Categoría: Seminarios

3 marzo, 2022 0

Políticas de ciencia y tecnología: hacia la coproducción de conocimientos para la resolución de problemáticas socioambientales

Por: María Elena Giraldo Palacio* El fomento de la ciencia y la tecnología como una tarea a cargo del Estado, es un fenómeno que se dio en la posguerra, luego de que la ciencia había contribuido al desarrollo de la “industria militar” internacional. La consolidación de los Estados-Nación conllevó a que los gobiernos se interesaran en financiar diferentes proyectos de investigación académica (Salomon, 2001), para dinamizar sectores económicos estratégicos: energía, obras civiles, industria auto- motriz, entre muchos otros. Sin embargo, como lo explicó la Dra. Rosalba Casas, en la conferencia inaugural del Seminario “Tecnociencia, Ambiente y Sociedad”, las políticas de ciencia y tecnología han variado en el tiempo, según la concepción sobre el papel que debe cumplir el conocimiento en el desarrollo de las sociedades. Así, durante el declive del modelo del Estado de Bienestar, los gobiernos vieron la necesidad de que la ciencia y la tecnología facilitaran los procesos de innovación empresarial. Es por esto que la agenda del sector se vinculó de manera más estrecha con la aspiración del crecimiento económico, que se vino a reforzar aún más durante la instauración del Estado Neoliberal, enlazando la ciencia a los procesos mercantiles. Hoy en día se viene cuestionando el papel que cumple la ciencia, la tecnología y la innovación en la sociedad, considerando que son un motor para mejorar las condiciones de vida de la población. Por esto, se han puesto en el centro de la agenda cuestiones como la necesidad de que este sector se oriente a temáticas de interés social como la salud, la alimentación, la educación, la vivienda, o la seguridad, en un marco de sostenibilidad ambiental. Sin embargo, ciencia y tecnología no pueden incidir por sí solas en estas cuestiones, por lo que requieren integrarse con otras políticas sociales, productivas, agroalimentarias o ambientales. Agenda científica y tecnológica orientada a la cuestión socioambiental: Mitigación y adaptación al cambio climáticoEnergías renovables AguaTerritorios y biodiversidad Soberanía Alimentaria Enfermedades emergentes La atención a estas cuestiones implica que el sector científico trabaje en equipos multidisciplinarios en diversas áreas del conocimiento: ciencias naturales, ciencias de la salud, ciencias físicas y ciencias sociales. Pero a su vez, requiere de un reto mayor: superar el modelo de generación de cono- cimientos centrado en la academia, para extenderlo a una red mucho más amplia y plural de actores que involucran al gobierno, sector productivo, organizaciones de la sociedad civil y colectivos ciudadanos, a partir de esquemas más flexibles, participativos e interactivos. Esta nueva configuración es crucial para lograr una coproducción de conocimientos orientada a atender graves problemas socioambientales como el cambio climático, la contaminación ambiental, o la escasez de recursos energéticos o hídricos, caracterizados por la complejidad, incertidumbre y dinamismo, que, para su resolución, requieren de una integración entre conocimientos científicos, tradicionales, técnicos y empíricos. Referencias: Salomon, Jean (2001). “El nuevo escenario de las políticas de la ciencia”, en Revista Internacional de Ciencias Sociales, UNESCO. Conócela: La Dra. Rosalba Casas Guerrero es Doctora en Filosofía en Políticas de Ciencia y Tecnología e Investigadora Titular del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM desde hace 45 años. *Profesora del Departamento de Humanidades y Sistemas Sociales, ENES-Mérida, UNAM.

3 marzo, 2022 0

Curso-taller intensivo “Procesos sociales para la territorialización de la agroecología. La metodología campesino a campesino”

Por: Mónica Ivette Flores* Uno de mis recuerdos de la niñez era ir a visitar a mi abuelo al campo en verano, cuando la milpa reverdecía todo el paisaje. Había calabaza, maíz de diversos colores, trigo, chilacayote, manzanas que tenían un sabor a mantequilla, recuerdo que solo en esa temporada podía disfrutar de los chabacanos pequeños con textura de terciopelo; no olvido cómo era respirar un olor a tierra mojada, gracias a la temporada de lluvias. Mi abuelo nunca abandonó su tierra, a pesar de haber vivido la mitad de su vida como obrero en la Ciudad de México; cuando alcanzó su jubilación, lo primero que hizo fue volver al campo, a su hogar. Ese es el primer acercamiento que tengo para entender y pensar la “agroecología” que, para ser específicos, se refiere a un sistema tradicional milenario conocido por los pueblos mesoamericanos como “milpa”. La milpa es un sistema tan rico en diversidad de especies que ha alimentado a las comunidades campesinas a través del tiempo, y también cumple una función para el ecosistema al mantener un suelo vivo gracias al reciclaje de nutrientes. Cabe señalar que más del 70% de nuestra alimentación proviene del campo, por lo que para hablar de agroecología es necesario entender su dimensión cultural, social y política. En el taller “Procesos Sociales para la territorialización de la Agroecología”, impartido por el Dr. Omar Felipe Giraldo en la ENES-Mérida, comenzamos por cuestionar qué es y cómo entendemos el desarrollo, la pobreza y el campesinado. Entendiendo que de fondo, existe un lógica de arriba hacia abajo, que generó un estigma hacia los campesinos vistos como sujetos necesitados y de baja productividad por lo que era necesario la implementación de proyectos de desarrollo rural dirigidos por técnicos, agrónomos e ingenieros industriales que tenían como objetivo convertir a los campesinos en pequeños empresarios. Esta época denominada “extensionismo” que también alude a la revolución verde de los años 40 y 70 y aún vigente, basada en el monocultivo, mantuvieron la premisa de que era necesario implementar tecnologías que permitieran aumentar la producción de alimentos con el fin de satisfacer las necesidades de la población en crecimiento. Sin embargo, en la actualidad la FAO ha señalado la gravedad de la crisis mundial del hambre en la que ha aumentado el número de personas que no pueden acceder a los alimentos por distintos factores además del económico, exponiendo así a la población a la inseguridad alimentaria, al no tener los recursos económicos para acceder a alimentos sanos y de calidad, lo cual hace visible que la alimentación se ha reducido a un negocio que solo responde a las demandas del mercado global capitalista. Ante este escenario, la agroecología responde, propone y aporta soluciones ante la escasez de los alimentos y la producción de alimentos sanos, la revalorización de los conocimientos tradicionales de las comunidades campesinas, los problemas ambientales ocasionados por la explotación de la tierra a causa del monocultivo y el uso excesivo de pesticidas, además de reconocer a los campesinos como sujetos históricos, políticos y de derechos al ser los transmisores de un cúmulo de conocimientos son factores que dan pie a la metodología de “Campesino a Campesino”, la cual garantiza la soberanía alimentaria, que se entiende como el derecho a las personas para producir, distribuir, consumir alimentos sanos y cerca de su territorio de una manera ecológicamente sostenible (Altieri y Toledo; 2010). Principios Sociales para crear agroecológicas emancipadoras 1)  Cuestionar y transformar estructuras, no reproducirlas2)  Conformar economías basadas en el valor de uso, no en el valor de cambio3)  Fortalecer la organicidad y pensar en procesos colectivos, no en proyectos individualizados4)  Construir procesos horizontales,no jerarquías5)  Formar para luchar y transformar6)  Actuar desde la cultura y la espiritualidad, no desde el productivismo(Giraldo y Rosset, 2021) Dicha metodología promueve el diálogo de saberes, sentires y vivires, que se expresan en la reconstrucción del tejido social ya que enlaza y articula la riqueza relacional de la comunidad donde la organización comunal cumple un papel protagónico. Como parte del taller estudiamos un caso de éxito, que es el de la Asociación Nacional de Agricultores ANAP en Cuba, quienes demostraron con prácticas agroecológicas basadas en la diversificación, que producen muchos más alimentos por hectárea que cualquier otra explotación comercial. Las familias del movimiento campesino a campesino producen más del 65% de los alimentos del país, en sólo 25% de la tierra (Rosset, 2011). Sin duda, son un claro ejemplo a seguir para imaginar y crear otros mundos posibles. Referencias: Altieri,M. y Toledo,V. (2010). La Revolución ecológica de América Latina; rescatar la naturaleza, asegurar la soberanía alimentaria y empoderar al campesinado. ILSA. El otro derecho, Núm. 42. Rosset, P. M. et al. (2011) “The Campesino-to-Campesino agroecology movement of ANAP in Cuba: Social process methodology in the construction of sustainable peasant agriculture and food sovereignty” Journal of Peasant Studies. Vol. 38, núm. 1, junio 2011, pp. 161-191. *Alumna de la Licenciatura en Desarrollo y Gestión Interculturales, ENES-Mérida, UNAM.

3 marzo, 2022 0

Semilleros de investigación: más allá de un proceso de educación formal

Por: Mónica Ivette Flores* Los semilleros de investigación en las universidades de Colombia son espacios formativos que tienen la finalidad de acercar a los estudiantes a la investigación. Asimismo son considerados como los primeros acercamientos que tienen los estudiantes hacia la ciencias, no obstante, no se espera que los estudiantes sean “científicos”, pero sí que desarrollen habilidades específicas para la investigación. Están conformados por grupos de estudiantes acompañados por un docente. De acuerdo con la Dra. Leydy Johana Rivera Soto, la formación de semilleros de investigación funcionan como estrategias pedagógicas que apoyan la trayectoria profesional de los estudiantes que cursan la universidad, pero esperando ir más allá de la investigación instrumental, también se busca hacer la conexión entre la investigación y las necesidades sociales partiendo de la reflexión crítica por parte de los estudiantes y docentes sobre las problemáticas sociales que les acontecen. En su investigación sobre dos experiencias formativas; la primera de un semillero de arte y otro de educación, la Dra. Rivera Soto se cuestiona: ¿Cómo se configuran políticamente los jóvenes que participan en escenarios de formación inicial investigativa, en los semilleros?, ¿ En qué horizontes epistémicos y políticos se fundamentan los aprendizajes de formación inicial? y ¿Cómo están estructurados los procesos de formación inicial investigativa en un semillero de arte y otro de educación? Con la finalidad de comprender la configuración de subjetividades políticas de los estudian- tes. Entendiendo subjetividades políticas como aquel acto de reflexión sobre sí mismo y sobre las normas en coherencia con el actuar con los otros (Díaz, 2012). Y lo político, al referirse al actuar en lo público, actuar con los otros, lo cual constituye el surgimiento de un acto de reflexión, que se analizó desde la categoría de los posicionamientos políticos. La autora propone los posicionamientos políticos de Carmona (2019) como categoría que evidencia no sólo la implicación de los sujetos, sino también el lugar móvil y de acción de quienes participan en la conversación, es decir, desde dónde se habla, pero también desde donde actúa. Lo cual resultó en cuestionar la enseñanza instruccional y despolitizada de la investigación, haciendo visible la urgente necesidad de conectar la investigación con las necesidades sociales que a su vez, permite reivindicar el compromiso que tiene la universidad con la sociedad en general, ya que surge de los alumnos preguntarse cómo pueden aplicar lo que leen o aprenden en las problemáticas actuales. Elementos diferenciadores de clase frente a Semillero de Investigación La horizontalidad en la organización, la confianza para el trato de igual a igual, el fomento de la curiosidad investigativa, relaciones dialogantes, así como la forma de trabajar entre semilleristas, genera mayor interés y curiosidad necesaria para investigar y aprender. Una diferencia radical en las relaciones tejidas alrededor del conocimiento es que, en lugar de establecer relaciones de poder, se privilegia la producción de saber, lo cual induce a la reflexión respecto de las relaciones en el aula tradicional frente a lo que mues- tran los Semilleros de Investigación. (Gallardo, 2014). Por ejemplo, los aprendices desde el arte mostraron preocupación e interés sobre los problemas ambientales y se pregunta- ron el papel de la humanidad ante estos problemas, señalaron que la sociedad no solo necesita entretenimiento, sino también educación y es el arte dramático una poderosa herramienta que combina entretenimiento y educación para trans- formar. La Dra. Rivera Soto sostiene a partir del análisis del discurso, que la configuración de las subjetividades políticas se potencia  en  los  semilleros,  cuando  lainvestigación se asume como un asunto político y de transformación cultural y de país. Desde esta perspectiva se puede reafirmar una ciencia políticamente comprometida con lo social, donde la investigación se dirija hacia la construcción de conocimientos situados y encarnados en las experiencias formativas, que visibiliza la pluralidad humana y articula la academia con la vida en común. Conócela: Leydy Johana Rivera Soto es psicóloga, magíster en Desarrollo Educativo y Social y doctora en Ciencias Sociales en niñez y juventud, tiene experiencia en investigación universitaria y ha sido asesora de trabajos de licenciatura y posgrado con trayectoria en Semilleros de Investigación y Metodologías de Investigación Cualitativa. Actualmente es asesora en la vicerrectoría de investigación en la Universidad del Bosque en Bogotá, Colombia. *Alumna de la Licenciatura en Desarrollo y Gestión Interculturales, ENES-Mérida, UNAM.

3 marzo, 2022 0

Tren Maya: una oportunidad para la gestión participativa del territorio

Por: Jimena Mayadelhi Cruz* El proyecto del Tren Maya y su impacto en el desarrollo del sureste del país constituye una de las preocupaciones más grandes tanto para las comunidades de esta región, para los diferentes órdenes de gobierno y para las comunidades académicas y de investigación nacionales. De su planeación, construcción y puesta en marcha depende que este proyecto realmente funcione como un motor de desarrollo sostenible para el sureste mexicano. Por ello, ONU-Habitat -el programa de las Naciones Unidas para los asentamientos humanos-, colabora desde el 2019 brindando apoyo técnico al Fondo Nacional del Turismo (Fonatur) para detonar una estrategia de desarrollo integral en los cinco estados por donde transitará el Tren Maya, y que realmente contribuya a mejorar las condiciones del territorio y la calidad de vida de sus habitantes. Ejes de acción de ONU-Hábitat 1.  Procesos informativos2.  Procesos participativos3.  Diagnóstico4.  Microrregiones5.  Planeación urbana6.  Observatorio regional7.  Relocalización consensuada La Estrategia de Prosperidad Compartida, presentada por Lucile Moal, Carolina Hernández y Rubén Araujo, indicaron que el modelo propuesto por ONU-Habitat se basa en la noción de prosperidad, una idea que introdujo el Banco Mundial hace ya más de una década junto con la idea del “crecimiento inclusivo”, enfocado a lograr la sostenibilidad económica en la medida en que amplíe su base hacia todos los sectores. Sin embargo, explican, el término de prosperidad se constituye como una noción más amplia e integral y no se constriñe únicamente al componente económico. Para ello, se plantea la articulación de procesos participativos y acuerdos sociales con actores y dependencias estratégicas de la región sureste para abatir el rezago social, reducir la desigualdad de oportunidades, así como articular y promover la economía de las subregiones basados en los valores ambientales, culturales y económicos de la región. De este modo, identificaron nueve principios rectores para la prosperidad compartida en la región sureste del país: Servicios básicos accesibles suficientes y de calidad Economía competitiva, incluyente e innovadora Sostenibilidad del medios ambiente Territorios seguros Estados de derecho y cultural de la legalidad Capacidades fortalecidas Interculturalidad y convivencia en la diversidad Territorios ordenados, integrados y funcionales Gestión pública armonizada, participativa y corresponsable A partir de ello, se busca detonar corredores de prosperidad, entendidos como unidades de gestión que fomenten la integración equitativa del territorio a partir de la planificación e inversión estratégica y en ello, la generación de espacios de gobernanza resulta fundamental. A través de un diagnóstico tomando como base los principios de prosperidad compartida y analizando la actividad de instancias estatales, regionales y locales, los resultados preliminares de ONU-Habitat permiten ver que hay grandes brechas y desafíos por superar tales como la desconfianza social hacia los gobiernos o que el diálogo social es prácticamente inexistente, pues está basado mayoritariamente en el conflicto y no como un ejercicio cotidiano. Asimismo, han detectado que desde la parte gubernamental no se tiene consenso sobre la representatividad social. En este sentido, ONU-Habitat identifica como prioritario que los programas de gobierno procuren efectivamente una transversalización de espacios y mecanismos de participación social, así como el reconocimiento de formas locales y culturales de organización, y actualización de leyes generales. *Alumna de la Licenciatura en Desarrollo y Gestión Interculturales, ENES-Mérida, UNAM.

3 marzo, 2022 0

Redes de conocimiento, la perspectiva en la comunidad de Dzityá

Por: Jimena Mayadelhi Cruz* Hoy en día, las problemáticas socioambientales vinculadas con la ciencia y tecnología constituyen uno de los ejes centrales que mueven la dinámica del mundo contemporáneo, y en la que, para lograr un desarrollo sustentable, las comunidades locales requieren de la vinculación con actores que apoyen su actividad productiva. En este sentido, el Dr. Francisco Sarmiento Franco, especialista en Desarrollo Regional Sustentable del Instituto Tecnológico de Mérida, expuso que una forma de lograr dicha vinculación es mediante la construcción y establecimiento de redes de conocimiento, entendidas como la interacción entre agentes económicos, productivos, de investigación, así como agentes institucionales y de gobierno, que permiten establecer vínculos para el desarrollo del conocimiento aplicado para enfrentar las problemáticas socio ambientales y económicas del sector productivo y social. Tomando como base la experiencia de la comunidad artesanal de madera y piedra de la comisaría de Dzityá, Mérida, Sarmiento Franco expuso que el establecimiento de estas redes de conocimiento parte de un diagnóstico en profundidad que contempla dimensiones económicas, productivas, de innovación, así como las de índole sociocultural, ambiental y ecológico. ¿Sabías que? El 3.1% del PIB nacional lo aporta el sector culturalLas artesanías son el segundo sector más importante del PIB cultural de México, pues representan el 19.1%de la cuenta de cultura nacional.Más del 4% del PIB que genera el turismo en México se destina a la adquisición de artesanías. Este diagnóstico permitió identificar una situación de inestabilidad que se refleja en condiciones económicas, sociales y ecológicas desfavorables para la comunidad de Dzityá y el medio natural, así como una falta de planeación participativa y comunitaria que permitiera el desarrollo de la localidad. Ante ello, se propuso una metodología de IAP (Investigación acción participativa), gracias a la cual se pudo identificar a los actores comunitarios, académicos y de gobierno interesados en conformar las redes de conocimiento y desarrollar diversas acciones conjuntas que inciden en el campo económico y social. Las artesanías de Yucatán En Yucatán, cálculos indirectos realizados por la Casa de las Artesanías, definen alrededor de 30,000 artesanos distribuidos en 15 ramas. El bordado constituye el 40%, siendo por lo general mujeres las que se dedican a esta actividad. Le sigue el urdido de hamacas con el 30%. Las tejedoras de henequén son el 15%. Cerca del 7%, lo conforman los talladores/as de madera, y el 8% restante se dedica a las otras diez ramas. https://artesanias.yucatan.gob.mx/artesanias.php Entre los resultados se cuentan la mejora  de  los  procesos  artesanales, diversos cursos de capacitación relacionados con comercialización, costos e innovación, así como del desarrollo de prototipos para nuevas maquinarias. En el ámbito cultural y social, se generó el establecimiento de un consejo ciudadano, desarrollo de diversos eventos que promuevan la cohesión social, la formación de líderes comunitarios y la vinculación con las escuelas de la localidad para tratar temas relacionados al medioambiente. El desarrollo de metodologías participativas está creando nuevas oportunidades para aplicar el modelo y desarrollar un entendimiento sistemático de formas efectivas de enfrentar problemas sociales. Conócelo: El Dr. José Francisco Sarmiento Franco es especialista en Desarrollo Regional Sustentable y Economía del conocimiento y sustentabilidad. Está adscrito al Departamento de Ingeniería Industrial del Instituto Tecnológico de Mérida. *Alumna de la Licenciatura en Desarrollo y Gestión Interculturales, ENES-Mérida, UNAM.

3 marzo, 2022 0

Industria textil en Europa, un caso de transición sostenible

Por: Mónica Ivette Flores* Después de los hidrocarburos, la industria textil es la segunda más contaminante del mundo, al producir toneladas de emisiones de carbono a la atmósfera, lo cual trae como consecuencia el calentamiento global. Para producir unos jeans se requieren 7,500 litros de agua, el equivalente a la cantidad de líquido que bebe una persona en siete años; también cada año se tiran al mar medio millón de toneladas de microfibra, lo que equivale a 3 millones de barriles de petróleo. El modelo dominante del fast fashion, que ofrece a los consumidores colecciones de temporada a bajos costos, ha generado una tendencia del consumir dentro de un modelo insostenible del comprar, usar, tirar. Especialistas de la ONU consideran que esta tendencia es responsable de una amplia gama de efectos negativos en el ámbito social, económico y ambiental y subrayan la necesidad de garantizar que la ropa se fabrique de la manera más sostenible y éticamente posible. Al respecto, el Dr. Oscar Miguel Blanco Sierra, especialista en las relaciones entre cultura y los procesos de cambio sociotécnico, comentó que “la Unión Europea, apuesta por generar un modelo de innovación sostenible sin perder el crecimiento económico, lo que implicaría cambiar el modelo de producción basado en costos hacia un modelo basado en la competencia por el conocimiento”. En ese sentido, mencionó que tecnificar e innovar en la industria textil, significaría producir también creatividad y cultura, pretendiendo rescatar la dimensión social y cultural de la moda, componente esencial de la sociedad moderna, para satisfacer a consumidores que buscan un consumo ético y responsable. Es por ello que propone una integración de la cultura en la innovación, que surge de la crítica al modelo socio-técnico centrado en los aspectos tecnológicos del cambio y que excluye a la cultura de la dimensión política de la innovación, para así generar una transformación social más que tecnológica, en el que los actores sociales adquieran mayor agencia en los procesos y en los nichos de innovación, como el diseño sostenible, las nanotecnologías textiles, las comunidades artesanales y la economía circular, entre otras, lo que permite generar procesos de experimentación local orientados a cambios alternativos sostenibles del sistema. Fast fashion en México En México, se estima que en 2020 las ganancias de esta industria alcancen los 4 mil 520 millones de dólares, lo cual nos coloca en la posición 18 del ranking mundial de ventas.Los efectos ambientales y el consumo de recursos de la industria nacional de la moda y la confección se deben al modelo lineal(tomar-usar-desechar) de producción.Un solo ejemplo: la descarga de agua contaminada generada por esta industria en el río Atoyac afecta a más de 2 millones de personas en Puebla, de acuerdo con el CEMDA. Blanco Sierra comentó que las combinaciones entre arte-cultura y creatividad son cruciales para lograr la innovación y cambios en la industria textil. La cultura es central en la emergencia de innovaciones radicales del sistema: como agente clave en el sistema de innovación, como laboratorio de experimentación y como proveedora de imágenes de cambio. El rol de la cultura en la innovación es la construcción de nuevos significados, donde las y los agentes culturales son actores clave dentro de los sistemas de innovación, el empleo de la investigación conceptual y el arte como laboratorio. Las y los artistas son catalizadores del cambio social. Conócelo: Dr. Oscar Miguel Blanco Sierra Doctor en ciencias sociales. Universitat de València. Investigador de las relaciones entre la cultura y los procesos de cambio socio-económico a nivel conceptual y metodológico, y su aplicación en políticas, programas y proyectos. *Alumna de la Licenciatura en Desarrollo y Gestión Interculturales, ENES-Mérida, UNAM.

3 marzo, 2022 0

Los desafíos de la gobernanza hídrica en el sureste mexicano

Por: Mónica Ivette Flores* En el siglo XXI aún existen millones de personas, principalmente en zonas rurales, que carecen de servicios básicos como el acceso, la disponibilidad y el saneamiento respecto del agua (ONU, 2021), lo que adquiere mayor relevancia ante el actual contexto de emergencia climática y sanitaria. El agua es considerada como un recurso finito y vulnerable, esencial para mantener la vida, el desarrollo y también el ambiente. Es un bien con características tan básicas para la comunidad que no puede ser dejado al mercado especulativo o al libre juego de la oferta y la demanda, sino que su asignación debe resolverse con una perspectiva pública para asegurar que se respete su acceso justo al recurso. Por ello, la gobernanza hídrica establece las relaciones entre el gobierno, la sociedad y las diversas instituciones públicas y privadas para lograr reconstruir el sentido, la capacidad y la coordinación de los actores involucrados en la gestión del agua. Su gestión integral tiene como fin maximizar el bienestar social y económico resultante de manera equitativa, sin comprometer la sostenibilidad de los ecosistemas (GWP, 2009). De modo que, es importante asumir la condición de vulnerabilidad, de carácter socio ambiental, que define los procesos que conllevan situaciones críticas e irreversibles que ponen en riesgo el desarrollo humano y el funcionamiento de los ecosistemas (Ávila, 2008: 48), los efectos adversos del cambio climático, incluida la variabilidad climática o los fenómenos extremos (IPCC, 2011). Al respecto, la Mtra. Lorena Torres Bernardino expuso que los principios de esta gestión deberán estar basados en un enfoque participativo, involucrando a usuarios, planifica- dores y tomadores de decisiones a todo nivel y destacó el papel fundamental de las mujeres, en la provisión, gestión y protección del agua. Torres Bernardino comentó que el sureste de México, atraviesa por problemáticas en cuanto a la cobertura de agua potable, el alcantarillado y el trata- miento de las aguas residuales. De acuerdo al Programa Hídrico Regional Visión 2030, destaca la baja cobertura de alcantarillado y tratamiento de las aguas residuales municipales e industriales, añadiendo la deficiente existencia de fosas sépticas. Conflictos por el agua y política ambiental  Algunos factores que influyen en el ejercicio de la política en torno del agua: – La competencia por el recurso hídrico a nivel nacional e internacional – Los conflictos derivados por el rechazo de decisiones públicas (como reducción de subsidios o creación de tarifas) – Problemas públicos que requieren de la acción de una autoridad Fuente: Becerra et. al. (2006). Los conflictos por el agua en México.Diagnóstico y Análisis  En ciudades grandes como Mérida, Campeche y Cancún, existen empresas que se dedican al servicio de limpieza de las fosas sépticas, sin embargo, no existen plantas de tratamiento suficientes donde se vierten los desechos, provocando descargas clandestinas. Por ello, hizo énfasis en que los nuevos desafíos de la gestión urbana del agua deben garantizar el acceso como derecho humano, no enajenable, vista como un bien público de interés general, no limitada a la gestión privada. Además, surge de la necesidad de relacionar estrecha- mente la política del servicio con la política social, la política habitacional, la política del ordenamiento territorial, la política ambiental, con la estrategia metropolitana, e incluso, con el desarrollo de una democracia participativa, lo que implica restituir su carácter social y político. Conócela: La Dra. Lorena Torres Bernardino es investigadora del Centro del Cambio Global y la Sustentabilidad en el Sureste, AC y Doctorante de la Escuela Doctoral en Ciencias Sociales Université Lyon, Francia. *Alumna de la Licenciatura en Desarrollo y Gestión Interculturales, ENES-Mérida, UNAM.

3 marzo, 2022 0

Repensando y recreando los temas socioambientales: Conversatorio Tecnociencia, Ambiente y Sociedad

Por: Aurora Parra, Luis Peraza y María de la Luz Delgado* En México, la gestión ambiental es una problemática que debe ser atendida para encaminarnos hacia un desarrollo sostenible; sin embargo, problemas ambientales como la pérdida de los ecosistemas terrestres y acuáticos, la contaminación de suelos, de agua, los problemas de la calidad del aire, entre otros, “[…] trascienden la esfera ambiental y afectan aspectos sociales tan importantes como la salud o la seguridad alimentaria, e incluso, en la esfera económica en donde ya amenazan la producción y el comercio.” A raíz de estas problemáticas ambientales, se presentaron en el conversatorio “Gobernanza y coproducción de conocimientos. Experiencias de cooperación en proyectos socioambientales en Yucatán” los resultados del proyecto PAPIIT que dio soporte al desarrollo de las actividades del Seminario Tecno- ciencia, Ambiente y Sociedad en estos dos primeros años de desarrollo. En este conversatorio se expusieron tres casos de estudio: el Laboratorio de Energías Renovables del Sureste (LENER- SE), que busca mitigar el impacto ambiental a través del desarrollo de estas energías; el Laboratorio Nacional de Resiliencia Costera (LANRESC), que evalúa sistemas de resiliencia costera y la restauración de ecosistemas o socio ecosistemas y la Escuela de Agricultura Ecológica U Yits Ka’an, que promueve la idea del “Buen vivir” desde la cosmovisión maya y la gobernanza del monte. Dichos proyectos fueron analizados a partir de los SAC (Sistemas Asociativos Complejos), un enfoque de la gobernanza que guía el estudio de las características, los mecanismos de funcionamiento y condiciones de eficacia de un tipo particular de agrupaciones, general- mente constituidas para la solución de problemas puntuales, en las que participan diversos actores, con la finalidad de identificar la multiplicidad de intereses, identidades y objetivos que intervienen en el planteamiento y resolución de problemas colectivos, y que en el conversatorio desarrollado se orientó a estudiar estas experiencias de investigación socioambiental en el sureste de México. Al respecto, los ponentes Ma. Elena Giral- do, Eliana Arancibia, Ezequiel Zárate y Paola Villafaña, coincidieron en que la sustentabilidad deseada en México, no es solo una cuestión ambiental, sino también social. Así lo mencionan los autores, que refieren a Enrique Leff, cuando dicen que, “… la crisis ecológica actual, […] tiene como un rasgo particular fundamental que no es sólo un cambio natural, sino que responde a condicionantes profundamente humanas, siendo resultado tanto de concepciones filosóficas, como valores éticos, modos económicos y aplicaciones científicas y tecnológicas.” Por tanto, uno de los mayores retos de la crisis ambiental, es redirigir la producción y consumo de acuerdo a metas sostenibles, desligar el crecimiento económico, alentar proyectos de investigación que incorporen una visión interdisciplinaria, el diseño colaborativo de actores y esquemas diversos, y las vías de integración de políticas de ciencia y tecnología dentro de políticas públicas. ¿Cómo transitar hacia la sustentabilidad socioambiental? Es indispensable incorporar a los actores cooperativos locales, quienes deben ser predominantes dentro de estos proyectos de carácter socioambiental, con el objetivo de que haya una representación intersectorial, donde su participación sea horizontal y autónoma; generando un ambiente de trabajo o investigación respetuoso y solidario, que fomente la confianza para que se produzca la apertura, intervención y participación activa de todas las partes implicadas. Un concepto clave para comprender los proyectos analizados es la gobernanza, para establecer estrategias, toma de decisiones y acciones que cada problemática requiere. La gobernanza pretende ser un método más inclusivo, en el que predominen los esquemas horizontales, los procesos de cooperación, la interdependencia, autonomía y la resolución colectiva de conflictos (mediación) y así generar nuevas redes, estructuras y esquemas de cooperación horizontales dentro de las colectividades, a través de los vínculos entre academia, gobierno, colectivos ciudadanos, organizaciones civiles y empresas, dando como resultado métodos más flexibles para la coproducción de conocimiento. Estos métodos involucran también la configuración de sistemas sociotécnicos, que implican reconfigurar el carácter de la innovación tecnológica, incentivando la formación de sistemas participativos inter y transdisciplinarios, así como políticas científicas y tecnológicas que faciliten los procesos, la experimentación tecnológica, el debate público y la negociación, entre otros. Ante un panorama con creciente desafección política y falta de credibilidad en las instituciones, estudios de caso como los propuestos en este conversatorio, dan cuenta de que se requiere esfuerzos mayúsculos y la movilización de redes complejas de actores tanto a nivel local, regional como nacional e internacional. Además, ponen sobre la mesa la discusión respecto a si es posible generar otras formas de hacer políticas públicas, lo que requiere de la voluntad política para romper los esquemas tradicionales de formación e investigación y del empuje científico crítico, la divulgación y la participación de la sociedad civil, además de nivelar la importancia de la diversidad de conocimientos y disciplinas que confluyen en torno a estos temas. De esta manera, las propuestas y resultados, inacabados, cuentan con altas probabilidades de éxito. *Alumnado de la Licenciatura en Desarrollo y Gestión Interculturales, ENES-Mérida, UNAM.

3 marzo, 2022 0

Huracanes ¿Problema climático o demográfico?

Por: Jimena Mayadelhi Cruz* Año con año nos preguntamos por la ocurrencia de fenómenos naturales y su relación con el cambio global como un factor determinante, sin embargo ¿es posible afirmarlo de manera tajante? Al respecto, el Dr. David Romero, experto en geografía climática y climatología de la ENES -Mérida, expuso que atribuirle directamente al cambio climático un papel en la intensificación del impacto de estos fenómenos es complejo. Si bien es cierto que hay una evidente relación entre la frecuencia de los huracanes y el aumento de la temperatura superficial del mar, aunado al aumento de los vientos máximos registrados para los ciclones tropicales en la última década, el periodo de datos confiable es bastante corto como para poder afirmar de manera contundente esta correlación. A partir de los datos que posee la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA) de las trayectorias de huracanes del Atlántico y el Pacifico, los datos de las zonas de velocidades de viento y los datos de municipios costeros mexicanos del INEGI, actualmente se está analizando la frecuencia, intensidad y ocurrencia de estos fenómenos, así como el cálculo de densidades municipales y las tasas de crecimiento anual de cada municipio, a fin de determinar tendencias a nivel nacional. Las peores sequías en 50 años en el sur de la Amazonia y el récord de huracanes e inundaciones en Centroamérica durante 2020 son la nueva normalidad que espera a América Latina. Esta es una de las regiones del mundo más afectadas por el Cambio Climático y los fenómenos meteorológicos externos que están causando graves daños a la salud, a la vida, a la comida, al agua, a la energía y a la economía de la región. Los eventos relacionados con el clima y sus impactos cobraron más de 312.000 vidas en América Latina y el Caribe y afectaron a más de 277 millones de personas entre 1998 y 2020. Se encontró que la evolución de la amenaza de huracanes no es homogénea en el país, hay ciertas zonas en donde se ha detectado un aumento en la frecuencia de los huracanes y un aumento de las velocidades máximas que se generan; por ejemplo en el Pacífico, las zonas de mayor afectación se encuentran en las Islas Marías y el Sur de Baja California Sur, algunas zonas de Sinaloa, las costas del Sur de Jalisco, mientras que para el caso del Golfo de México y el Caribe, estas zonas se encuentran en Tamaulipas, Veracruz y la zona de Puerto Morelos, hasta Tulum en Quintana Roo. Sin embargo, comentó que es necesario comprender que para estimar el riesgo vinculado a huracanes, debemos considerar tanto el grado de amenaza la intensidad y la frecuencia de un fenómeno y su capacidad de ocasionar daños-, así como la vulnerabilidad, que se refiere a las características de una comunidad que la hacen susceptible ante determinadas amenazas, lo que implica que el riesgo está asociado a las zonas de impacto, la amplitud de los huracanes y su frecuencia. Por ello, al analizar la densidad poblacional y las tasas de crecimiento en nuestro país, encontraron un fuerte aumento en los municipios costeros. A manera de ejemplo, Romero comentó: “en 1950 había 2 millones de habitantes en zonas costeras; cuando en la actualidad hay 17 millones de personas viviendo en la misma zona. Es decir, las zonas más dinámicas demográficamente corresponden a las zonas de máximos niveles de amenaza a nivel nacional”, por lo que los riesgos pueden llegar a ser muy altos para las áreas costeras cuando los huracanes tocan tierra. En ese sentido, atribuir que los últimos huracanes se deben al cambio climático, resulta más una excusa para no reconocer algunos errores de las políticas públicas. “Quizás los huracanes protegían naturalmente esos espacios que durante siglos permanecieron sin centros poblacionales, pero esa protección se ha vuelto un arma para esas zonas, que ahora son ideales para el turismo”. Conócelo: El Dr. David Romero es profesor asociado en Geografía física y coordinador de la Licenciatura en Geografía Aplicada de la ENES Unidad Mérida. Estudió la Licenciatura y Maestría en Geografía en la Universidad de Limoges, Francia y el Doctorado en la misma disciplina en la UNAM. *Alumna de la Licenciatura en Desarrollo y Gestión Interculturales, ENES-Mérida, UNAM.