¡Lo vi en un TikTok!
23 mayo, 2022 0Por: Cecilia Mendoza*
Seguramente, varias veces hemos escuchado la frase “Lo vi en un TikTok” después de que alguien nos cuenta que vio algún video con un contenido gracioso, alguna coreografía de baile, un dato curioso o un acontecimiento histórico que le pareció sorprendente; las reacciones ante esta frase, por lo general, se encuentran entre el rechazo y la aceptación, pero bueno, ¿qué es TikTok?, ¿solo sirve para ver videos divertidos y bailes?, ¿es una fuente confiable de información?, ¿puede funcionar como herramienta de aprendizaje?
Empecemos por hablar de esta red social china que se creó en 2016 y permite hacer videos con una duración que va desde 1 segundo hasta 10 minutos; solo hay que deslizar la pantalla para cambiar de un video a otro. Esta red alcanzó mucha popularidad en Asia, sin embargo, fue hasta 2020 cuando obtuvo millones de usuarios por todo el mundo, ¿coincidencia? No perdamos de vista el contexto mundial, justo en ese año inició la pandemia y eso provocó cambios en los ámbitos laboral, educativos y del entretenimiento, entre otros. Es importante señalar que, para que estas transformaciones fueran posibles, la tecnología jugó un papel importantísimo, pues se crearon nuevas herramientas que las permitieron y, aunque al hablar de tecnología siempre surge un debate entre quienes la rechazan —y asumen que a la humanidad le espera un futuro fatalista en el que será controlada por algún “ente malvado tecnológico”— y quienes consideran que el máximo desarrollo tecnológico es la meta que los seres humanos deberían alcanzar, no debemos perder de vista que la tecnología no es un “ente” que funciona por sí mismo, o que es “naturalmente” buena o mala, sino que se trata de una herramienta fundamental que siempre acompaña los cambios sociales y no funciona “sola”, sino que es producida por un grupo de personas y usada por grupos más grandes. Es decir, hay que entender la tecnología como una herramienta que ayuda a procesar la información de forma diferente y que esto crea cambios en la manera de generar y aplicar conocimiento.
Pero bueno, ¿a qué vamos con todo esto?, precisamente a resaltar la importancia de apropiarnos de las tecnologías para crear nuevas formas de entretenimiento, contenidos y, sobre todo, de aprendizaje. ¿Y qué tiene qué ver TikTok aquí?, pues, como mencionamos, la educación cambió con la pandemia, nuestras formas de intercambiar y obtener información y conocimiento se transformaron, dejamos de asistir a los salones de clases para convertir nuestra casa en nuestro nuevo salón, dejamos de convivir con compañeras y compañeros de forma presencial y las interacciones solo eran a través de la pantalla. ¿Esto afectó nuestra forma de aprender?, ¡claro que sí!, no olvidemos que todas las personas poseemos información y conocimientos y su intercambio los mantiene vivos y nutridos; sin embargo, esto se vuelve complicado cuando pasamos todo el tiempo frente a la pantalla viendo imágenes y los rostros de nuestras compañeras y compañeros. Ante este cambio en las formas de interacción, TikTok se convirtió en una novedosa herramienta para comunicar e intercambiar conocimiento. Durante el periodo de cuarentena, muchos jóvenes optaron por aprovechar los minutos que ofrece esta plataforma para abordar diferentes temas de interés con el objetivo principal de compartir saberes de la forma más fácil y divertida posible, acompañados de filtros, memes o música. ¿Y qué hay detrás de todo esto?, un largo trabajo de investigación, síntesis de los puntos principales a comunicar y mucha creatividad para que no parezca que estás viendo un documental aburrido. Este formato de aprendizaje rápidamente tomó popularidad, hay cuentas dedicadas a compartir conocimiento que tienen millones de suscriptores, un ejemplo es “Historia para tontos”, que tiene 6 millones de seguidores y se caracteriza por contar acontecimientos históricos en forma de chisme, con mucho humor y un característico filtro de mapa.
¿Quién dijo que las redes sociales debían estar peleadas con el conocimiento? Así como cambian las tecnologías, también la forma en que interactuamos y adquirimos conocimiento, pues actualmente no es necesario pasar tantas horas en la biblioteca para obtener la información que buscamos, podemos hacer uso de internet y también usar redes sociales. No existen fuentes de información que sean más valiosas que otras, lo que sí es importante es nunca apartar la mirada crítica de la información que consumimos.
Fuentes consultadas
Castells, M. (2001). Epílogo: informacionalismo y sociedad red. En P. Himanen, La ética del hacker y el espíritu de la era de la información.
*Alumna de la Licenciatura en Desarrollo y Gestión Intercultural, ENES-Mérida.