Categoría: Desarrollo y Gestión

Ciencia Con Conciencia

28 agosto, 2023 0

Los cigarrillos electrónicos o vapeadores: sus consecuencias ambientales y controversias tecnocientíficas

Diana Mayreb Rico Aguayo* Introducción En el presente ensayo abordaré el tema de las consecuencias ambientales y controversias tecnocientíficas a partir del caso de los cigarrillos electrónicos o vapeadores que en los últimos años se pusieron de moda entre la población principalmente joven como sustituto de los cigarrillos comunes, ya que es un tema muy reciente que involucra directamente los avances científicos y que a su vez es todavía más contaminante que los cigarrillos ante los cuales compite en el mercado. En la primera parte contextualizo sobre los impactos al ambiente por los avances tecnológicos los cuales están guiados, muchas veces, por intereses económicos aunque en los últimos años muchos científicos han alzado la voz para alertar y advertir sobre las consecuencias irreversibles de nuestros actos, sin embargo, muchos de estos impactos han sido provocados por las industrias. En una segunda parte, abordo el tema de los vaporizadores desde los diferentes puntos de vista que existen alrededor de esta controversia, para después identificar los valores predominantes desde la axiología de la ciencia, con respecto a los principales actores involucrados en está innovación, y finalmente una conclusión en la que sugiero que es un tema el cual debe tratarse desde diferentes disciplinas y actores sociales, así como se debe considerar el factora ambiental y de contaminación, que evidentemente está muy invisibilizado dentro de esta situación pero que es un factor importante. Desarrollo Se considera que nuestro planeta presentó transformaciones a nivel ambiental desde la primera Revolución Industrial, sin embargo, considero que las transformaciones han estado presentes desde que el ser humano fue transformando poco a poco el espacio que le rodeaba, desde los grupos nómadas, los cazadores-recolectores y posteriormente las primeras civilizaciones sedentarias las cuales modificaron el paisaje para poder cultivar su propio alimento. La diferencia entre las transformaciones de las civilizaciones sedentarias y las de la revolución Industrial, fue lo acelerada y visible que fue esta última, además de que estuvo motivada por intereses económicos, políticos y por ende de poder, mientras que la primera fue para la subsistencia de las sociedades. Ya lo dijo Trischler (2017) “los efectos de la industrialización en el medio ambiente y la sociedad fueron aún más esenciales,de largo alcance y duraderos que los de la revolución neolítica” (p. 45). Hoy día los cambios ambientales a nivel global son más visibles, han aumentado su cantidad y fuerza en las últimas décadas, se percibe una escasez de recursos no-renovables como el agua y otra parte de esta se encuentra contaminada, también vemos que ha aumentado la cantidad de especies en peligro de extinción causando la alteración de los ecosistemas. Si bien, las revoluciones industriales y los avances tecnocientíficos nos han facilitado los quehaceres cotidianos y la vida en diferentes ámbitos, sus implicaciones ya nos están pasando la factura, porque poco nos cuestionamos sobre nuestro consumo, nos es fácil desechar y comprar un nuevo aparato sin ponernos a pensar todo el proceso que se requirió para que un celular funcionara, los litros de agua se necesitaron para fabricarlo o la cantidad de minerales se extrajeron para que la pila funcionara correctamente. Todo este proceso queda invisibilizado ante las novedades que nos pueda brindar un nuevo celular, con, tal vez, una cámara más que a veces ni sabemos usar o con funciones que jamás usaremos porque no las necesitamos, sino que se debe al fenómeno del consumismo “que se basa en una corriente interminable de innovaciones tecnológicas” (Trischler, 2017, p. 45). Además de que toda esta basura tecnológica no se recicla o si se hace es muy poco, terminando en los basureros junto a muchos aparatos o los podemos ver en el océano, río, pozos, cenotes, afuera de nuestra casa o en el parque de nuestra colonia, aumentando la contaminación de estos y al contacto con el sol generan gases que contaminan el aire que respiramos diariamente, lo que a la larga nos provocaría daños a nuestra salud. A pesar de ello y de algunos “accidentes” (de los cuales en realidad somos los seres humanos quienes lo provocamos, y el llamarlos accidentes es una forma de deslindarse de la responsabilidad de ello) como el incendio y explosión de basureros, la quema de terrenos provocados por vidrios, etc. se actúa muy poco al respecto desde ámbitos políticos como sociales o si se hace es de forma aislada y poco en conjunto. Cigarrillos electronicos Una reciente tecnología que ha estado en boca de varios son los vapeadores o cigarrillos electrónicos, su uso se ha popularizado tanto que hoy día los puedes encontrar hasta en las tiendas de abarrotes. Estos se presentaron como una alternativa para reducir el consumo de tabaco de las personas con adicción, con la cualidad de que ya no se inhala humo sino vapor, reduciendo los daños a la salud, principalmente los pulmones. Esta tecnología ha sido objeto de diferentes posturas, algunas contrapuestas específicamente entre personal del área de salud, las personas consumidoras, fabricantes o distribuidores, por esta razón encuentro el tema como controversial. Su uso se ha popularizado entre la población más joven, de hecho se considera que las campañas de vapeo están dirigidas a este grupo específico puesto que son una población vulnerable (Romero, 2022), considero que son los jóvenes quienes se han inclinado hacia este producto porque se muestra como una innovación tecnológica, divertida y más compleja que el cigarrillo tradicional donde la forma de fumar es aburrida y el sabor desagradable, ya que los puedes encontrar en diversos sabores que van de lo frutal a lo coctelero, haciendo del producto algo diverso y vendible, marcando un cambio histórico importante en la forma de fumar y su concepción. Con el tiempo y popularización han tomado fuerza en el mercado, generando un incremento de marcas con precios variados, haciéndolo más accesible para la población. Algunos expertos en el área de salud advierten sobre las posibles consecuencias, la Comisión Nacional contra las Adicciones (2019) informa que “el vapor de los cigarros electrónicos contiene una gran cantidad de sustancias tóxicas”, algunas de ellas hasta cancerígenas, como…

21 agosto, 2023 0

¿Por qué hablar de participación ciudadana en la ciencia y la tecnología en Yucatán, México?

Jaydy Aylin Chan Couoh* En este breve ensayo abordo la importancia de la participación ciudadana en los avances de la ciencia y la tecnología en México, la cual atraviesa cada esfera de nuestra vida social y tiene impactos ambientales y riesgos que han generado controversias y una necesidad por democratizar las decisiones sobre los avances tecnocientíficos que afectan directamente a la ciudadanía. La modernidad trajo consigo el discurso del desarrollo, el cual nos dice que el avance y progreso de un país (y humanidad) van de la mano del avance de la ciencia y la tecnología, haciéndonos ver a la ciencia como el vehículo por excelencia para que la humanidad sea dueña de su destino y transforme el mundo. En la actualidad los avances tecnocientíficos permean cada esfera de la vida social, por lo que hoy no podemos imaginarnos otra manera de comunicarnos, leer, cocinar, trabajar o transportarnos sin el uso de la tecnología. Sin embargo, esta dependencia hacia la ciencia y la tecnología trae consigo consecuencias negativas, como afectaciones ambientales y marginación social que nos llevan a repensar el papel de la tecnociencia en el mundo. Antes de continuar, abriré un pequeño paréntesis sobre porqué he decidido manejar el concepto de “tenociencia” en este ensayo. Desde la segunda mitad del siglo XX la concepción de la ciencia y la tecnología han sufrido cambios en sus conceptos, pasando a llamarse “tecnociencia”, una hibridación entre ambas ramas que significan el trabajo en conjunto de científicos, ingenieros y tecnólogos en pro de desarrollos científicos patentables para incrementar el I+D de los planes nacionales de desarrollo, lo que ha reconfigurado el rumbo de la tecnociencia hacia el mercado y transformar el mundo, en alianzas entre empresas y universidades, etc. Esto a su vez lleva hace a la tecnociencia tener mayores intereses políticos, económicos, militares y “una serie de cuestiones axiológicas mucho más amplias”, sobre la hibridación entre diversos sistemas de valores, (Echeverría, 2010). Es entonces que podemos hablar sobre los avances científicos y tecnológicos, o sea la tecnociencia, que han traído un nuevo ámbito de reflexión moral, por lo cual es necesario voltear a ver a nuestro alrededor, cuestionar y señalar los aspectos éticos, políticos, económicos, ambientales y demás valores que atraviesan y condicionan el rumbo de la tecnociencia. Continuando con mi punto, son innegables las controversias que el avance tecnocientífico ha traído consigo mismo, no podemos limitarnos (aunque sí que es un gran referente) hablar del proyecto Manhattan y el incidente en Chernobyl; pues estas decisiones respecto al rumbo que toma la ciencia y la tecnología han desencadenado múltiples áreas de controversia, como lo son los organismos genéticamente modificados, el uso de células madre de embriones en la medicina, manipulación genética, la energía nuclear, la inteligencia artificial, la nanotecnología, el cambio climático y la contaminación del aire y del agua, las represiones sociales por los territorios, la orientación militar de la ciencia y un sinfín de consecuencias tecnocientíficas que están presentes en nuestros días y nos han llevado a cuestionar el papel de la ciencia y los científicos en la sociedad y sobre desde dónde se toman las decisiones, ya que “la idea de que el progreso tecnológico sólo puede ser guiado por una élite tecnocrática ha mostrado ya sus consecuencias más funestas” (Linares, 2012). Los cada vez más visibles riesgos de los avances tecnocientíficos han llevado a la sociedad a transitar entre “periodos de gran optimismo y confianza como de temores y desconfianza” (Ivernizzi, 2005), provocando la movilización de esta a través de movimientos sociales para exigir tener mayor voz y voto respecto a las decisiones que se están tomando en su territorio debido a los proyectos de desarrollo que se instalan en el país sin realmente consultar las necesidades y opiniones de la comunidad. En Latinoamérica, los avances tecnocientíficos están marcados por “[la] exclusión social y por un debilitamiento del compromiso social de las universidades públicas” (Ivernizzi, 2004, p. 68), limitando los intereses de estos a los de una minoría en el poder, lo que requiere abrir nuevos espacios de participación ciudadana e involucramiento social para construir una ciencia más democrática, o sea “un nuevo contrato entre la sociedad y la tecnociencia que busca reducir los riesgos mediante la deliberación y el control público, así como distribuir de un modo más justo los beneficios de las interacciones entre la tecnociencia y la naturaleza [y la sociedad]” (Linares, 2012). Como hemos visto, este avance de la tecnociencia está mermado por intereses políticos y económicos del sistema capitalista que explotan y cosifican los recursos naturales llevándonos a consecuencias ambientales muchas veces inciertas que producen aún más desconfianza y miedo por los riesgos que pueden traer, como es el caso de la contaminación del agua de los cenotes de Homún y Sitilpech en Yucatán, donde se han instalado megagranjas porcícolas de la empresa Kekén, que contaminan el agua debido a las filtraciones de eses de los cerdos a través del suelo, lo cual afecta la salud y las actividades económicas de las regiones, en donde Homún es un lugar turístico justamente por estar localizado en el anillo de cenotes de la península de Yucatán.  Además, En Yucatán “el subsuelo es la fuente fundamental de abastecimiento disponible de agua”, Rendón, J. (2016), por lo que los cenotes y aguadas son primordiales para la vida social, económica y cultural de los pobladores, ya que esta agua está destinada al área agrícola y ganadera de los municipios, así como al uso doméstico y ritual. Esta contaminación del agua ha llevado a la movilización de las comunidades desde 2016 cuando se le otorgó autorización a la empresa Producción Alimentaria Porcícola por parte del Gobierno de Yucatán para instalar una mega granja de 49,000 cerdos en el municipio de Homún, (Llanes y Rejón, 2022) lo que generó descontento en la población y exigencia para que se dejara de contaminar su territorio y cerrara la megagranja.  Además, en Sitilpech, desde 2021, la comunidad se ha movilizado para cerrar las megragranjas de Kekén que afectan su calidad de vida,…

14 agosto, 2023 0

Las brujas en la ciencia

Patricia Sarai Dzul Canul* Introducción Culturalmente a través del tiempo se ha asociado y vinculado a las mujeres con posiciones subordinadas a los hombres en todos los ámbitos de la vida, se les ha excluido de la toma de decisiones, de los espacios públicos, de las posiciones de poder y de la producción de conocimiento. Este último será el tema de análisis del presente ensayo, en el cual se discutirá la brecha que existe entre hombres y mujeres, específicamente en el campo CTS.  Para poder llegar a dicho análisis, se realizará una revisión histórica sobre un hecho en específico, la caza de brujas, el cual desde mi perspectiva representa uno de los primeros (y principales) momentos en los que la producción de conocimientos femeninos fue violentado y eliminado. Es importante conocer cuál ha sido el papel de las mujeres en los procesos de producción de conocimiento a través del paso del tiempo para entender mejor la realidad y los retos de la actualidad.  Este escrito busca ser propositivo, por lo tanto, también se ofrecen algunas propuestas para reducir, y desaparecer la brecha de género que existe entre hombre y mujeres en el campo CTS. En la conclusión se espera proporcionar al lector un panorama de cierre y de un futuro esperanzador para atender la problemática. ¿Científica = Bruja? Sobre la caza de brujas Ehrenreich y English nos dicen: El periodo de la caza de brujas abarcó más de cuatro siglos (desde el siglo XIV al XVII), desde sus inicios en Alemania hasta su introducción en Inglaterra. La persecución de las brujas empezó en tiempos del feudalismo y prosiguió, con creciente virulencia, hasta bien entrada la ‘edad de la razón’ (Ehrenreich y English, 1973, p.8). La casa de brujas en Europa fue un proceso de sometimiento de las mujeres en la cual no solo se sembró el miedo entre las diferentes clases sociales, sino que también resultó un ejercicio de pérdida de la memoria y el conocimiento que existía desde lo femenino.  Federici señala: La caza de brujas ahondó las divisiones entre mujeres y hombres, inculcó a los hombres el miedo al poder de las mujeres y destruyó un universo de prácticas, creencias y sujetos sociales cuya existencia era incompatible con la disciplina del trabajo capitalista, redefiniendo así los principales elementos de la reproducción social (Federici, 2004, p.  223). Las mujeres desde el inicio de los tiempos fueron remitidas al ámbito privado, al cuidado y de la procreación, si bien esto creó varios imaginarios colectivos que han resultado negativo en la concepción de lo femenino; también resultó un espacio donde las mujeres pudieron aprender y generar conocimiento con respecto a remedios curativos.  El patriarcado siempre le ha tenido miedo a todo aquello que pudiera quitarle su poder, cualquier cosa que pudiera ser una amenaza para las dinámicas donde se posicionara a los hombres por encima de todo, necesitaba ser eliminada. Es por ello que la caza de brujas representa uno de los momentos más críticos en la historia de las mujeres en la ciencia. Representa un primer gran ataque a un intento por generar conocimiento desde lo femenino. Ehrenreich y English y Starhawk (1973) en Federici (2004) señalan: Se expropió a las mujeres de un patrimonio de saber empírico, en relación con las hierbas y los remedios curativos, que habían acumulado y transmitido de generación en generación, una pérdida que allanó el camino para una nueva forma de cercamiento: el ascenso de la medicina profesional que, a pesar de sus pretensiones curativas, erigió una muralla de conocimiento científico indisputable, inasequible y extraño para las «clases bajas» (Federici, 2004, p. 278). No se sabe con exactitud qué tanto impacto tuvo esta eliminación de conocimientos en el avance científico y tecnológico de los años posteriores (o incluso en la actualidad), lo que sí se sabe es que esta práctica no terminó hasta que se  perpetuaron las relaciones de poder y los imaginarios sobre a dónde pertenecían las mujeres y qué les pasaría si se atrevieran a tan siquiera pensar en participar en la producción de conocimiento. Federici para esto nos menciona: La caza de brujas llegó a su consumación, a finales del siglo XVII, porque para esa época la clase dominante gozaba de una creciente sensación de seguridad en relación con su poder y no porque hubiese surgido una visión del mundo más ilustrada. (Federici, 2004, p. 279) Las brujas del presente En la actualidad las mujeres se encuentran en una posición diferente de la que encontraban hace varios siglos, sin embargo, aún se encuentran en una posición de evidente desventaja con respecto a los hombres en su participación en la Ciencia. Un estudio realizado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura nos dice que: Las mujeres representan un 33,3% de las plantillas de investigadores existentes en el mundo, según datos proporcionados por el Instituto de Estadística de la UNESCO que corresponden a 107 países y abarcan el periodo 2015–2018 (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, 2021). Las mujeres a través del tiempo han realizado una interminable lucha y trabajo por generar sus propios espacios desde los cuales hacer ciencia, sin embargo, también por traspasar aquellos que les han sido históricamente negados.  Y es que no debemos concebir a las mujeres (ni a las personas que hacen ciencia y tecnología en general) como un grupo homogéneo el cual lucha por las mismas cosas en un bloque unificado; sino reconocer que toda producción de conocimiento ha sido desde diferentes realidades, “hombres y mujeres crean la ciencia y la tecnología en virtud de sus contextos sociales, políticos, históricos, intereses de género y de poder determinados.” (Fernández, 2012 , p. 87) Estas diferentes realidades desde las cuales las personas crean ciencia y tecnología poseen características específicas, complejizando aún más el proceso de involucramiento de las mujeres en el campo tecnocientífico. Las mujeres que eligen hacer ciencia de por sí tiene que afrontar una realidad donde su conocimiento y capacidades son continuamente cuestionados,…

7 agosto, 2023 Desactivado

El arte feminista como patrimonio [Re] Generando Narrativas e Imaginarios en el Museo Kaluz

Por: Guadalupe Lara Díaz* Museo Kaluz es un museo de arte ubicado en el Centro Histórico de la Ciudad de México. Inagurado en octubre de 2020, el museo resguarda y difunde la colección Kaluz, a través de la cual ofrece al público un proyecto expositivo diverso en donde cada exposición genera un diálogo entre las obras de arte de diversos tiempos y contextos. Mi visita al museo fue para conocer [Re] Generando Narrativas e Imaginarios. Mujeres en diálogo, una exposición que busca visibilizar el rol de las mujeres como artistas a lo largo de la historia, y que pretende establecer un diálogo entre más de 100 obras de mujeres artistas de diferentes épocas y estilos. Al mismo tiempo, busca resignificar algunas “actividades femeninas”, como el tejido y el bordado, como propuestas artísticas que contribuyan a cambiar la narrativa de aquello que entendemos como arte. ¿Dónde están las mujeres en las colecciones de arte y museos en México? El museo Kaluz, de la mano de la curadora e historiadora Karen Cordero Reiman, parte de esta interrogante para presentar esta exposición. Lo que busca es cuestionar las relaciones de poder en las estructuras de nuestra cultura y en particular del sistema artístico, por eso en la exposición hallamos tres ejes temáticos: Cuerpxs, Entornos e Imaginarios, ejes que forman parte del Patrimonio del museo. En las salas encontré otras miradas, otros espacios y otras subjetividades, uno de los aspectos más llamativos de la exposición lo encontré desde el inicio, donde se mencionan porcentajes de la participación de las mujeres en los diversos museos de la CDMX, el número de mujeres creadoras representa el 15% en promedio: una de cada cuatro artistas de la colección del Museo de Arte Contemporáneo son mujeres, en el Jumex representan el 20,1%, en el Museo de Arte Moderno el 16,6 % y, en cuarto lugar, en el Museo Kaluz el 15,1%. La exposición busca no solamente incluir mujeres artistas para exponer un mayor número, sino crear nuevas narrativas sobre la historia del arte e imaginar otras maneras de organizar la sociedad. Durante el recorrido pude observar piezas como: Mujeres frente al tribunal (2021), de Carla Rippey, la cual resignifica fotografías antiguas hechas a mujeres detenidas; Tejedoras de acompañamiento, una obra encargada para la exposición al grupo de investigación; y creación Mitote que referencia a otras formas de apoyo y creación. La pieza que más me conmovió durante el recorrido fue la silueta de una mujer fabricada con un espejo, creada por la fotógrafa Sonia Madrigal para La muerte sale por el Oriente (2014), un trabajo que aborda la violencia feminicida.  El recorrido por el museo me llevo a reflexionar sobre La curaduría feminista, no solamente se necesita incluir más mujeres, artistas o identidades sexuales diversas en los museos, sino contar historias de manera distinta. Preguntarnos cómo cambiaría la representación del patrimonio y del arte cuando incluimos otros actores y otras miradas; estas trasformaciones harían que el público genere otros modos de colocarse ante un patrimonio común y convierta a estos espacios de memoria en una experiencia que implicara el cuerpo, los sentidos, el movimiento y la posibilidad de hacer relaciones o diálogos entre diferentes obras o diferentes patrimonios.  Decolonialidad y Patrimonio Entendemos por patrimonio a los bienes y expresiones culturales heredados de generaciones pasadas, que tienen un valor histórico, artístico, científico o social, asi como elementos que son considerados importantes para la identidad y la memoria de una comunidad. En relación al patrimonio, la perspectiva decolonial cuestiona los modelos tradicionales de preservación y valoración del patrimonio que han sido establecidos durante el periodo colonial y que suelen favorecer la vision eurocentrista y occidentalizada, modelos que han privilegiado ciertos objetos, monumentos y narrativas históricas.  La decolonialidad propone una revisión crítica de los conceptos de patrimonio, buscando incluir y valorar diversas expresiones culturales y conocimientos de los comunidades, se busca superar la idea de que solo ciertos elementos son considerados patrimonio y se promueve la valoración de los saberes ancestrales, las tradiciones orales, las prácticas culturales y otros aspectos que han sido históricamnete marginados o invisibilizados. En relación con la decolonialidad, Rita Segato (2020) ha criticado el concepto de patrimonio cultural, argumentando que es un instrumento de poder que perpetúa las desigualdades coloniales y las jerarquías de género. De acuerdo con ella, el patrimonio cultural se ha utilizado para legitimar las narrativas dominantes, silenciar las voces de los grupos subalternos y perpetuar la violencia simbólica.  Segato ha abogado por la necesidad de descolonizar el conocimiento y cuestionar las estructuras de poder arraigadas en la colonialidad. Ha señalado que la colonialidad no es solo una cuestión del pasado, sino que persiste en la actualidad a través de las relaciones de poder desiguales y las prácticas discriminatorias. Desde esta perspectiva, Segato ha insistido en repensar y redefinir las prácticas culturales: La patrimonialización, que piensa el patrimonio como cosas, es decir, como vida muerta, no sirve. Para que el patrimonio esté vivo tiene que ser vivido por la gente y estar en permanente construcción por parte de las personas quien pertenece. (Segato, 2020, p.159)  En ese sentido, las obras exhibidas en el Museo Kaluz, es decir, el arte feminista, es considerado patrimonio porque documenta y preserva una historia cultural significativa, estas obras capturan momentos claves de luchas y logros feministas, representan las resistencias experimentadas por las mujeres a lo largo del tiempo y contribuyen a generar espacios para la expresión así como para la reflexión sobre las experiencias femeninas. Al considerar el arte feminista como patrimonio, se reconoce su valor histórico, cultural y social.  Los museos y las instituciones culturales han comenzado a exhibir y preservar obras feministas como parte de sus colecciones permanentes, esto no solo permite que estas obras sean apreciadas, sino que también aseguran su contribución a la diversidad cultural y artística de la sociedad. En el museo, las obras tienen una dimensión política porque buscan desafiar estructuras de poder, criticar al patriarcado, reclamar el espacio público, promover el cambio social, así como construir nuevas identidades y subjetividades. Otras…

29 marzo, 2023 0

Chagas en Yucatán, un acercamiento a la investigación de la Dra. Alba Valdez Tah

Por: Jessica Cisneros Totozaus* Las personas que vivimos en la Península de Yucatán de una u otra forma hemos escuchado hablar del “pic” como se le conoce, también tiene otros nombres como vinchuca, chinche picuda o besucona. Este insecto, si está infectado por el parásito protozoo Trypanosoma cruzi (T. cruzi) puede causar la enfermedad de Chagas, también llamada tripanosomiasis americana. La Dra. Alba Valdez Tah inició su investigación sobre el Chagas en Chiapas a través de un proyecto al que fue invitada, se introdujo en el tema desde un enfoque socioambiental, investigando sobre la interacción de las personas en las comunidades con el Chagas. “Para hablar de Chagas como antropóloga, es una gran problemática que empieza como una infección parasitaria, que con el tiempo puede causar síntomas clínicos y ahí viene la enfermedad. No todas las personas que llegan a infectarse desarrollarán los síntomas clínicos, el problema es que no se sabe quién sí y quién no. (…) Es una parasitosis que ha sido desatendida clínicamente y políticamente.” Esta enfermedad ha sido invisibilizada a pesar de estar tan presente en el estado y se ha convertido en un fenómeno social importante, más allá de ser una enfermedad parasitaria, tiene una complejidad, no solo puede ser transmitida por la picadura del insecto, también a través de transfusiones de sangre o de madre a hijo en el útero. La Dra. Alba nos cuenta que muchas personas se dan cuenta de que tienen la enfermedad al momento de que quieren donar sangre, por ejemplo. Las personas que viven con la enfermedad atraviesan distintas dificultades. “Las personas tienen miedo a ser discriminados o ser vistos distinto en su comunidad. (…) Cuando se enteran que tienen Chagas sienten miedo, temor, muchos de ellos cuando escuchan su diagnóstico es la primera vez que escuchan la palabra. (…) Enfrentan desconocimiento e incertidumbre.” Comenta, pues es un tema que no esté tan presente en los medios o que sea discutido entre las personas, también el acceso al tratamiento es complicado. “Un paciente entrevistado habla de la dificultad del tratamiento, hay un tratamiento específico, un desparasitante, él dice que a pesar de tener recursos, acceso a servicio médico privado, no puede acceder porque el tratamiento es controlado por el gobierno y a nivel gubernamental hay muchas trabas. Nunca le llegó su tratamiento, está decepcionado y no quiere regresar al servicio público. (…) El servicio público se encuentra saturado, por ejemplo las personas de las comunidades no encuentran citas. (…) Es muy difícil en un sistema de salud sobresaturado y que ignora el Chagas”.  Existen distintos momentos de la enfermedad, que van desde la infección que se puede tratar con un desparasitante, el cual es bastante tóxico y obsoleto que no es apto para todos los cuerpos; hasta problemas cardiacos, del esófago, intestinos, etc. Algunos pueden pasar hasta por transplante de corazón.  Es importante tener información sobre el Chagas no sólo en Yucatán que es una zona endémica, sino en todas partes ya que debido a la migración se encuentra presente en todo el mundo: “Es importante que platiquemos del tema porque como sociedad podemos hacer mucho para que las personas afectadas vivan un clima más empático y sensible a la problemática que viven, para encontrar cierto acompañamiento de la sociedad. Lo que hace falta en la opinión pública es tener la visión de las personas afectadas, darnos la tarea de escuchar. De eso trata mi proyecto, ampliar el horizonte de la conversación, escuchar lo que ellas y ellos tienen que decir”. ¿Cómo podemos colaborar las personas que no estamos adentradas en el tema? “Entender que es mucho más que el pic (…), hablar del tema, comunicar. Como estudiantes en la ENES, a través de las acciones y clases, muchos de ustedes ya tienen idea de que es y es importante transmitirlo a otros lados” concluye.  Agradecimientos a la Dra. Alba Valdez Tah, investigadora, quien también es docente en la ENES Mérida, por compartir su conocimiento y perspectiva sobre este tema de importancia local y nacional. Jessica Cisneros Totozaus* es egresada de la Licenciatura en Desarrollo y Gestión Interculturales, ENES-Mérida, UNAM.

15 agosto, 2022 1

El machismo en México y su representación en el lenguaje: metáforas y memes

Por: Jéssica Cisneros Totozaus* Hay tantas formas de emplear los recursos del lenguaje, y muchas veces, sin darnos cuenta son empleadas frases con connotaciones misóginas, machistas y opresivas, que promueven ideas y construcciones patriarcales interiorizadas por la mayoría de las mujeres y me atrevo a afirmar que los hombres en su totalidad. La metáfora es un recurso literario que se ha utilizado desde la antigüedad en la poesía y los textos religiosos, funciona de igual manera como un recurso cultural y político. Su estructura se basa en la asociación de un objeto o sujeto directamente con otro y permite expresar atributos de ellos. Las mexicanas y los mexicanos, así como cualquiera que conozca la vida cotidiana en México, puede saber que nuestra cultura está fuertemente influenciada por el machismo. Esto lo vemos desde las representaciones de los acontecimientos revolucionarios, así como en el cine y la literatura postrevolucionaria, en donde la identidad masculina mexicana se sustenta a partir de frases que revelan arraigados estereotipos de género como: los hombres son más fuertes que las mujeres, los hombres son valientes, los hombres no lloran, etc., y que, como parte fundamental de su cultura e identidad, se sienten orgullosos de llamarse a sí mismos machos, demeritando a las mujeres. Por ello, está altamente normalizado el uso de metáforas machistas que perpetúan la violencia simbólica y se utilizan también como insultos entre los mismos hombres con fines de devaluación, por ejemplo: “Llora como niña” Y su complemento la famosa frase “los hombres/machos no lloran” hace referencia a la asociación directa desde la construcción machista que se le da a las mujeres con la sensibilidad, el ser emocional, el llanto. Muy utilizada con los hombres desde su infancia con intención de avergonzarlos haciéndoles creer que expresar sus sentimientos es algo propio de las mujeres. “Pegas como niña” Pegas, tiras, corres, conduces y así como varias actividades relacionadas con la fuerza, agilidad o rapidez para desmeritar a las mujeres por la falsa creencia de que poseemos menos habilidades físicas que los hombres. Es común que entre hombres utilicen esta expresión para devaluar su esfuerzo.  “Hazlo como macho” Similar a lo anterior, también hace referencia a que los hombres poseen más o que sólo ellos poseen características físicas como la fuerza. Estos tres ejemplos son una mínima parte del uso de las metáforas en pro de la violencia machista que constantemente se naturaliza en el proceso de crianza de hombres y mujeres para ejemplificar mitos de la cultura sexista. Entre el lenguaje y el mito existe una íntima relación pues ambos tienen una misma forma simbólica, la palabra, se trata de la concepción del mundo mediante el lenguaje y es que hablando de mitos machistas, nada de lo que éstos afirman tiene el sustento de la ciencia que tanto aclaman como objeto único de veracidad, si no que no es más que creencias comunicadas y perpetuadas a través de la tradición oral; cosas que por generaciones se transmiten sin siquiera cuestionar su veracidad y sólo con la intención de seguir oprimiendo y minimizando a las mujeres. Al igual que la metáfora, el mito es un recurso lingüístico que fomenta la violencia simbólica, en una sociedad donde cada vez más mujeres denunciamos las violencias vividas (y las que no lo hacen, pero también se han dado cuenta de ellas, las reconocen), una de las mayores armas utilizadas por el patriarcado es seguir demeritándonos ahora con herramientas como el internet y la masiva retórica visual en él: los memes. Davidson define un meme de internet como “un pedazo de cultura, típicamente un chiste que gana influencia a través de la transmisión en línea” (Traducción propia, 2012: 122). Esta “pieza de cultura” puede tratarse “de una imagen, un vídeo, una música, una frase” (García Huerta, 2014). ¿Y cómo lo toma el patriarcado y lo hace un instrumento? En mi experiencia como persona criada por el Internet, y como parte de la parte considerable de la población mexicana que tiene acceso a internet ilimitado y sin regulación, veo cómo es fácil para muchos adultos intentar prolongar sus ideas arcaicas con memes, memes que ven niños y adolescentes en construcción y si lo que aprenden en casa, en la escuela y ahora en Internet se basa en ideas misóginas lo siguen reproduciendo sin problema. Tal es el caso de los grupos que se dedican a trolear y ahora acosar mujeres en internet, los llamados niños rata[1]. Como conclusión y enfocándome en el Internet y los memes, también las mujeres nos hemos apropiado de los memes para enviar respuestas y pronunciarnos contra las violencias, de formas irónicas y divertidas, hemos creado un lenguaje propio que funciona entre nosotras mismas para hacer más ligera la vida. El lenguaje es creado y se llena de vida por quienes se comunican a través de él y crear un lenguaje propio en imágenes, expresiones, bromas, es importante para la unión de una comunidad actualmente. [1] Niño rata fue un término que empezó a utilizarse entre 2008 y 2013 para referirse a ciertos jugadores de videojuegos de multijugadores online y que, con corta edad, exhiben comportamientos hostiles. Referencias: Davison, P. (2012). “The language of internet memes”, en The social media reader, 120-134. Huerta, D. G. (2014). Las imágenes macro y los memes de internet: posibilidades de estudio desde las teorías de la comunicación. Paakat: Revista de tecnología y sociedad, (6). *Alumna de la Licenciatura en Desarrollo y Gestión Interculturales, ENES-Mérida, UNAM,

15 agosto, 2022 0

La maternidad es performatividad y performance: ¿Instinto maternal?

Por: Jéssica Cisneros Totozaus* La teoría de la performatividad fue fundamentada por la filósofa Judith Butler en su libro “El género en disputa” y, en resumen, Butler afirma que el género es construido a través de la performatividad repetida del mismo, es decir que, “actuamos” el género de acuerdo a lo establecido por las normas sociales. Es decir, la sociedad asume que nuestros actos los definen nuestros genitales: Si nacemos con vulva, forzosamente estamos predestinadas a asumirnos como mujeres, con lo que esencialmente se reconoce como femenino, además de ser heterosexuales y con un gran sentido maternal. Entonces, conforme performamos estas características de lo femenino, también somos obligadas a asumir el rol social de lo que se espera de una “mujer” y la construcción social de la maternidad. Actualmente, y sobre todo gracias a la era de la información, se ha abierto el diálogo respecto a la diversidad en las maternidades, existen desde ensayos al respecto hasta podcasts o cuentas de Instagram dedicadas al tema, con testimonios de mujeres sobre lo idealizada y romantizada la maternidad desde hace siglos, o bien, que ponen sobre la mesa lo difícil que es maternar, lo cansado que es física y mentalmente y, como resultado, miles de mujeres lograr conectar con ellas y comunicar sus propias dificultades personales, deseos, afectos, etcétera. Por otro lado, se ponen de manifiesto las acusaciones por ser “malas madres” por no cumplir con las expectativas que tiene la sociedad de ellas y no solo en los medios donde comparten su sentipensar, también en círculos más delimitados como sus propias familias. La crianza y la responsabilidad sobre lxs niñxs es algo que sólo se atribuye a las mujeres, mientras los hombres que aportan una mínima parte son adulados como “grandes hombres”, la maternidad también es un acto performativo que rara vez se cuestiona en voz alta, se sabe lo que es ideal, lo que se espera y el castigo social que es no cumplir con las expectativas de la sociedad y su firme creencia de que existe una esencia femenina además de tener el “instinto maternal” adherido. Los hijos no son un ersatz (reemplazo) del amor; no reemplazan un objetivo de vida rota; no son un material destinado a llenar el vacío de nuestra existencia; son una responsabilidad y son un pesado deber; son los florones más generosos del amor. No son el juguete de los padres, ni la realización de su necesidad de vivir, ni sucedáneos de sus ambiciones insatisfechas. Los hijos son la obligación de formar seres dichosos Cita de Wilhelm Stekel, en Beauvoir, Simone. El segundo sexo, p 509, 1949. La maternidad es un hecho cultural y no biológico, no es una necesidad fisiológica reproducirse y criar. Por un lado, entregarse a la maternidad sin cuestionárselo nos ha llevado a bucles de violencia intrafamiliar incontables, de madres a hijas o hijos, de padre a madre, de padre a hijas o hijos, etc., en el que tanto las madres como los hijos caen en una situación de vulnerabilidad. El mito del instinto maternal funciona como una herramienta para el control social de las mujeres con todo lo que este conlleva: El amor de madre, los cuidados intensivos, el ser una “buena” madre (afirmación contradictoria pues, si biológicamente tuviéramos ese instinto, no habría necesidad de estar en mira de la sociedad esperando que desempeñemos el rol de “buena” o “mala” madre). Entonces, si la maternidad es parte de los esencialismos de género, estos estigmas solo sirven para perpetuar la heteronorma y la idea colonial de que el cuidado de las infancias corresponde a una sola individua y no como algo que va más allá de un vínculo madre-hijx, el cuidado de las infancias como algo comunitario, como crianzas compartidas. La maternidad es performativa: parte de abolir estas construcciones, es entender la maternidad como una elección y no una obligación que se le atribuya a un deber ser de los cuerpos leídos femeninos. *Alumna de la Licenciatura en Desarrollo y Gestión Interculturales. ENES-Mérida, UNAM.

23 mayo, 2022 0

¡Lo vi en un TikTok!

Por: Cecilia Mendoza* Seguramente, varias veces hemos escuchado la frase “Lo vi en un TikTok” después de que alguien nos cuenta que vio algún video con un contenido gracioso, alguna coreografía de baile, un dato curioso o un acontecimiento histórico que le pareció sorprendente; las reacciones ante esta frase, por lo general, se encuentran entre el rechazo y la aceptación, pero bueno, ¿qué es TikTok?, ¿solo sirve para ver videos divertidos y bailes?, ¿es una fuente confiable de información?, ¿puede funcionar como herramienta de aprendizaje? Empecemos por hablar de esta red social china que se creó en 2016 y permite hacer videos con una duración que va desde 1 segundo hasta 10 minutos; solo hay que deslizar la pantalla para cambiar de un video a otro. Esta red alcanzó mucha popularidad en Asia, sin embargo, fue hasta 2020 cuando obtuvo millones de usuarios por todo el mundo, ¿coincidencia? No perdamos de vista el contexto mundial, justo en ese año inició la pandemia y eso provocó cambios en los ámbitos laboral, educativos y del entretenimiento, entre otros. Es importante señalar que, para que estas transformaciones fueran posibles, la tecnología jugó un papel importantísimo, pues se crearon nuevas herramientas que las permitieron y, aunque al hablar de tecnología siempre surge un debate entre quienes la rechazan —y asumen que a la humanidad le espera un futuro fatalista en el que será controlada por algún “ente malvado tecnológico”— y quienes consideran que el máximo desarrollo tecnológico es la meta que los seres humanos deberían alcanzar, no debemos perder de vista que la tecnología no es un “ente” que funciona por sí mismo, o que es “naturalmente” buena o mala, sino que se trata de una herramienta fundamental que siempre acompaña los cambios sociales y no funciona “sola”, sino que es producida por un grupo de personas y usada por grupos más grandes. Es decir, hay que entender la tecnología como una herramienta que ayuda a procesar la información de forma diferente y que esto crea cambios en la manera de generar y aplicar conocimiento. Pero bueno, ¿a qué vamos con todo esto?, precisamente a resaltar la importancia de apropiarnos de las tecnologías para crear nuevas formas de entretenimiento, contenidos y, sobre todo, de aprendizaje. ¿Y qué tiene qué ver TikTok aquí?, pues, como mencionamos, la educación cambió con la pandemia, nuestras formas de intercambiar y obtener información y conocimiento se transformaron, dejamos de asistir a los salones de clases para convertir nuestra casa en nuestro nuevo salón, dejamos de convivir con compañeras y compañeros de forma presencial y las interacciones solo eran a través de la pantalla. ¿Esto afectó nuestra forma de aprender?, ¡claro que sí!, no olvidemos que todas las personas poseemos información y conocimientos y su intercambio los mantiene vivos y nutridos; sin embargo, esto se vuelve complicado cuando pasamos todo el tiempo frente a la pantalla viendo imágenes y los rostros de nuestras compañeras y compañeros. Ante este cambio en las formas de interacción, TikTok se convirtió en una novedosa herramienta para comunicar e intercambiar conocimiento. Durante el periodo de cuarentena, muchos jóvenes optaron por aprovechar los minutos que ofrece esta plataforma para abordar diferentes temas de interés con el objetivo principal de compartir saberes de la forma más fácil y divertida posible, acompañados de filtros, memes o música. ¿Y qué hay detrás de todo esto?, un largo trabajo de investigación, síntesis de los puntos principales a comunicar y mucha creatividad para que no parezca que estás viendo un documental aburrido. Este formato de aprendizaje rápidamente tomó popularidad, hay cuentas dedicadas a compartir conocimiento que tienen millones de suscriptores, un ejemplo es “Historia para tontos”, que tiene 6 millones de seguidores y se caracteriza por contar acontecimientos históricos en forma de chisme, con mucho humor y un característico filtro de mapa. ¿Quién dijo que las redes sociales debían estar peleadas con el conocimiento? Así como cambian las tecnologías, también la forma en que interactuamos y adquirimos conocimiento, pues actualmente no es necesario pasar tantas horas en la biblioteca para obtener la información que buscamos, podemos hacer uso de internet y también usar redes sociales. No existen fuentes de información que sean más valiosas que otras, lo que sí es importante es nunca apartar la mirada crítica de la información que consumimos. Fuentes consultadas Castells, M. (2001). Epílogo: informacionalismo y sociedad red. En P. Himanen, La ética del hacker y el espíritu de la era de la información. *Alumna de la Licenciatura en Desarrollo y Gestión Intercultural, ENES-Mérida.

3 mayo, 2022 0

Internet como herramienta: hacia una erradicación de los rastros adultocéntricos

Por: Paloma Fernández Valdez Ayala* Desde hace un tiempo, he desarrollado un profundo desagrado por utilizar el malbaratado término “niñerías” para referir a cualquier conocimiento, pensamiento, o manifestación de existencia que no sea “racional” o que vaya en contra de la reducida versión adulta de lo que es y cómo debe ser pensada, sentida o vivida la realidad. Es decir, la “niñez” ha sido configurada no solo como una línea entre “los otros” más jóvenes que las personas adultas, sino que también es utilizada para designar aquello que es “ingenuo”, “tonto”, “desinformado”, “inocente” y no real dentro del pensamiento abismal adultocentrista. Pero ¿a qué se refiere este pensamiento abismal? Para comprender un poco acerca de los pensamientos centristas (que, para el caso específico de este ensayo, me referiré a uno en específico) es necesario consultar a Boaventura de Sousa Santos cuando nos dice que: El pensamiento occidental moderno es un pensamiento abismal. Este consiste en un sistema de distinciones visibles e invisibles, las invisibles constituyen el fundamento de las visibles. Las distinciones invisibles son establecidas a través de líneas radicales que dividen la realidad social en dos universos, el universo de “este lado de la línea” y el universo del “otro lado de la línea (de Sousa, 2009). Claramente, cuando hablamos del pensamiento que rige el mundo, es aquel adulto “objetivo”, “maduro”, “racional”, “experimentado” y “real” (por no dejar de lado masculino, blanco, rico, heterosexual, cisgénero), y que, tal como lo hace la ciencia dicotómica moderna, se ha construido de tal manera que ilusoriamente tiene el monopolio del correcto pensar y el poder de decir quién es epistémicamente pertinente, o no, para opinar, ver o hablar sobre conocimiento (destruye en cuanto construye). Es decir que el universo del que parte o se categoriza qué existencia o conocimiento importa en el mundo es el pensamiento abismal adulto, y aquellas distinciones invisibles que utiliza para decir que la “línea de este lado” (la línea adulta abismal) es la más óptima para conocer y hablar sobre el mundo, es cuando, por ejemplo, ante cualquier hecho social, se desplazan las opiniones jóvenes, las que las infancias podrían poseer, al apuntar que lxs niñxs “son inocentes y no saben lo que está ocurriendo”. Es más, desde la “sacralización” que lxs conceptualiza como “seres inocentes, puros y sin malicia” (ya que suele aparecer como un elemento que raramente se cree concebido como necesario en el pensamiento “maduro adulto”), se les aparta de la oportunidad de ser concebidxs como personas actuantes y con agencia, que no se encuentran del otro lado de la línea, sino que comparten el universo en que las personas adultas han insistido hacerlos ver como “extrañadxs”. Cabe recalcar que lxs niñxs del mundo son parte importante de sectores vulnerados que sufren diversos tipos de violencia, como la física y la emocional (solo por mencionar algunas), sin embargo, ¿qué hay de la violencia epistémica? Cuando a las infancias se les convierte en “lo otro”, como aquello que está contrapunteado o peleado con el ser adulto, y se prioriza la existencia adulta como el punto cúspide del crecimiento o desarrollo de las personas, caemos en lo que Boaventura llama la “no existencia”, lo que significa “no existir en ninguna forma relevante o comprensible de ser” (de Sousa, 2009), que trae como consecuencia que la no existencia (aquellas formas de vida que no son adultas) sea radicalmente excluida (como lxs niñxs en la sociedad). Pero no solo basta con saber y ser “conscientes” de que se escoge una exclusión epistemológicamente sistemática, sino que nuestra tarea tendría que dirigirse a entender la razón de dicha marginación. Una de las hipótesis que en mí surge, es que nuestras primeras formas de existir, que es ser niñxs, rechazan las certidumbres del mundo. Como dicen Humberto Maturana y Francisco Varela (1984): “Tendemos a vivir en un mundo de certidumbre indisputada. Lo que nos parece cierto, no puede tener otra alternativa”. Y es bien sabido que las infancias generalmente tienen “varios montones de dudas” sobre lo que nos rodea y, muchas veces, confrontar la seguridad ontológica (aquella que te dicta que el mundo es tal cual es y como te han dicho que es) puede llegar a ser muy complejo para las personas adultas, que tratan de distanciarse cada vez más presurosamente de su ser niñx. Si puede haber una certeza, es que nacemos con la convicción del no saber, por eso constantemente preguntamos: ¿qué más hay? Negar la existencia de esas preguntas es negar la existencia de quienes preguntan, y no hay algo más violento que la convenida desaparición de la experiencia existencial que complejice aquello que llamamos la realidad. Pensarnos como niñxs conociendo el mundo, nos da la oportunidad de “volver a nosotros mismos” (reflexionar), de reconocer que nuestras certidumbres y conocimientos son tan abrumadores y al mismo tiempo tan tenues como las de otros (Maturana y Varela, 1984), que resultan ser más que una expresión o un reflejo de la construcción de un “nosotros”. Lxs niñxs son una irrupción de certidumbre y convicción de no miedo a la subjetividad que reta lo que ha sido establecido como único-real y, me permitiría decir, que son una de nuestras expresiones existenciales más complejas. Alteridad infantil internauta A lo largo de este texto he descrito de qué manera suele ignorarse la existencia epistémicamente relevante de lxs niñxs, no obstante, algo que no puede ser perdido de vista, es que, cuando la existencia del otro es negada, también se le priva de manifestaciones adecuadas de vivir en la sociedad. Me refiero, por ejemplo, a lo que sucede en los medios de comunicación. Por alguna extraña razón (que ya no es tan extraña cuando es contemplada desde el punto de vista abismalmente adulto), los contenidos que se generan para el sector infantil en su mayoría parecen ser diseñados por personas que obviamente corresponden a los ideales mercantiles y de consumo que elaboran solo “fórmulas exitosas”, sin calidad pero lo suficientemente atractivas para ser consumidas en masa. Parte de ofrecer y generar una…

2 mayo, 2022 0

Hablemos de… partería tradicional

Por: Ariadna Trejo Barbosa* En pocas ocasiones nos dedicamos a reflexionar sobre temas como las prácticas tradicionales, su importancia y su devenir. Por ello, en este breve espacio me gustaría abrir el análisis y la reflexión a una práctica tradicional en particular, la partería tradicional, que se considera un modelo más integral y humanizado de atención sexual-reproductiva para la mujer. Como antecedente, la partería tradicional ha brindado atención a mujeres en contextos rurales, principalmente por la accesibilidad que mujeres y hombres parteros (que también existen, no es una actividad exclusiva femenina, aunque casi siempre se caracterice como tal) han ofrecido a las embarazadas y no embarazadas (pues de igual forma han atendido cuestiones de educación sexual). En el pasado, estas mujeres y hombres tenían un lugar muy importante en las comunidades por sus conocimientos. Cabe resaltar que las parteras y los parteros obtenían sus saberes de varias vías, la más común era por la transmisión generacional de abuelas a madres y así sucesivamente. Otra vía era por medio del autoconocimiento del cuerpo y sus procesos, es decir, si una mujer ya había sido madre, el conocimiento que había adquirido de esa experiencia de vida podría hacer que ella pudiera ayudar, acompañar y orientar a otras que estuvieran pasando por el embarazo o el parto. Como todo, ninguna práctica tradicional, ni ningún campo científico se encuentran exentos de controversias, y el caso de la partería tradicional no es la excepción. Los argumentos de la comunidad médica radican en que cualquier persona que no posea conocimientos que tengan certificación o validez científica, no puede practicar ni ejercer actividad alguna de atención a la salud humana. Esto es controversial por muchos motivos porque, si nos centramos en la situación de la partería tradicional en México, las parteras generalmente provienen de comunidades originarias, por lo que limitar sus prácticas y conocimientos implicaría coartar su derecho a la expresión de su identidad cultural, al igual que su derecho de preservar y transmitir sus conocimientos. Cabe resaltar que los conocimientos tradicionales de una comunidad se denominan patrimonio inmaterial y, por ello, limitarlos o intentar erradicar su práctica implicaría violentar el derecho a la libre determinación de los pueblos indígenas, que se traduce en la capacidad que tiene todo pueblo-comunidad para decidir sobre sus prácticas, su territorio, su alimentación, etcétera. Considero que la importancia de la partería tradicional radica en la forma en que se concibe y cuida el cuerpo de la mujer, así como el involucramiento de los integrantes de su familia y el cuidado de su vida. Esta es una diferencia muy marcada con respecto del sistema de salud alópata, en el cual generalmente los cuerpos son tratados como un objeto inanimado, que no puede decidir, ni sentir. Lo que ha originado esta forma de actuar es la llamada violencia obstétrica, que son diversas acciones que violentan de manera verbal, física y psicológica el cuerpo de las mujeres, un ejemplo es la episiotomía, una práctica que en el pasado era considerada rutinaria durante el parto y que consiste en una incisión quirúrgica para facilitar la salida del bebé; sin embargo, después de quejas y denuncias de mujeres que no habían sido notificadas al respecto, ni manifestado su consentimiento informado para que se efectuara tal procedimiento por no presentar complicaciones durante el parto, se modificaron las regulaciones y los procedimientos en hospitales.     En México, en 2016 se modificó la Norma Oficial Mexicana NOM-007-SSA2-2016, Para la atención de la mujer durante el embarazo, parto y puerperio, y de la persona recién nacida, en la que se especifica que la episiotomía deja de ser un procedimiento rutinario y ahora es uno “selectivo” que solo debe ser aplicado en casos donde se haya realizado una valoración clínica previa, o bien cuando se presente una situación de riesgo para la mujer y/o su bebé. Finalmente, las mujeres tienen derecho a decidir sobre su cuerpo y cómo quieren ser acompañadas en el proceso de embarazo-parto y puerperio (después del parto), así como las parteras y los parteros tienen derecho de ejercer, transmitir y preservar sus conocimientos tradicionales. *Alumna de la Licenciatura en Desarrollo y Gestión Interculturales, ENES-Mérida, UNAM.