales, económicas y políticas (Invernizzi, 2004). Esto viene, desde la época colonial pues en ese momento se establecieron estructuras de poder y dominación que han perpetuado la exclusión y marginalización de ciertos grupos como los pueblos indígenas y las comunidades afrodescendientes. Igualmente, esta misma exclusión ha venido cargada de estereotipos de género pues también ha apartado la participación de mujeres y minorías étnicas en el ámbito público. En ese sentido, cuando hablamos de una necesidad ante la democratización de la ciencia, hablamos de una falta de representación diversa y óptima para la toma de decisiones.  En América Latina y más específicamente para motivos de este ensayo, en México, la toma de decisiones se ha centralizado a instancias gubernamentales o grupos reducidos de élites científicas y tecnológicas: “élites poseedoras de conocimiento” (Arancibia,2023). Esta concentración de las decisiones a un grupo minoritario de decisiones provoca que las políticas públicas que se generan “ahí afuera” no correspondan a las perspectivas y necesidades específicas de los diferentes grupos sociales. Nuevamente, no sólo limita la representatividad y participación, sino también, reflejan la distribución desigual del acceso a la educación, los recursos y las oportunidades en la región, incluida la participación en el ámbito científico y tecnológico. Es por esto, que es necesario no sólo hablar de las políticas públicas en ciencia y tecnología sino también, empezarla a practicar.  ll. Cambiar el juego, las decisiones “aquí dentro” Noela Invernizzi, en su texto: “Participación ciudadana en ciencia y tecnología en América Latina: una oportunidad para refundar el compromiso social de la universidad pública”(2004), menciona que la Universidad también puede ser un espacio en el que con éxito, se puedan infundir estos nuevos mecanismos de participación, ya que “si se destaca la importancia de la universidad para dar el puntapié inicial es porque ella ya posee una tradición de vinculación con la sociedad que puede desarrollarse hacia formas de participación pública como la extensión universitaria” (p.76). Pero, ¿cómo promover dentro de esta institución el que más personas puedan incluirse en un proceso participativo? Pienso, a través del diálogo de saberes. En el diálogo de saberes, se reconoce que el conocimiento no solo proviene de expertos y profesionales, sino también de las comunidades locales, líderes tradicionales y personas con conocimientos ancestrales, en general de la sociedad civil. Se valora la diversidad de perspectivas y se busca integrar diferentes formas de conocimiento para beneficiar a toda la sociedad (Castillo, et al; 2011).  En ese sentido, rescatando la idea de los autores, considero que la universidad puede desempeñar un papel fundamental como espacio donde se promueva la integración de diversos conocimientos y formas de interpretar la ciencia. Esto puede contribuir a la creación de una inteligencia colectiva situada, fomentando el diálogo entre diferentes actores. Garantizar la consideración de una diversidad de perspectivas y necesidades en la toma de decisiones y la búsqueda de soluciones, enriquece el proceso y aumenta las probabilidades de encontrar respuestas más completas y adecuadas.  lll. El caso del CONAHCYT  Con lo mencionado anteriormente, haré una breve reflexión sobre lo sucedido con la reciente aprobación de la Ley General en Materia de Humanidades, Ciencias, Tecnologías e Innovación tomando como referencia las discusiones que se generaron en la mesa de diálogo “la nueva ley de ciencia y tecnología del CONAHCYT” impulsada por la ENES Mérida UNAM.  En principio, la aprobación de la nueva ley busca asegurar que todos los ciudadanos mexicanos tengan el derecho de beneficiarse del desarrollo científico. Se espera que el Estado juegue un papel importante en la promoción de la divulgación e investigación científica, con el objetivo de beneficiar a la sociedad en general. Esta premisa, sí forma parte de una iniciativa hacia la democratización de la ciencia, pues busca un mayor involucramiento e interés de la sociedad por la ciencia. Sin embargo, esta ley establece la formación de un consejo compuesto por diversas Secretarías de Estado, incluyendo la SEDENA (Secretaría de la Defensa Nacional) y los gobiernos estatales, quienes tomarán decisiones sobre el tipo de investigación que se llevará a cabo en el país, basándose en los intereses de la agenda nacional. De esta manera, la inclusión de las fuerzas armadas en el ámbito científico ha generado preocupación y se ha planteado la posibilidad de una militarización de la ciencia. Aunado a esto, la Dra. Brenda Valderrama menciona que si bien se votó por unanimidad que se llevaran a cabo parlamentos abiertos para la discusión de la ley, esto no fue posible por la pronta decisión y ejecución que exigía el partido político en turno, MORENA: “una vez que se aprueba eso (los siete parlamentos) entre el 4 o 5 de Abril, se levanta una moción por parte de un diputado de Morena pidiendo que acabe el 12 de Abril (…) No hay manera que terminemos para el 12 de Abril (…) Para el cierre de fecha del 12 de Abril pues había mayoría de MORENA y sus aliados”. ¿Qué vemos aquí? Para empezar, una nula participación ciudadana. Aunque la iniciativa inicial había sido la de parlamentos abiertos, ¿en qué medida resultó efectiva? Si al final, como comentaba la Dra. Arancibia: “La ciencia como política es de las menos permeables a la discusión y participación pública”. ¿No sería acaso, volver en caer en la crítica inicial de una…

28 agosto, 2023 0

Los cigarrillos electrónicos o vapeadores: sus consecuencias ambientales y controversias tecnocientíficas

Diana Mayreb Rico Aguayo* Introducción En el presente ensayo abordaré el tema de las consecuencias ambientales y controversias tecnocientíficas a partir del caso de los cigarrillos electrónicos o vapeadores que en los últimos años se pusieron de moda entre la población principalmente joven como sustituto de los cigarrillos comunes, ya que es un tema muy reciente que involucra directamente los avances científicos y que a su vez es todavía más contaminante que los cigarrillos ante los cuales compite en el mercado. En la primera parte contextualizo sobre los impactos al ambiente por los avances tecnológicos los cuales están guiados, muchas veces, por intereses económicos aunque en los últimos años muchos científicos han alzado la voz para alertar y advertir sobre las consecuencias irreversibles de nuestros actos, sin embargo, muchos de estos impactos han sido provocados por las industrias. En una segunda parte, abordo el tema de los vaporizadores desde los diferentes puntos de vista que existen alrededor de esta controversia, para después identificar los valores predominantes desde la axiología de la ciencia, con respecto a los principales actores involucrados en está innovación, y finalmente una conclusión en la que sugiero que es un tema el cual debe tratarse desde diferentes disciplinas y actores sociales, así como se debe considerar el factora ambiental y de contaminación, que evidentemente está muy invisibilizado dentro de esta situación pero que es un factor importante. Desarrollo Se considera que nuestro planeta presentó transformaciones a nivel ambiental desde la primera Revolución Industrial, sin embargo, considero que las transformaciones han estado presentes desde que el ser humano fue transformando poco a poco el espacio que le rodeaba, desde los grupos nómadas, los cazadores-recolectores y posteriormente las primeras civilizaciones sedentarias las cuales modificaron el paisaje para poder cultivar su propio alimento. La diferencia entre las transformaciones de las civilizaciones sedentarias y las de la revolución Industrial, fue lo acelerada y visible que fue esta última, además de que estuvo motivada por intereses económicos, políticos y por ende de poder, mientras que la primera fue para la subsistencia de las sociedades. Ya lo dijo Trischler (2017) “los efectos de la industrialización en el medio ambiente y la sociedad fueron aún más esenciales,de largo alcance y duraderos que los de la revolución neolítica” (p. 45). Hoy día los cambios ambientales a nivel global son más visibles, han aumentado su cantidad y fuerza en las últimas décadas, se percibe una escasez de recursos no-renovables como el agua y otra parte de esta se encuentra contaminada, también vemos que ha aumentado la cantidad de especies en peligro de extinción causando la alteración de los ecosistemas. Si bien, las revoluciones industriales y los avances tecnocientíficos nos han facilitado los quehaceres cotidianos y la vida en diferentes ámbitos, sus implicaciones ya nos están pasando la factura, porque poco nos cuestionamos sobre nuestro consumo, nos es fácil desechar y comprar un nuevo aparato sin ponernos a pensar todo el proceso que se requirió para que un celular funcionara, los litros de agua se necesitaron para fabricarlo o la cantidad de minerales se extrajeron para que la pila funcionara correctamente. Todo este proceso queda invisibilizado ante las novedades que nos pueda brindar un nuevo celular, con, tal vez, una cámara más que a veces ni sabemos usar o con funciones que jamás usaremos porque no las necesitamos, sino que se debe al fenómeno del consumismo “que se basa en una corriente interminable de innovaciones tecnológicas” (Trischler, 2017, p. 45). Además de que toda esta basura tecnológica no se recicla o si se hace es muy poco, terminando en los basureros junto a muchos aparatos o los podemos ver en el océano, río, pozos, cenotes, afuera de nuestra casa o en el parque de nuestra colonia, aumentando la contaminación de estos y al contacto con el sol generan gases que contaminan el aire que respiramos diariamente, lo que a la larga nos provocaría daños a nuestra salud. A pesar de ello y de algunos “accidentes” (de los cuales en realidad somos los seres humanos quienes lo provocamos, y el llamarlos accidentes es una forma de deslindarse de la responsabilidad de ello) como el incendio y explosión de basureros, la quema de terrenos provocados por vidrios, etc. se actúa muy poco al respecto desde ámbitos políticos como sociales o si se hace es de forma aislada y poco en conjunto. Cigarrillos electronicos Una reciente tecnología que ha estado en boca de varios son los vapeadores o cigarrillos electrónicos, su uso se ha popularizado tanto que hoy día los puedes encontrar hasta en las tiendas de abarrotes. Estos se presentaron como una alternativa para reducir el consumo de tabaco de las personas con adicción, con la cualidad de que ya no se inhala humo sino vapor, reduciendo los daños a la salud, principalmente los pulmones. Esta tecnología ha sido objeto de diferentes posturas, algunas contrapuestas específicamente entre personal del área de salud, las personas consumidoras, fabricantes o distribuidores, por esta razón encuentro el tema como controversial. Su uso se ha popularizado entre la población más joven, de hecho se considera que las campañas de vapeo están dirigidas a este grupo específico puesto que son una población vulnerable (Romero, 2022), considero que son los jóvenes quienes se han inclinado hacia este producto porque se muestra como una innovación tecnológica, divertida y más compleja que el cigarrillo tradicional donde la forma de fumar es aburrida y el sabor desagradable, ya que los puedes encontrar en diversos sabores que van de lo frutal a lo coctelero, haciendo del producto algo diverso y vendible, marcando un cambio histórico importante en la forma de fumar y su concepción. Con el tiempo y popularización han tomado fuerza en el mercado, generando un incremento de marcas con precios variados, haciéndolo más accesible para la población. Algunos expertos en el área de salud advierten sobre las posibles consecuencias, la Comisión Nacional contra las Adicciones (2019) informa que “el vapor de los cigarros electrónicos contiene una gran cantidad de sustancias tóxicas”, algunas de ellas hasta cancerígenas, como…

21 agosto, 2023 0

¿Por qué hablar de participación ciudadana en la ciencia y la tecnología en Yucatán, México?

Jaydy Aylin Chan Couoh* En este breve ensayo abordo la importancia de la participación ciudadana en los avances de la ciencia y la tecnología en México, la cual atraviesa cada esfera de nuestra vida social y tiene impactos ambientales y riesgos que han generado controversias y una necesidad por democratizar las decisiones sobre los avances tecnocientíficos que afectan directamente a la ciudadanía. La modernidad trajo consigo el discurso del desarrollo, el cual nos dice que el avance y progreso de un país (y humanidad) van de la mano del avance de la ciencia y la tecnología, haciéndonos ver a la ciencia como el vehículo por excelencia para que la humanidad sea dueña de su destino y transforme el mundo. En la actualidad los avances tecnocientíficos permean cada esfera de la vida social, por lo que hoy no podemos imaginarnos otra manera de comunicarnos, leer, cocinar, trabajar o transportarnos sin el uso de la tecnología. Sin embargo, esta dependencia hacia la ciencia y la tecnología trae consigo consecuencias negativas, como afectaciones ambientales y marginación social que nos llevan a repensar el papel de la tecnociencia en el mundo. Antes de continuar, abriré un pequeño paréntesis sobre porqué he decidido manejar el concepto de “tenociencia” en este ensayo. Desde la segunda mitad del siglo XX la concepción de la ciencia y la tecnología han sufrido cambios en sus conceptos, pasando a llamarse “tecnociencia”, una hibridación entre ambas ramas que significan el trabajo en conjunto de científicos, ingenieros y tecnólogos en pro de desarrollos científicos patentables para incrementar el I+D de los planes nacionales de desarrollo, lo que ha reconfigurado el rumbo de la tecnociencia hacia el mercado y transformar el mundo, en alianzas entre empresas y universidades, etc. Esto a su vez lleva hace a la tecnociencia tener mayores intereses políticos, económicos, militares y “una serie de cuestiones axiológicas mucho más amplias”, sobre la hibridación entre diversos sistemas de valores, (Echeverría, 2010). Es entonces que podemos hablar sobre los avances científicos y tecnológicos, o sea la tecnociencia, que han traído un nuevo ámbito de reflexión moral, por lo cual es necesario voltear a ver a nuestro alrededor, cuestionar y señalar los aspectos éticos, políticos, económicos, ambientales y demás valores que atraviesan y condicionan el rumbo de la tecnociencia. Continuando con mi punto, son innegables las controversias que el avance tecnocientífico ha traído consigo mismo, no podemos limitarnos (aunque sí que es un gran referente) hablar del proyecto Manhattan y el incidente en Chernobyl; pues estas decisiones respecto al rumbo que toma la ciencia y la tecnología han desencadenado múltiples áreas de controversia, como lo son los organismos genéticamente modificados, el uso de células madre de embriones en la medicina, manipulación genética, la energía nuclear, la inteligencia artificial, la nanotecnología, el cambio climático y la contaminación del aire y del agua, las represiones sociales por los territorios, la orientación militar de la ciencia y un sinfín de consecuencias tecnocientíficas que están presentes en nuestros días y nos han llevado a cuestionar el papel de la ciencia y los científicos en la sociedad y sobre desde dónde se toman las decisiones, ya que “la idea de que el progreso tecnológico sólo puede ser guiado por una élite tecnocrática ha mostrado ya sus consecuencias más funestas” (Linares, 2012). Los cada vez más visibles riesgos de los avances tecnocientíficos han llevado a la sociedad a transitar entre “periodos de gran optimismo y confianza como de temores y desconfianza” (Ivernizzi, 2005), provocando la movilización de esta a través de movimientos sociales para exigir tener mayor voz y voto respecto a las decisiones que se están tomando en su territorio debido a los proyectos de desarrollo que se instalan en el país sin realmente consultar las necesidades y opiniones de la comunidad. En Latinoamérica, los avances tecnocientíficos están marcados por “[la] exclusión social y por un debilitamiento del compromiso social de las universidades públicas” (Ivernizzi, 2004, p. 68), limitando los intereses de estos a los de una minoría en el poder, lo que requiere abrir nuevos espacios de participación ciudadana e involucramiento social para construir una ciencia más democrática, o sea “un nuevo contrato entre la sociedad y la tecnociencia que busca reducir los riesgos mediante la deliberación y el control público, así como distribuir de un modo más justo los beneficios de las interacciones entre la tecnociencia y la naturaleza [y la sociedad]” (Linares, 2012). Como hemos visto, este avance de la tecnociencia está mermado por intereses políticos y económicos del sistema capitalista que explotan y cosifican los recursos naturales llevándonos a consecuencias ambientales muchas veces inciertas que producen aún más desconfianza y miedo por los riesgos que pueden traer, como es el caso de la contaminación del agua de los cenotes de Homún y Sitilpech en Yucatán, donde se han instalado megagranjas porcícolas de la empresa Kekén, que contaminan el agua debido a las filtraciones de eses de los cerdos a través del suelo, lo cual afecta la salud y las actividades económicas de las regiones, en donde Homún es un lugar turístico justamente por estar localizado en el anillo de cenotes de la península de Yucatán.  Además, En Yucatán “el subsuelo es la fuente fundamental de abastecimiento disponible de agua”, Rendón, J. (2016), por lo que los cenotes y aguadas son primordiales para la vida social, económica y cultural de los pobladores, ya que esta agua está destinada al área agrícola y ganadera de los municipios, así como al uso doméstico y ritual. Esta contaminación del agua ha llevado a la movilización de las comunidades desde 2016 cuando se le otorgó autorización a la empresa Producción Alimentaria Porcícola por parte del Gobierno de Yucatán para instalar una mega granja de 49,000 cerdos en el municipio de Homún, (Llanes y Rejón, 2022) lo que generó descontento en la población y exigencia para que se dejara de contaminar su territorio y cerrara la megagranja.  Además, en Sitilpech, desde 2021, la comunidad se ha movilizado para cerrar las megragranjas de Kekén que afectan su calidad de vida,…

14 agosto, 2023 0

Las brujas en la ciencia

Patricia Sarai Dzul Canul* Introducción Culturalmente a través del tiempo se ha asociado y vinculado a las mujeres con posiciones subordinadas a los hombres en todos los ámbitos de la vida, se les ha excluido de la toma de decisiones, de los espacios públicos, de las posiciones de poder y de la producción de conocimiento. Este último será el tema de análisis del presente ensayo, en el cual se discutirá la brecha que existe entre hombres y mujeres, específicamente en el campo CTS.  Para poder llegar a dicho análisis, se realizará una revisión histórica sobre un hecho en específico, la caza de brujas, el cual desde mi perspectiva representa uno de los primeros (y principales) momentos en los que la producción de conocimientos femeninos fue violentado y eliminado. Es importante conocer cuál ha sido el papel de las mujeres en los procesos de producción de conocimiento a través del paso del tiempo para entender mejor la realidad y los retos de la actualidad.  Este escrito busca ser propositivo, por lo tanto, también se ofrecen algunas propuestas para reducir, y desaparecer la brecha de género que existe entre hombre y mujeres en el campo CTS. En la conclusión se espera proporcionar al lector un panorama de cierre y de un futuro esperanzador para atender la problemática. ¿Científica = Bruja? Sobre la caza de brujas Ehrenreich y English nos dicen: El periodo de la caza de brujas abarcó más de cuatro siglos (desde el siglo XIV al XVII), desde sus inicios en Alemania hasta su introducción en Inglaterra. La persecución de las brujas empezó en tiempos del feudalismo y prosiguió, con creciente virulencia, hasta bien entrada la ‘edad de la razón’ (Ehrenreich y English, 1973, p.8). La casa de brujas en Europa fue un proceso de sometimiento de las mujeres en la cual no solo se sembró el miedo entre las diferentes clases sociales, sino que también resultó un ejercicio de pérdida de la memoria y el conocimiento que existía desde lo femenino.  Federici señala: La caza de brujas ahondó las divisiones entre mujeres y hombres, inculcó a los hombres el miedo al poder de las mujeres y destruyó un universo de prácticas, creencias y sujetos sociales cuya existencia era incompatible con la disciplina del trabajo capitalista, redefiniendo así los principales elementos de la reproducción social (Federici, 2004, p.  223). Las mujeres desde el inicio de los tiempos fueron remitidas al ámbito privado, al cuidado y de la procreación, si bien esto creó varios imaginarios colectivos que han resultado negativo en la concepción de lo femenino; también resultó un espacio donde las mujeres pudieron aprender y generar conocimiento con respecto a remedios curativos.  El patriarcado siempre le ha tenido miedo a todo aquello que pudiera quitarle su poder, cualquier cosa que pudiera ser una amenaza para las dinámicas donde se posicionara a los hombres por encima de todo, necesitaba ser eliminada. Es por ello que la caza de brujas representa uno de los momentos más críticos en la historia de las mujeres en la ciencia. Representa un primer gran ataque a un intento por generar conocimiento desde lo femenino. Ehrenreich y English y Starhawk (1973) en Federici (2004) señalan: Se expropió a las mujeres de un patrimonio de saber empírico, en relación con las hierbas y los remedios curativos, que habían acumulado y transmitido de generación en generación, una pérdida que allanó el camino para una nueva forma de cercamiento: el ascenso de la medicina profesional que, a pesar de sus pretensiones curativas, erigió una muralla de conocimiento científico indisputable, inasequible y extraño para las «clases bajas» (Federici, 2004, p. 278). No se sabe con exactitud qué tanto impacto tuvo esta eliminación de conocimientos en el avance científico y tecnológico de los años posteriores (o incluso en la actualidad), lo que sí se sabe es que esta práctica no terminó hasta que se  perpetuaron las relaciones de poder y los imaginarios sobre a dónde pertenecían las mujeres y qué les pasaría si se atrevieran a tan siquiera pensar en participar en la producción de conocimiento. Federici para esto nos menciona: La caza de brujas llegó a su consumación, a finales del siglo XVII, porque para esa época la clase dominante gozaba de una creciente sensación de seguridad en relación con su poder y no porque hubiese surgido una visión del mundo más ilustrada. (Federici, 2004, p. 279) Las brujas del presente En la actualidad las mujeres se encuentran en una posición diferente de la que encontraban hace varios siglos, sin embargo, aún se encuentran en una posición de evidente desventaja con respecto a los hombres en su participación en la Ciencia. Un estudio realizado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura nos dice que: Las mujeres representan un 33,3% de las plantillas de investigadores existentes en el mundo, según datos proporcionados por el Instituto de Estadística de la UNESCO que corresponden a 107 países y abarcan el periodo 2015–2018 (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, 2021). Las mujeres a través del tiempo han realizado una interminable lucha y trabajo por generar sus propios espacios desde los cuales hacer ciencia, sin embargo, también por traspasar aquellos que les han sido históricamente negados.  Y es que no debemos concebir a las mujeres (ni a las personas que hacen ciencia y tecnología en general) como un grupo homogéneo el cual lucha por las mismas cosas en un bloque unificado; sino reconocer que toda producción de conocimiento ha sido desde diferentes realidades, “hombres y mujeres crean la ciencia y la tecnología en virtud de sus contextos sociales, políticos, históricos, intereses de género y de poder determinados.” (Fernández, 2012 , p. 87) Estas diferentes realidades desde las cuales las personas crean ciencia y tecnología poseen características específicas, complejizando aún más el proceso de involucramiento de las mujeres en el campo tecnocientífico. Las mujeres que eligen hacer ciencia de por sí tiene que afrontar una realidad donde su conocimiento y capacidades son continuamente cuestionados,…

7 agosto, 2023 Desactivado

El arte feminista como patrimonio [Re] Generando Narrativas e Imaginarios en el Museo Kaluz

Por: Guadalupe Lara Díaz* Museo Kaluz es un museo de arte ubicado en el Centro Histórico de la Ciudad de México. Inagurado en octubre de 2020, el museo resguarda y difunde la colección Kaluz, a través de la cual ofrece al público un proyecto expositivo diverso en donde cada exposición genera un diálogo entre las obras de arte de diversos tiempos y contextos. Mi visita al museo fue para conocer [Re] Generando Narrativas e Imaginarios. Mujeres en diálogo, una exposición que busca visibilizar el rol de las mujeres como artistas a lo largo de la historia, y que pretende establecer un diálogo entre más de 100 obras de mujeres artistas de diferentes épocas y estilos. Al mismo tiempo, busca resignificar algunas “actividades femeninas”, como el tejido y el bordado, como propuestas artísticas que contribuyan a cambiar la narrativa de aquello que entendemos como arte. ¿Dónde están las mujeres en las colecciones de arte y museos en México? El museo Kaluz, de la mano de la curadora e historiadora Karen Cordero Reiman, parte de esta interrogante para presentar esta exposición. Lo que busca es cuestionar las relaciones de poder en las estructuras de nuestra cultura y en particular del sistema artístico, por eso en la exposición hallamos tres ejes temáticos: Cuerpxs, Entornos e Imaginarios, ejes que forman parte del Patrimonio del museo. En las salas encontré otras miradas, otros espacios y otras subjetividades, uno de los aspectos más llamativos de la exposición lo encontré desde el inicio, donde se mencionan porcentajes de la participación de las mujeres en los diversos museos de la CDMX, el número de mujeres creadoras representa el 15% en promedio: una de cada cuatro artistas de la colección del Museo de Arte Contemporáneo son mujeres, en el Jumex representan el 20,1%, en el Museo de Arte Moderno el 16,6 % y, en cuarto lugar, en el Museo Kaluz el 15,1%. La exposición busca no solamente incluir mujeres artistas para exponer un mayor número, sino crear nuevas narrativas sobre la historia del arte e imaginar otras maneras de organizar la sociedad. Durante el recorrido pude observar piezas como: Mujeres frente al tribunal (2021), de Carla Rippey, la cual resignifica fotografías antiguas hechas a mujeres detenidas; Tejedoras de acompañamiento, una obra encargada para la exposición al grupo de investigación; y creación Mitote que referencia a otras formas de apoyo y creación. La pieza que más me conmovió durante el recorrido fue la silueta de una mujer fabricada con un espejo, creada por la fotógrafa Sonia Madrigal para La muerte sale por el Oriente (2014), un trabajo que aborda la violencia feminicida.  El recorrido por el museo me llevo a reflexionar sobre La curaduría feminista, no solamente se necesita incluir más mujeres, artistas o identidades sexuales diversas en los museos, sino contar historias de manera distinta. Preguntarnos cómo cambiaría la representación del patrimonio y del arte cuando incluimos otros actores y otras miradas; estas trasformaciones harían que el público genere otros modos de colocarse ante un patrimonio común y convierta a estos espacios de memoria en una experiencia que implicara el cuerpo, los sentidos, el movimiento y la posibilidad de hacer relaciones o diálogos entre diferentes obras o diferentes patrimonios.  Decolonialidad y Patrimonio Entendemos por patrimonio a los bienes y expresiones culturales heredados de generaciones pasadas, que tienen un valor histórico, artístico, científico o social, asi como elementos que son considerados importantes para la identidad y la memoria de una comunidad. En relación al patrimonio, la perspectiva decolonial cuestiona los modelos tradicionales de preservación y valoración del patrimonio que han sido establecidos durante el periodo colonial y que suelen favorecer la vision eurocentrista y occidentalizada, modelos que han privilegiado ciertos objetos, monumentos y narrativas históricas.  La decolonialidad propone una revisión crítica de los conceptos de patrimonio, buscando incluir y valorar diversas expresiones culturales y conocimientos de los comunidades, se busca superar la idea de que solo ciertos elementos son considerados patrimonio y se promueve la valoración de los saberes ancestrales, las tradiciones orales, las prácticas culturales y otros aspectos que han sido históricamnete marginados o invisibilizados. En relación con la decolonialidad, Rita Segato (2020) ha criticado el concepto de patrimonio cultural, argumentando que es un instrumento de poder que perpetúa las desigualdades coloniales y las jerarquías de género. De acuerdo con ella, el patrimonio cultural se ha utilizado para legitimar las narrativas dominantes, silenciar las voces de los grupos subalternos y perpetuar la violencia simbólica.  Segato ha abogado por la necesidad de descolonizar el conocimiento y cuestionar las estructuras de poder arraigadas en la colonialidad. Ha señalado que la colonialidad no es solo una cuestión del pasado, sino que persiste en la actualidad a través de las relaciones de poder desiguales y las prácticas discriminatorias. Desde esta perspectiva, Segato ha insistido en repensar y redefinir las prácticas culturales: La patrimonialización, que piensa el patrimonio como cosas, es decir, como vida muerta, no sirve. Para que el patrimonio esté vivo tiene que ser vivido por la gente y estar en permanente construcción por parte de las personas quien pertenece. (Segato, 2020, p.159)  En ese sentido, las obras exhibidas en el Museo Kaluz, es decir, el arte feminista, es considerado patrimonio porque documenta y preserva una historia cultural significativa, estas obras capturan momentos claves de luchas y logros feministas, representan las resistencias experimentadas por las mujeres a lo largo del tiempo y contribuyen a generar espacios para la expresión así como para la reflexión sobre las experiencias femeninas. Al considerar el arte feminista como patrimonio, se reconoce su valor histórico, cultural y social.  Los museos y las instituciones culturales han comenzado a exhibir y preservar obras feministas como parte de sus colecciones permanentes, esto no solo permite que estas obras sean apreciadas, sino que también aseguran su contribución a la diversidad cultural y artística de la sociedad. En el museo, las obras tienen una dimensión política porque buscan desafiar estructuras de poder, criticar al patriarcado, reclamar el espacio público, promover el cambio social, así como construir nuevas identidades y subjetividades. Otras…

29 marzo, 2023 0

Chagas en Yucatán, un acercamiento a la investigación de la Dra. Alba Valdez Tah

Por: Jessica Cisneros Totozaus* Las personas que vivimos en la Península de Yucatán de una u otra forma hemos escuchado hablar del “pic” como se le conoce, también tiene otros nombres como vinchuca, chinche picuda o besucona. Este insecto, si está infectado por el parásito protozoo Trypanosoma cruzi (T. cruzi) puede causar la enfermedad de Chagas, también llamada tripanosomiasis americana. La Dra. Alba Valdez Tah inició su investigación sobre el Chagas en Chiapas a través de un proyecto al que fue invitada, se introdujo en el tema desde un enfoque socioambiental, investigando sobre la interacción de las personas en las comunidades con el Chagas. “Para hablar de Chagas como antropóloga, es una gran problemática que empieza como una infección parasitaria, que con el tiempo puede causar síntomas clínicos y ahí viene la enfermedad. No todas las personas que llegan a infectarse desarrollarán los síntomas clínicos, el problema es que no se sabe quién sí y quién no. (…) Es una parasitosis que ha sido desatendida clínicamente y políticamente.” Esta enfermedad ha sido invisibilizada a pesar de estar tan presente en el estado y se ha convertido en un fenómeno social importante, más allá de ser una enfermedad parasitaria, tiene una complejidad, no solo puede ser transmitida por la picadura del insecto, también a través de transfusiones de sangre o de madre a hijo en el útero. La Dra. Alba nos cuenta que muchas personas se dan cuenta de que tienen la enfermedad al momento de que quieren donar sangre, por ejemplo. Las personas que viven con la enfermedad atraviesan distintas dificultades. “Las personas tienen miedo a ser discriminados o ser vistos distinto en su comunidad. (…) Cuando se enteran que tienen Chagas sienten miedo, temor, muchos de ellos cuando escuchan su diagnóstico es la primera vez que escuchan la palabra. (…) Enfrentan desconocimiento e incertidumbre.” Comenta, pues es un tema que no esté tan presente en los medios o que sea discutido entre las personas, también el acceso al tratamiento es complicado. “Un paciente entrevistado habla de la dificultad del tratamiento, hay un tratamiento específico, un desparasitante, él dice que a pesar de tener recursos, acceso a servicio médico privado, no puede acceder porque el tratamiento es controlado por el gobierno y a nivel gubernamental hay muchas trabas. Nunca le llegó su tratamiento, está decepcionado y no quiere regresar al servicio público. (…) El servicio público se encuentra saturado, por ejemplo las personas de las comunidades no encuentran citas. (…) Es muy difícil en un sistema de salud sobresaturado y que ignora el Chagas”.  Existen distintos momentos de la enfermedad, que van desde la infección que se puede tratar con un desparasitante, el cual es bastante tóxico y obsoleto que no es apto para todos los cuerpos; hasta problemas cardiacos, del esófago, intestinos, etc. Algunos pueden pasar hasta por transplante de corazón.  Es importante tener información sobre el Chagas no sólo en Yucatán que es una zona endémica, sino en todas partes ya que debido a la migración se encuentra presente en todo el mundo: “Es importante que platiquemos del tema porque como sociedad podemos hacer mucho para que las personas afectadas vivan un clima más empático y sensible a la problemática que viven, para encontrar cierto acompañamiento de la sociedad. Lo que hace falta en la opinión pública es tener la visión de las personas afectadas, darnos la tarea de escuchar. De eso trata mi proyecto, ampliar el horizonte de la conversación, escuchar lo que ellas y ellos tienen que decir”. ¿Cómo podemos colaborar las personas que no estamos adentradas en el tema? “Entender que es mucho más que el pic (…), hablar del tema, comunicar. Como estudiantes en la ENES, a través de las acciones y clases, muchos de ustedes ya tienen idea de que es y es importante transmitirlo a otros lados” concluye.  Agradecimientos a la Dra. Alba Valdez Tah, investigadora, quien también es docente en la ENES Mérida, por compartir su conocimiento y perspectiva sobre este tema de importancia local y nacional. Jessica Cisneros Totozaus* es egresada de la Licenciatura en Desarrollo y Gestión Interculturales, ENES-Mérida, UNAM.