Hablemos de… partería tradicional
2 mayo, 2022Por: Ariadna Trejo Barbosa*
En pocas ocasiones nos dedicamos a reflexionar sobre temas como las prácticas tradicionales, su importancia y su devenir. Por ello, en este breve espacio me gustaría abrir el análisis y la reflexión a una práctica tradicional en particular, la partería tradicional, que se considera un modelo más integral y humanizado de atención sexual-reproductiva para la mujer.
Como antecedente, la partería tradicional ha brindado atención a mujeres en contextos rurales, principalmente por la accesibilidad que mujeres y hombres parteros (que también existen, no es una actividad exclusiva femenina, aunque casi siempre se caracterice como tal) han ofrecido a las embarazadas y no embarazadas (pues de igual forma han atendido cuestiones de educación sexual). En el pasado, estas mujeres y hombres tenían un lugar muy importante en las comunidades por sus conocimientos.
Cabe resaltar que las parteras y los parteros obtenían sus saberes de varias vías, la más común era por la transmisión generacional de abuelas a madres y así sucesivamente. Otra vía era por medio del autoconocimiento del cuerpo y sus procesos, es decir, si una mujer ya había sido madre, el conocimiento que había adquirido de esa experiencia de vida podría hacer que ella pudiera ayudar, acompañar y orientar a otras que estuvieran pasando por el embarazo o el parto.
Como todo, ninguna práctica tradicional, ni ningún campo científico se encuentran exentos de controversias, y el caso de la partería tradicional no es la excepción. Los argumentos de la comunidad médica radican en que cualquier persona que no posea conocimientos que tengan certificación o validez científica, no puede practicar ni ejercer actividad alguna de atención a la salud humana. Esto es controversial por muchos motivos porque, si nos centramos en la situación de la partería tradicional en México, las parteras generalmente provienen de comunidades originarias, por lo que limitar sus prácticas y conocimientos implicaría coartar su derecho a la expresión de su identidad cultural, al igual que su derecho de preservar y transmitir sus conocimientos. Cabe resaltar que los conocimientos tradicionales de una comunidad se denominan patrimonio inmaterial y, por ello, limitarlos o intentar erradicar su práctica implicaría violentar el derecho a la libre determinación de los pueblos indígenas, que se traduce en la capacidad que tiene todo pueblo-comunidad para decidir sobre sus prácticas, su territorio, su alimentación, etcétera.
Considero que la importancia de la partería tradicional radica en la forma en que se concibe y cuida el cuerpo de la mujer, así como el involucramiento de los integrantes de su familia y el cuidado de su vida. Esta es una diferencia muy marcada con respecto del sistema de salud alópata, en el cual generalmente los cuerpos son tratados como un objeto inanimado, que no puede decidir, ni sentir. Lo que ha originado esta forma de actuar es la llamada violencia obstétrica, que son diversas acciones que violentan de manera verbal, física y psicológica el cuerpo de las mujeres, un ejemplo es la episiotomía, una práctica que en el pasado era considerada rutinaria durante el parto y que consiste en una incisión quirúrgica para facilitar la salida del bebé; sin embargo, después de quejas y denuncias de mujeres que no habían sido notificadas al respecto, ni manifestado su consentimiento informado para que se efectuara tal procedimiento por no presentar complicaciones durante el parto, se modificaron las regulaciones y los procedimientos en hospitales.
En México, en 2016 se modificó la Norma Oficial Mexicana NOM-007-SSA2-2016, Para la atención de la mujer durante el embarazo, parto y puerperio, y de la persona recién nacida, en la que se especifica que la episiotomía deja de ser un procedimiento rutinario y ahora es uno “selectivo” que solo debe ser aplicado en casos donde se haya realizado una valoración clínica previa, o bien cuando se presente una situación de riesgo para la mujer y/o su bebé.
Finalmente, las mujeres tienen derecho a decidir sobre su cuerpo y cómo quieren ser acompañadas en el proceso de embarazo-parto y puerperio (después del parto), así como las parteras y los parteros tienen derecho de ejercer, transmitir y preservar sus conocimientos tradicionales.
*Alumna de la Licenciatura en Desarrollo y Gestión Interculturales, ENES-Mérida, UNAM.