La voz en las paredes: las enseñanzas del semestre pasado
3 marzo, 2023Por: Xiomara Ancona, Cristopher Reyes, Ángel Arenas y Marianela Escamilla*
El semestre pasado fue el primero en el que todas las generaciones nos conocimos fuera del mundo virtual, dejamos de ser perfiles de Instagram o cuadros de Zoom para convertirnos en personas tangibles. Los pasillos de la antes vacía universidad se llenaron de voces y risas; poco a poco nos familiarizamos con el espacio y lo hicimos nuestro, ¡al fin tuvimos acceso a la tan magnífica vida universitaria!
¿Cuántas veces nos han dicho que serán los mejores años de nuestra vida?, ¿cuántas historias no hemos escuchado de la maravillosa vida universitaria?, nos han hablado del orgullo universitario, de las entrañables amistades que descubriremos y de todo el conocimiento que tendremos a nuestro alcance. Pero, ¿qué hay detrás de todo esto?
Comienza un nuevo semestre, regresamos todos a las aulas, ya nos conocemos, algunos lazos perduraron, otros se rompieron, surgieron nuevos, pero seguimos aquí.
¡Hay algo nuevo!, los pequeños carteles que apenas se asomaban en las paredes de la escuela con algún dibujo, un poema, una estrofa…se hicieron gigantes. Crecieron y con ellos su voz: ya no solo nos susurraban un pensamiento, ahora nos gritaban exigencias, pedían ayuda o simplemente buscaban quién los escuchase. Crecieron y con ellos la comunidad; al comienzo fue exquisito ver cómo nos unimos para buscar hacer más amable este lugar donde a veces pasamos más tiempo que en nuestras propias casas. ¡Fue casi fugaz!, así como teníamos pensamientos en común, otros se dividieron.
-¡Tu indiferencia es un factor para la comunidad!- grita una hoja de papel en un pasillo.
No todos pensábamos igual, pero todo estaba en calma, pero los muros se agitaron con fuerza. Los carteles se esfumaron y quedó una triste y vacía pared blanca. ¿Quién fue?, ¿Por qué lo hicieron?, estas preguntas inundaban los pasillos. La pared, sombría y sin vida, no duró más de tres horas. En medio del vacío surgió un nuevo cartel con la leyenda “nos vamos a multiplicar”, ¿acaso era un aviso o una advertencia? ¡Tuvo razón!
Al día siguiente eran muchos más que antes, diferentes estilos, tantos colores, tantos mensajes, ¡qué bellos se ven los muros con sus voces!
-¡Las paredes son nuestras!
-¡Respeta la lucha o vivirás en revolución!
-¡Nos quieren quitar las alas!
-¡Respeta la libre expresión!
Tantos mensajes, tantas cosas que decir, tanto con lo que nos sentimos identificados como comunidad. Un sentimiento de preocupación y un pensamiento que buscaba entender qué estaba pasando dentro de nuestro espacio despertaron cuando afuera del 104, de nuestro también colorido y poético salón, una voz nos gritó:
-¡Cuando pensé en suicidarme, pensé en hacerlo en la ENES!
¿Qué estaba pasando?, ¿de dónde venía ese sentimiento de soledad?, había alguien que no estaba bien y quizá no solo era uno, quizá éramos todas, todos y todes, ¿qué se puede hacer al respecto?
No es algo novedoso que en DyGI somos los aventurados a los que les apasiona responder lo que todo el mundo se pregunta, y así fue. Nos tomó poco más de medio semestre, escuchamos las voces, archivamos los sentimientos, no para dejarlos guardados, sino para ordenarlos y poder manifestar todo el sentir que está atravesando a la comunidad, investigamos, pero no desde la perspectiva fría que se tiene desde la investigación; lo hicimos también posicionándonos como alumnos, como parte de la solución o del problema.
Para realizar la investigación comenzamos por tomar fotografías de todos los carteles para después con ayuda de alumnos, profesores y personal administrativo, seleccionar las cinco imágenes que consideramos más significativas. Después por medio de Google forms, colocamos las 10 imágenes y solicitamos que la gente eligiera tres palabras que relacionaban con las imágenes. La última pregunta estaba relacionada con una opinión general acerca de ellas. Se contó con la participación de 40 encuestados, cinco docentes, cinco empleados administrativos y 30 alumnos. Los datos recabados fueron analizados con ayuda del programa AtlasTI, una herramienta de uso tecnológico y técnico creada con el fin de apoyar la organización, el análisis e interpretación de información en investigaciones cualitativas.
¿Qué siente la comunidad?, ¿qué es lo que une a trabajadores, estudiantes y profesores, pero no estamos viendo?
Encontramos que nos une la tristeza, el miedo, el enojo, nos une la lucha, la libre expresión, pero sobre todo nos une la empatía. ¡Qué bella es la vida universitaria!
¿Existen conflictos en ella? La respuesta es sí, pero está en nosotros crear conexiones para solucionarlas como comunidad. Ya sabemos qué siente la comunidad, de dónde vienen los gritos de las paredes que ya no se van a callar, qué nos duele y cuáles son nuestros sueños para el futuro. Se habla de tristeza, de enojo y miedo, pero también de empatía. ¿Qué vamos a hacer para que sea esa misma empatía la que nos lleve a un mejor lugar?
Xiomara Ancona* es alumna de la Licenciatura en Desarrollo y Gestión Interculturales de la Escuela Nacional de Estudios Superiores Unidad Mérida, UNAM.
Cristopher Reyes* es alumno de la Licenciatura en Desarrollo y Gestión Interculturales de la Escuela Nacional de Estudios Superiores Unidad Mérida, UNAM.
Ángel Arenas* es alumno de la Licenciatura en Desarrollo y Gestión Interculturales de la Escuela Nacional de Estudios Superiores Unidad Mérida, UNAM.
Marianela Escamilla* es alumna de la Licenciatura en Desarrollo y Gestión Interculturales de la Escuela Nacional de Estudios Superiores Unidad Mérida, UNAM.