Autor: Daniela Huda Tarhuni Navarro

5 octubre, 2023 0

Costalab

Arenas Ángel, Dzul Patricia, Rico Diana y Tec Carolina* *Egresadas y egresado de la licenciatura en Desarollo y Gestión Interculturales

28 septiembre, 2023 0

Inteligencia Artificial

Patricia Sarai Dzul Canul, Diana Mayreb Rico Aguayo, Carolina Itzel Tec Várguez* *Egresadas de la licenciatura en Desarollo y Gestión Interculturales

26 septiembre, 2023 0

Convocatoria: Cuéntame el eclipse. Experiencias y reflexiones desde Yucatán

El Comité Yucatán de Eclipses 2023-2024, la coordinación de Literatura Latinoamericana de la UADY, el programa de Divulgación de la Ciencia de la ENES Mérida-UNAM y la editorial Piedra Bezoar convocan al proyecto Cuéntame el EclipseExperiencias y reflexiones desde Yucatán La presente convocatoria tiene por objetivo promover la divulgación del conocimiento humanístico y científico que pueden producir los, las y les estudiantes que cursan sus estudios superiores en Yucatán a partir del eclipse anular que se podrá observar el 14 de octubre del 2023 en la región. Se busca dar un espacio plural en el que quepan distintas miradas sobre cómo se vive el evento en los municipios del estado de Yucatán. Bases: Nota: Los derechos de autor son irrenunciables e inalienables, por lo que quien escriba y publique el texto es dueño de él. Sobre los derechos de explotación de la obra, el proyecto Cuéntame el Eclipse desde Yucatán se distribuye bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-CompartirIgual 4.0 Internacional (CC BY-SA 4.0). Si tienes alguna duda favor de contactar al correo conversacionesmid@gmail.com  

25 septiembre, 2023 3

Creencias de los pueblos mayas sobre los eclipses: una rica cosmovisión

Comité Yucatán Eclipses 2023-2024* Como hemos mencionado en entregas anteriores, el 14 de octubre de este año podremos apreciar un eclipse solar anular en la península de Yucatán, lo que trae consigo el recuerdo de creencias y prácticas respecto a los eclipses. Cada cultura desarrolló cosmovisiones diferentes respecto a este evento astronómico, y lo más fascinante es que, incluso, se pueden llegar a notar similitudes entre culturas. En esta entrega, nos enfocaremos en las creencias y prácticas que se han desarrollado dentro de la civilización maya, tomando en cuenta que el Mayab abarcó los estados de Yucatán, Campeche, Quintana Roo, Chiapas y parte de Tabasco, pero también Guatemala, Belice, El Salvador y Honduras. Relación de las creencias mayas con otras culturas mesoamericanas Los eclipses lunares y solares despertaban sentimientos de miedo o preocupación, ya que existía una incertidumbre sobre la integridad de los astros que le daban luz y vida a la tierra. Los Nahuas se encargaban de ofrendarle todos los días sangre al Dios Sol, era una actividad en la que todos participaban, desde sociedad hasta guerreros, esto con el fin de impulsar el recorrido que hace todos los días el astro rey. Las ofrendas de sangre servían para darle fuerza al sol contra cualquier mal que pudiera atacarlo, pues los eclipses no solo ponían en riesgo al astro rey sino también a la humanidad. Se creía que el sol era devorado por una entidad llamada Tecuani que puede ser traducido como el “come gente”, también hay creencias respecto a jaguares y los nahuas tlaxcaltecas decían que la luna y el sol eran esposos. De igual forma algunos grupos mayas de Quintana Roo, Nahuas de Veracruz y Otomíes creían que la luna y el sol eran padre y madre. En la cosmovisión de algunos pueblos de Quintana Roo piensan que los orígenes de los eclipses tienen que ver con animales míticos salvajes y malos que quieren comerse a los astros del día y la noche. A estos animales se les denomina Xulab, lo curioso que también así se le llama a Venus y no solo por los mayas yucatecos, sino también por los K’ekchis y Mopanes. El planeta Venus es entendido como el amante de la luna que intenta comerse al sol y causa los eclipses. Con el paso del tiempo la creencia de animales malos fue cambiando por la idea de que el mismo diablo o kakaz-baal (diablo en maya) lo intenta devorar. Las ideas del sol siendo devorado están presentes en los códices de Dresde y el de Madrid, pues ahí se observa a una serpiente o monstruo comiendo al sol que se puede interpretar como registro de un eclipse en los códices mayas. Respecto a la cultura maya, también pensaban que los astros tenían una relación en donde el fin era juntarse por la atracción que se tenían, esto se puede consultar en el Chilam Balam de Chumayel que explica el origen de los eclipses. Por otro lado, la Dra. Martha Nájera (1995) comenta que el pueblo maya cuando se atemorizaba por los eclipses, pues se pensaba que el Dios moría, por lo que su método de defensa era hacer una pintura que tenía como fin recrear de manera simbólica la imagen del sol que estaba desapareciendo, para después hacer un ritual que ayude al sol a surgir de la oscuridad. Creencias mayas asociadas a los eclipses Cuando se producía un eclipse lunar, entre los mayas yucatecos del siglo XVII era común hacer ruido para ayudar al astro en su tránsito: provocaban que los perros lloraran y aullaran, o bien, las personas hacían ruido con objetos como latas, metales o maderas. Esta práctica era muy común tanto en Yucatán como en Campeche y Quintana Roo y aún se practica en algunas localidades. De forma contemporánea se ha visto que los eclipses llegaron a trastocar las actividades cotidianas como en la caza o preparación de alimentos, un claro ejemplo fue el eclipse de 1991, en Maxcanú las mujeres no tortearon ya que pensaban que si lo hacían las piedras del fogón quedarían suaves desencadenando un mal augurio.  En cuanto a los hombres, ese día no fueron a la milpa ni a cazar pues creían que los animales podían tomar actitudes distintas y llegar a herir a alguien. Presagios, protecciones y remedios para los eclipses Los eclipses eran tomados por algunos pueblos mayas como presagios de cosas malas, claros ejemplos podrían ser la llegada de escarabajos, estos insectos eran considerados negativos pues nacen dentro del estiércol y se creía que podían comer los árboles y piedras, acabando así con todo el sustento, también se pensaba que las hormigas míticas Xibal atacaban al sol para comérselo. Los mayas tzotziles concebían a los eclipses como enfermedad de los astros, utilizaban dos términos, el primero cha’k’ak’al, para el sol y cham’u para la luna, el término cham hace referencia a estar enfermo, adolecer o morir. Por otro lado, los Quichés se encerraban en sus casas y prohibían ver los eclipses, pues paralizan los ojos y provocan ceguera, también mirar la luna causaría enfermedades. Durante los eclipses se emplean diferentes tipos de amuletos, que se creen que cuidan o protegen el cuerpo o la energía, algunas mujeres embarazadas se colocan un pañuelo rojo atado a la cintura, pues al ser un color caliente contrarresta el frío del eclipse, se usan metales en forma de cruz sobre el estómago, pueden ser clavos, llaves o incluso ganchos, todo esto con el fin de protegerse de las fuerzas dañinas. En cuanto a las creencias de los Mayas yucatecos y Chontales de Tabasco pensaban que si una mujer embarazada se rascaba durante el eclipse el bebé quedaría con un lunar o manchas en la piel, si es eclipse de luna se le denomina chi’ibal uj (mordedura de luna) y en el eclipse solar le llamaban chi’ibal k’in (mordedura del sol), la mancha sale en donde la madre se haya rascado y puede ser roja o negra. Así que ya lo sabes, en todo el Mayab…

21 septiembre, 2023 0

Nanofertilizantes

Ángel Arenas, Patricia Dzul, Mayreb Rico, Itzel Tec* *Egresadas y egresado de la licenciatura en Desarollo y Gestión Interculturales

18 septiembre, 2023 0

Lo que los eclipses nos enseñan

Comité Yucatán Eclipses 2023-2024* Mientras la oscuridad avance en pleno día el próximo eclipse del 14 de octubre, millones de personas mirarán al cielo, apreciando uno de los eventos astronómicos más interesantes en este planeta, pero también lo harán muchos científicos, pues de hace siglos, los eclipses han sido de suma utilidad para avanzar en el conocimiento de nuestro planeta, del sistema solar, y en especial del Sol. Y es que los eclipses nos han permitido hacer diversos estudios. Gracias a que existen referencias históricas a los eclipses solares desde hace más de 2000 años antes de nuestra era, en China, Babilonia o Egipto, los científicos han podido conocer las variaciones en los movimientos del sistema Tierra-Luna, a la vez que los cálculos actuales han permitido fechar con mayor precisión algunos sucesos ocurridos en la antigüedad. Aristarco de Samos (310-230 a.C.) e Hiparco de Nicea (190-120 a.C) fueron dos antiguos astrónomos griegos que realizaron importantes contribuciones en el cálculo de la distancia entre la Tierra y la Luna, utilizando observaciones y técnicas geométricas disponibles en su época. Aristarco fue el primero que llegó a postular un sistema heliocéntrico y pudo medir la relación de distancias Tierra-Luna a Tierra-Sol. Mas tarde, Hiparco de Nicea también calculó la distancia a la Luna, entre 59 y 67 radios terrestres, el cual está muy cerca del real (60 radios). Aunque sus cálculos no fueron precisos en comparación con las mediciones modernas, sentaron las bases para futuros astrónomos y científicos que perfeccionaron estos métodos a lo largo de los siglos y siguen siendo un magnífico ejemplo de la observación y la lógica deductiva. En el siglo XVII, el astrónomo alemán Johannes Kepler dio con la forma cuantitativa y geométrica del Sistema Solar. Gracias a las famosas tres leyes de Kepler, que definen los movimientos de los planetas, pudo darse una explicación más detallada de los eclipses. Otro eclipse solar permitió el descubrimiento del helio. Durante el eclipse solar total del 16 de agosto de 1868, el astrónomo francés Jules Janssen y el astrónomo británico Norman Lockyer realizaron observaciones espectroscópicas del Sol. Mientras examinaban la luz emitida por la corona solar durante el eclipse, notaron una línea amarilla brillante en el espectro que no correspondía a ningún elemento conocido en la Tierra. Lockyer propuso que esta línea era la evidencia de un nuevo elemento presente en el Sol al que llamó “helio” (en referencia a Helios, el dios griego del Sol). Sin embargo, en ese momento, el helio no pudo ser aislado en la Tierra, lo que llevó a cierta controversia sobre su existencia real; y no fue sino hasta 1895 cuando Sir William Ramsay y Lord Rayleigh pudieron aislar y caracterizar el helio en la Tierra, ya que se encontraba en cantidades pequeñas en algunos minerales y fuentes de gas natural. El eclipse que revolucionó la ciencia Pero sin duda, el eclipse más famoso de todos los tiempos tuvo lugar el 29 de mayo de 1919, ya que contribuyó notablemente a la historia de la ciencia. Durante este fenómeno, los científicos tuvieron la oportunidad de realizar observaciones cruciales que pusieron a prueba la teoría de la relatividad general de Albert Einstein.  Según esta teoría, los rayos de luz que pasan cerca del Sol deben desviarse ligeramente, porque el campo gravitatorio del Sol hace curvar la luz. De ser así, este efecto sólo podría observarse experimentalmente durante los eclipses, ya que de lo contrario el brillo del Sol no permitiría ver las estrellas afectadas. Los científicos británicos liderados por Sir Arthur Eddington, realizaron dos expediciones, una a la isla de Príncipe en África occidental y otra a Sobral, en Brasil. Durante el eclipse, tomaron fotografías de las estrellas que aparecían cerca del Sol, comparándolas con fotografías tomadas en condiciones normales. Los resultados de las expediciones lideradas por Eddington confirmaron la predicción de Einstein. Las fotografías tomadas durante el eclipse mostraron una desviación de las estrellas cerca del Sol, exactamente como la teoría de la relatividad general predecía. Esto tuvo un impacto significativo en el campo de la física, ya que proporcionó una evidencia experimental sólida a favor de la teoría de Einstein y revolucionó la forma en que entendemos la gravedad y el espacio-tiempo y sentó las bases para el estudio de fenómenos cósmicos como los agujeros negros y las ondas gravitacionales. La teoría de la relatividad general también ha influido en campos tan diversos como la cosmología, la física de partículas y la tecnología de navegación espacial. Un Sol por descubrir Como hemos visto, la humanidad ha estudiado los eclipses durante miles de años, ya sea utilizando nuestros ojos, o aparatos como telescopios, cámaras e instrumentos de alta tecnología. Entonces, ¿queda algo por aprender? ¡Claro que sí!, Aún hay por aprender nueva información sobre el Sol especialmente durante los eclipses solares totales. Actualmente, los científicos aprovechan este fenómeno para estudiar la estructura y la dinámica de la corona solar -la parte exterior de la atmósfera del Sol-, o realizar mediciones precisas de la radiación solar en diferentes longitudes de onda para estudiar la actividad solar.  El 21 de agosto de 2017 se produjo un eclipse solar cuya totalidad pudo ser vista en Estados Unidos (en Yucatán, este eclipse tuvo una visibilidad alrededor del 45%) y se realizaron numerosos experimentos: la NASA financió 11 estudios, seis de ellos en para estudiar la corona solar. También es posible investigar la interacción entre el viento solar y la magnetósfera, la capa exterior y más grande de la atmósfera terrestre que funciona como un escudo que protege a la Tierra de los rayos cósmicos y las tormentas solares. Los nuevos hallazgos brindan nuevos conocimientos sobre las propiedades del viento solar, que es un componente clave del clima espacial que puede afectar los satélites de comunicación espaciales y las plataformas de observación astronómica. La Tierra, un laboratorio natural Este 14 de octubre se realizarán diversos experimentos emprendidos por Universidades y Centros de Investigación en nuestro país. Los datos que se obtengan durante el eclipse serán un importante aporte para…

14 septiembre, 2023 Desactivado

Ojo Biónico

Michel Cortés, Jaydy Chan, Luis Peraza* Egresadas y egresado de la Licenciatura en Desarrollo y Gestión Interculturales

11 septiembre, 2023 1

Cómo ver un eclipse solar

Comité Yucatán Eclipses 2023-2024* Los eclipses solares son eventos astronómicos que causan gran emoción y curiosidad; debido a esto, muchas veces se recurre a métodos que pueden poner en peligro la vista. Es muy importante recalcar que el Sol emite una gran cantidad de radiación, sin embargo, el ojo humano percibe una pequeña fracción de los tipos de radiación que existen. Por ejemplo, no podemos ver los rayos infrarrojos o los ultravioleta, pero el hecho de que no podamos verlos, no quiere decir que no tengan efectos sobre nuestro cuerpo. Sabemos que los rayos del sol pueden dañar las células de la piel y, con el paso del tiempo, terminar desembocando en la aparición de melanomas o incluso derivar en un cáncer de piel. Y si hablamos de nuestros ojos, si observamos directamente al Sol, la luz se concentrará en la retina, y ésta se puede dañar en diferentes niveles, dependiendo de la intensidad y del tiempo de exposición. Los daños pueden ir desde la irritación en los ojos, ardor, enrojecimiento, la visión borrosa, hasta la formación de cataratas o la quemadura de córnea o retina, provocando ceguera parcial o total irreversible. Y aunque pudiera pensarse que cuando hay un eclipse solar es más seguro ver hacia el Sol, ya que la luz disminuye por el paso de la Luna, lo cierto es que los efectos de la luz solar sobre nuestros ojos se acumulan a lo largo de la vida y pueden tener un efecto permanente. Por desgracia, cuando se acerca la fecha de un eclipse solar, mucha gente quiere observarlo sin tener los medios adecuados y ahí es donde vienen las improvisaciones o el uso de métodos inadecuados, que pueden generar los problemas que ya mencionamos. Es por ello que en preparación al eclipse anular solar que veremos el 14 de octubre de 2023 y el eclipse parcial del 8 de abril de 2024, compartimos algunas recomendaciones básicas para compartir con alumnos, familiares y amistades y hacer de estas fechas una fiesta astronómica. Primero: lo que NO se debe hacer Algunas personas utilizan todos los artículos mencionados anteriormente para mirar los eclipses. Cabe mencionar que, si bien debilitan el impacto de la luz solar, no son nada seguros para la vista, pues no protegen de los rayos ultravioleta e infrarrojos. Si bien muchos lentes de sol ofrecen un nivel de protección contra los rayos UV, los lentes que se usan comúnmente son para una protección general, no están hechos para mirar directamente al Sol, y tampoco para el caso de observación de los eclipses. Cualquier reflejo del Sol es malo para la vista, ya sea en un charco de agua, una cubeta llena de agua o un espejo, pues al reflejar los rayos del sol lastiman la retina, causando problemas que ya mencionamos. Esta alternativa puede ser peligrosa si se mira la pantalla directamente y el reflejo del eclipse llega de rebote, por lo que no se aconseja usarlos. Métodos seguros El proceso de observación de los eclipses tarda horas en suceder. Por ejemplo, para el caso del eclipse del 14 octubre comenzará a observarse desde las 9:45 de la mañana; cerca de las 11:25 a.m. comenzará a observarse la anularidad por un lapso de varios minutos -dependiendo de la zona donde nos encontremos-, y terminará pasadas las 13:00 h, por lo que recomendamos apreciar este fenómeno por intervalos. Para observar un eclipse solar de una manera segura, se necesitan lentes con filtros especiales que bloquean los rayos solares y que cuentan con la certificación ISO 12312-2 (que filtran el 99,999% de la luz solar). Estos lentes son seguros siempre y cuando se sigan al pie de la letra sus indicaciones de uso, ya que no se debe pasar más de 30 segundos seguidos viendo hacia el Sol, posteriormente es necesario descansar la vista varios minutos antes de volverlos a utilizar. También es posible usar un cristal de soldador, pero debe ser específicamente del grado 14. En este caso, lo recomendable es no mirar más de diez segundos el eclipse. Aquí el riesgo está en que las personas deben cerciorarse de que realmente el filtro tenga el grado requerido y que no tenga rayaduras. Si no se tiene la seguridad del número de referencia que tiene simplemente… ¡NO LO USEN! Existen filtros especiales para telescopios o binoculares que bloquean el 99% de la luz solar, y que pueden adaptarse a cualquier telescopio. Por ejemplo, los filtros H-Alfa elimina la luz solar en su totalidad, e incluso se puede ver la superficie del Sol o las protuberancias solares. También es posible adquirir filtros Mylar con los que es posible ver una imagen natural blanca de la superficie Sol. En el caso de las cámaras fotográficas o teléfonos celulares es posible adaptar algunos de estos filtros, pero es importante tener precaución ya que sin los filtros adecuados los rayos del sol pueden dañar los sistemas ópticos y electrónicos. Esta forma permite ver el eclipse por medio de proyección, los instrumentos se colocan en un tripié y en lugar de observar a través del ocular, éste proyectará el eclipse a través de una hoja blanca o pared blanca, a fin de que más personas puedan verlo. En el caso de los binoculares se debe tapar un lente para solo utilizar uno. Es muy importante saber que en ningún momento se puede mirar por alguno de estos lentes, ya que los telescopios y binoculares centran la luz y sería muy peligroso para nuestra vista. Si no se cuenta con lentes especiales, telescopios o binoculares, existen diversos métodos seguros de observación, proyectando indirectamente la luz del Sol. El método más sencillo es realizar un agujero pequeño en una hoja de cartón y sostenerla frente al Sol justo antes del eclipse. De espaldas al Sol, se debe enfocar la luz que atraviesa el agujero pequeño hacia otra hoja de cartón que esté detrás del agujero para que pueda ver la luz solar proyectada sobre la segunda hoja de cartón. A medida que ocurra…